Julio Llamazares será el encargado de pronunciar la ponencia inaugural del Curso de Verano en Boñar sobre ‘Movimientos guerrilleros contemporáneos’, un asunto muy presente en su primera novela, 'Luna de lobos'. También muy vinculada a esta novela está la ponencia, que ha titulado ‘Los héroes de mi infancia’, muchos de ellos protagonistas de esta novela, de la que han hecho una cuidada reedición con motivo del 40 aniversario de su publicación.
Al hablar del origen de esta novela habla Julio Llamazares de esos héroes de su infancia, de las historias que escuchaba a los vecinos de La Mata de la Bérbula que iban a conversar con su padre, algunos con pasado de huidos o los del monte, que era como se llamaba a los que después serían conocidos como maquis.
«Aquellos héroes de mi infancia con los que yo soñaba mientras me dormía después de escuchar contar sus historias en voz baja a los vecinos de mis padres (como a todos los héroes, la injusticia les perseguía incluso después de huidos o muertos) situándolos en un plano de igualdad con los de las películas y las novelas del Oeste que yo leía por aquel entonces fueron en realidad unos desdichados, pero eso tardaría en saberlo», dice Llamazares al hablar de los que andaban por las páginas de 'Luna de lobos', una novela que, confiesa, no iba a serlo: «Yo nunca había pensado en escribir una novela. De hecho, la noche en que comencé a escribir aquella historia que, como tantas otras, había escuchado docenas de veces a los vecinos de las aldeas en las que transcurrió mi infancia, especialmente la de mi padre, donde pasaba las vacaciones con mi familia, mi intención era simplemente escribir un relato corto, un ejercicio narrativo surgido de mi memoria más que de mi imaginación. Pero fue como abrir la espita de los recuerdos, como meter la mano en un cesto de cerezas que, enredadas, empezaron a tirar unas de otras como si sólo esperaran a que yo cogiese las primeras».
Recuerdos que volverán a su memoria el próximo día 9, en Boñar, cuando hable de los héroes que marcaron su infancia, seres desdichados en los recuerdos de aquel niño al que habían tapado su pueblo con un pantano.