– En sus más de tres décadas de profesión no se ha dado la oportunidad de actuar en la capital leonesa. ¿Qué sensaciones le provoca cuando se enfrenta a audiencias en este caso inéditas?
– Pues, la verdad, es de ilusión por una ciudad importante en España como es León, que en mis 32 años de profesional no he tenido todavía ocasión de visitar a pesar de haber recorrido todo el país con el Ballet Nacional de España. León me faltaba y la verdad es que llegar con mi compañía me provoca una gran ilusión, sobre todo porque tengo familia en León por parte de mi mujer. De hecho, esta actuación viene un poco ligada a esta circunstancia. Me preguntaban que cuándo iba a ir y lo cierto es que movimos los hilos y se ha podido producir. La verdad es que estoy muy contento de tener la oportunidad de presentarme ante el público leonés y más en un escenario como el Auditorio.

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–Se intenta de verdad expresar y comunicar en forma de arte lo que siente uno en su interior de una manera muy verdadera. El público cuando va a un teatro lo que quiere es sentirse lleno. Y este es un espectáculo que, desde los técnicos de luces y de sonido, el guitarrista, el cantaor, el percusionista y un servidor, está todo conectado para que entre todos saquemos al exterior toda esa energía y esa verdad. Ten en cuenta que yo estoy en escena una hora y veinte minutos sin salir de ella, lo que conlleva un trabajo, una preparación tanto física como psicológica, muy especial para ese espectáculo. Una semana antes de cada espectáculo de ‘Porcel’ tengo que estar preparándome, cuidando la alimentación, etc. Cada función exige tanta entrega que a mí me deja totalmente exhausto. Pero es lo que el público se lleva, toda esa energía y toda esa verdad.
–En la ficha técnica del espectáculo figuran cuatro responsables de la coreografía, entre otros Antonio Canales y usted mismo. ¿Cómo ha sido su relación profesional con Canales?
–A Canales lo conozco de mi etapa de bailarín en el Ballet Nacional de Espapa en 1996-97. Una vez que formo mi propia compañía en 2001 lo llamo como coreógrafo y hace dos años hicimos el espectáculo ‘Encuentro’, que era como encontrarnos los dos otra vez pero ya compartiendo escenario. El espectáculo giró durante dos años por España y la verdad es que trabajar con el maestro ha sido maravilloso, es algo que me voy a llevar a mi tumba profesional. Poder decir que he estado con él en escena me ha llenado y me ha hecho aprender muchísimo, y, la verdad, experimentas unas sensaciones cuando este ‘monstruo’ te mira que es increíble. Para ‘Porcel le pedí que me asesorara en una coreografía que me faltaba. También figura Rubén Olmo, que ha montado el zapateado del principio del espectáculo; Alfonso Losa, que ha montado el tiento, y el resto de los números que he montado yo mismo. Desde que tengo compañía nunca me ha gustado ser coreógrafo de la totalidad del espectáculo. Prefiero la aportación de otros coreógrafos porque se enriquece la compañía. No me gusta que el sello de danza sea igual, sino que cada año sea diferente, que vayas adaptándote a la técnica y a cómo se están haciendo los espectáculos, pues esto va cambiando como todo, esto evoluciona a un ritmo trepidante.
–¿Qué sensación percibe cuando le toca actuar en provincias que no tienen una larga tradición de flamenco o también fuera de España, en países cuyo público no está en principio muy familiarizado con este arte?
–Lo que puedo decirte al respecto es que las muchas veces que hemos actuado en el norte español la reacción del público ha sido la misma que en el sur del país. El público se emociona de una manera que al artista le ayuda muchísimo a la hora de trabajar. El flamenco fuera de España no te puedes imaginar la locura que provoca tanto en Japón como en Estados Unidos, en Alemania, en China... es algo sorprendente. Recientemente hemos estado en Israel, en concreto la semana pasada en Tel Aviv, y la gente espera para hacerse fotos contigo, la gente te trae flores, es algo maravilloso. Te hace sentir artista. En este sentido tengo que decir que en España la cultura está muy frenada, está a años luz del resto de la Unión Europea. No soy yo el único que lo digo, lo dicen todos los artistas. Estamos muy parados. Sales fuera y es una maravilla cómo tratan al profesional. Y lógicamente eso se nota a la hora de ejecutar tu trabajo.