Su amor por los Picos de Europa viene de muy lejos, cuando descubrió que podía ser un pionero de la pintura del pico más emblemático de todos los macizos como reconoce: «Hace 45 años descubrí que el Naranjo de Bulnes, que en Asturias llaman Pico Urriello, nunca se había pintado y entonces decidí con la guardia civil de montaña de Potes, que me llevaron hasta allí con medio metro de nieve, con crampones, hice unas fotos y lo pinté hace 45 años. Por ello soy el padre artístico, por haber sido el primer pintor en pintarlo. Y estoy preparando uno para que lo cuelgue Marili, porque es el emblema mío y falta aquí».Y ese amor por las montañas del Norte continúa en la actualidad como comenta: «Sigo pintando los Picos de Europa por las tres vertientes: León, Asturias y Cantabria». Además del Naranjo tiene lugares que para él son encantadores y a los que acude habitualmente, aunque por distintas causas estos últimos años no haya podido y eso lo cuenta así: «Siempre me ha gustado llegar a la Majada de Ondón desde Camarmeña por la canal de Bobia y cuando llegas allí te apetece tumbarte en el prado a contemplar los lugares tan hermosos, con el silencio de las cimas, el paisaje que te envuelve… yo me quedaba a vivir allí».En esos paisajes de los Picos su mayor preocupación es conseguir una atmósfera correcta que le va a dar vida al cuadro y convertir un paisaje vulgar en algo fuera de serie como son sus cuadros, y es algo de lo que se ha hablado anteriormente, la atmósfera y no solamente se consigue con la niebla sino también con la nieve, lo que le ha traído complicaciones como reconoce: «Conseguir la nieve es algo que a mí me ha costado problemas de salud de la espalda, porque salía a pintar al campo con nieve y con heladas, y todo eso lo estoy pagando ahora, 40 años después. Sin embargo, yo busco más la atmósfera que la nieve en sí, pero la nieve da una profundidad y un gran encanto a los paisajes». 
Al comienzo de la primavera suele nevar y si coincide la nevada con los árboles en flor puede ser espectacular y eso le hace explicar a Carlos Sempere: «a mí eso me quita el hipo y es lo que más me estimula para seguir convencido de que los paisajes hay que pintarlos».Además de sus excepcionales pinturas de los Picos de Europa Carlos Sempere expone hermosos paisajes de praderas en las que el primer término son hermosos campos floridos llenos de luz, color y armonía y ríos otoñales, pues las mejores estampas se consiguen en esas dos estaciones.
Su última exposición en la Sala Bernesga estuvo colgada dos meses y medio en la galería por culpa de la pandemia, aunque en ese tiempo nadie la viera al estar todo el mundo confinado en sus casas, como él jocosamente dice: «estaba enjaulada aquí dentro».
Echando la vista atrás hace una proyección de futuro así: «Llevamos más de 30 exposiciones en León, he tenido el honor de exponer en la fundación Vela Zanetti, y ahora la Junta de Castilla y León me ha elegido para exponer en la Casa de Botines de León desde el 21 de este mes al 15 de enero».
Acaba sus comentarios hablando de nuestra ciudad y provincia de este modo: «En León tengo yo algo porque he dejado mucho de mi vida, en especial muchos amigos».
La exposición de Carlos Sempere estará hasta el 14 de diciembre en la sala Bernesga. Si gustan de los paisajes y de los Picos de Europa espectaculares es el momento de conocer su obra. No se lo pierdan, que es un gran artista.