Ya no podemos dejar de traer exposiciones porque lo demandan nuestros pacientesJesús Saz reconoció que las exposiciones en la Clínica de San Francisco se han convertido en una necesidad. «Ya no podemos dejar de tener exposiciones porque nos lo demandan nuestros pacientes. Ha sido tal éxito el hecho de que tengamos aquí exposiciones y que podamos dar un tono más amigable a este espacio hospitalario que tenemos que seguir por esta senda», aseguró Saz, que es consciente de que el centro sanitario ya no puede prescindir de esta actividad.
Por su parte, el concejal de Comercio, Consumo y Fiestas, Pedro Llamas, considera que tanto los pacientes como los familiares que acuden a la Clínica San Francisco agradecen encontrarse con estas muestras artísticas que les ayudan a evadirse durante la tensa espera previa a la consulta. «Por eso desde el Ayuntamiento instamos a la Clínica San Francisco a que continúe con esta iniciativa y que nos invite cada vez que inaugure una exposición», señaló Llamas, que felicitó a Juan Luis García por esta muestra que toma el relevo a ‘Un mundo de colores’ de la asociación Legio Photos VII, que tuvo una excelente acogida entre los pacientes y acompañantes que acudieron a la Clínica San Francisco durante estos últimos meses.
Fotografía abstracta
No es la primera vez que ‘Almazuelas’ se expone públicamente, pues esta exposición que reúne dieciséis cuadros de gran formato de fotografía abstracta distribuidos en la planta baja y primera planta de la clínica leonesa ya pudo visitarse hace dos años en la sede de la Fundación Carriegos. No obstante, para Juan Luis García la propuesta que se le hizo desde el centro sanitario «fue un reto porque no es un sitio habitual donde te puedes encontrar exposiciones y me parece una idea muy buena e interesante abrir la clínica a este tipo de iniciativas culturales», reiteró el artista, que con relación a la muestra presentada señaló que al tratarse de fotografías abstractas «puedes dejar volar la imaginación a donde quieras, y quien sabe si llegar a tener un efecto curativo».Son fotografías abstractas que no tienen más intención que la del mero ejercicio estéticoSobre el nombre de la exposición, ‘Almazuelas’, Juan Luis García reconoce que lo eligió porque la forma de hacerlas recuerda al arte textil de las almazuelas, que vine de la época de los moriscos y que era la manera de cómo realizaban las alfombras donde rezaban a base de trozos de tela vieja. Además, también recibe este nombre la tela con la que se tapa la masa del pan para que fermente. «Son fotos hechas a partir de la repetición de un detalle de una fotografía, buscando patrones de repetición, patrones de simetría y transparencias de diversas capas hasta llegar al resultado que deseas», comenta el artista, para quien las imágenes resultantes ha sido elaboradas a partir de fotografías que no tienen mayor interés en cuanto a su procedencia, pues en este caso se trata de piezas de vidrio, taburetes de bar, vallas de obras y azulejos de una pared, entre otros motivos que no vienen al caso pero que tienen una característica geométrica o combinación de colores que pueden funcionar para hacer una almazuela», señala García, que reconoce que durante el proceso no llega a ver el resultado final. «Este proceso tiene mucho que ver con el Op-art, el movimiento de mediados del siglo pasado en el que los artistas buscaban a través de juegos geométricos engañar a la percepción o manipularla a partir de la creación de efectos visuales que generan la sensación de movimiento cuando se trata en realidad de una imagen estática. En concreto hay una pieza que tiene un movimiento brutal y está jugando constantemente con tu percepción a través de claroscuros, cruces de líneas... Ves cosas que en realidad no existen y esa manera de percibir algo que no está pero que lo ves tiene mucho que ver con nuestra percepción del mundo y del arte. Además, el tema de conseguir efectos diferentes a base de la repetición y la superposición guarda una estrecha relación con la cuestión de la memoria», asegura Juan Luis, para quien se trata más que nada de un ejercicio estético. «Son fotografías abstractas, no tienen más intención que la del puro ejercicio estético, que puede ser totalmente inútil o de lo más efectivo, dependiendo del punto de vista de cada uno», señala el artista, que todavía hoy continúa explorando en las posibilidades de este proceso creativo.
