La muestra ha podido verse de manera parcial durante el pasado mes de mayo en el Colegio de España en París, reuniendo en esta ocasión 40 fotografías de plantas y vegetales, en su mayoría en blanco y negro, en las que la autora pretende mostrar una percepción de la naturaleza más personal e íntima. «Mi presencia en el Colegio de España en París se debe a una convocatoria mensual del Ministerio de Universidades que va dirigida a profesionales de distintas disciplinas artísticas. En mi caso pude exponer durante todo el mes de mayo y la experiencia la verdad es que fue muy bonita, sobre todo por el entorno que rodea al Colegio de España», señala la fotógrafa leonesa, que entonces tuvo ocasión de exponer 25 fotografías de las 40 que componen la muestra actual que puede visitarse en el Museo de León.
La visión descontextualizada de estas plantas y vegetales, en la que se aprecia la influencia del botánico alemán Karl Blossfeldt, permite a la fotógrafa leonesa no solo mostrar la belleza casi escultórica de alguna de estas plantas, sino reflexionar también sobre su decadencia. «La naturaleza siempre me ha inspirado. Aunque es el retrato conceptual por lo que me suele conocer más la gente, siempre tengo algún trabajo paralelo relativo a la naturaleza. En este caso existe un componente emocional, pues este trabajo lo inicio tras la muerte de mi madre y una manera de llevar el duelo era salir a caminar y me dio por buscar en los márgenes del camino esas plantas que están a punto de morir, de desintegrarse. Me llamó mucho la atención las formas que adoptaban, cómo se retuercen algunas antes de desvanecerse».
La fugacidad de la vida y el paso del tiempo son conceptos muy presentes en ‘Herbarium evanescente’, que podrá visitarse en el Museo de León hasta el 20 de agosto, pero sirven también de inspiración a la exposición ‘Texturas del tiempo’ que puede verse actualmente en una galería de la localidad de Alcobendas. «La temática es la misma pero el concepto es diferente. En este trabajo transito el pasado a través de los recuerdos, de la memoria, de la nostalgia. Es un trabajo de introspección, muy personal e íntimo, como también lo es ‘Herbarium evanescente’. He buscado objetos que han pertenecido a mis antepasados y con ellos he construido una nueva narrativa visual, están descontextualizados de los lugares donde se encontraban y he construido otra narrativa visual con la que pretendo fusionar dos tiempos, el tiempo del pasado y de los recuerdos y el tiempo del momento presente», destaca González.