La croqueta, reina indiscutible de la calle Serradores

En el centro de la capital, el bar La Calea, puede enorgullecerse de tener, para muchos, las "mejores croquetas de León". Y no es un título cualquiera. Pasen y degusten

María Herrero
03/12/2021
 Actualizado a 16/01/2024
José Benito Fariñas regente este establecimiento desde hace doce años.| SAÚL ARÉN
José Benito Fariñas regente este establecimiento desde hace doce años.| SAÚL ARÉN

"Yo no quiero París con aguacero, ni Venecia sin ti", canta Joaquín Sabina en el tema ‘Contigo’ que publicó en 1996 y que es banda sonora en La Calea, un establecimiento ubicado en el número 2 de la calle Serradores. Y muchos leoneses no quieren León sin este bar, o mejor dicho, sin las croquetas de este bar.

Hace 12 años comenzó la andadura de José Benito Fariñas en La Calea, su bar, en el momento en que decidió convertir su casa familiar en el negocio con el que ahora disfruta y se gana la vida: "Yo nací aquí", dice mientras recuerda dónde se ubicaban las estancias del hogar en el que disfrutó de su infancia. En el año 2009 decidió convertirlo también en el hogar de muchos habitantes de León que incluyen esta ‘parroquia’ como parada obligatoria en su ruta de cortos por la ciudad o que quieren disfrutar de un buen rato entre amigos mientras degustan una buena tapa.

Buena tapa por el sabor de lo sencillo. "En León se premia la cantidad o la calidad, y nosotros apostamos por lo segundo", cuenta el regente del bar. Así, cada día que abren al público ofrecen una tapa de tortilla de patatas casera y unas croquetas que, para muchos, son "las mejores de León". "Algo simple y muy rico", destaca José Benito. Y, ¿quién es la persona culpable de la gente no quiera perderse el sabor de las croquetas de La Calea? "Mi mujer, Choni, que las hace todos los días con todo el cariño del mundo". Choni es la artífice de que las croquetas de picadillo, cecina y queso de este bar, con un rebozado muy crujiente, sean imprescindibles en el vermut leonés, y eso que "le llevan toda la mañana de trabajo", cuenta José Benito, y "algunos fines de semana no llegan ni al aperitivo de por la tarde, y no será por la cantidad que hace", añade.

Para acompañar la tapa de croqueta y tortilla un buen tercio de cerveza. Y es que, aunque La Calea tenga su vino del mes y una buena oferta de líquidos para refrescar el gaznate, "aquí lo que más se vende es cerveza", explica José Benito. Porque cuando pega el sol en la fachada del bar, y con más razón si es ese sol de invierno, su público disfruta mucho de la terraza, la cerveza y las croquetas. "Y algún que otro mojito, que también son nuestra especialidad", apostilla el dueño.
 

Un sector castigado


La hostelería ha sido uno de los sectores más ‘castigados’ por la pandemia del covid-19, algo que también les ha pasado factura en el establecimiento. "Tenemos la ventaja de que el local es nuestro, pero cuando cerramos por el confinamiento tuvimos que hacer frente a varios gastos sin ningún ingreso", explica, "como les ha pasado a todos". No obstante, el verano de 2021 ha sido un empujón importante para su negocio: "la gente tenía muchas ganas de salir, de estar en la terraza". El público de La Calea respondió muy bien a la apertura y, aunque el invierno es más difícil y aún no está a la altura de los meses ‘prepandemia’, poco a poco se van "recuperando".

¿Para el futuro? "Mantener lo que tenemos, que ya es suficiente", cuenta José Benito detrás de esa barra que recibe a los visitantes con un impresionante paisaje de Las Médulas. "Ahora abrimos de miércoles a viernes a partir de las 19:00 horas y los sábados y domingos a partir de las 12:30 horas. Cerramos dos días a la semana para descansar, y de momento así estamos bien", cuenta.

Mientras haya croquetas y unos botellines de cerveza, no harán falta más razones para celebrar en La Calea.

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