“…Todo lo que me ha pasado ha sido por casualidad, sin yo buscar nada, sólo habiéndolo soñado…” (Ana Gaztelumendi. Ilustradora).
Con la llegada del otoño volvemos a los caminos artísticos que recorren nuestras mujeres, los que circulan por la literatura, la pintura, la escultura, la música, el cine… El otoño, con su riqueza cromática, tan intensa como la gran variedad creativa que ellas representan, es una época ideal para ello. Para mí hablar de otoño es hablar de Bierzo en toda su magnífica diversidad, por ello decido reiniciar ruta de la mano de una creadora plástica berciana. Se trata de Ana Gaztelumendi García (Toreno, 1975),que hoy continúa en tierras bercianas desarrollando su trabajo: el que la mantiene, ligada al mundo de la hostelería junto a otros socios con los que regenta varias locales y una empresa de eventos (DeFlorianaEventos), encargándose particularmente de los temas de administración y los de decoración; y el quela apasiona desde niña que no es otro que el dibujo, una afición que dice haber heredado de su madre. Sus opciones formativas la llevaron a licenciarse en Ciencias de la Educación por la universidad deSantiago de Compostela y no a Bellas Artes, Artes y oficios o Ilustración, como hubiera querido, pero nunca dejó de dibujar, aunque no fue hasta 2014 que «se me ocurrió colgar en las redes algunos de mis dibujos…». A partir de ahí le llegaron en cascada una serie de acontecimientos: primero sería una exposición en la tetería Kokoro, por iniciativa de su propietaria, que la descubrió en las redes, y tras su éxito (también de ventas) los primeros encargos para particulares, las exposiciones, las colaboraciones con otros artistas…
Entre las exposiciones destaca algunas de las que se siente especialmente orgullosa como el proyecto ArtistasEnRed, comisariado por Paula Cabaleiro en la ponferradina galería Dosmilvacas (regentada por la también artista Reme Remedios) en el que se dieron cita un heterogéneo y multigeneracional grupo de mujeres de Galicia y León; también la muestra EstacionArte (Ponferrada), en la que participó junto a otrosmiembros de la Asociación de pintores del Bierzo, con una instalación «en la que representé con objetos cotidianos una de mis ilustraciones». De entre otros proyectos destaca su colaboración con Cuento Contigo Siempre, asociación fundada en 2012 por Bea Maroto), un proyecto a través del cual se recaudan fondospara ayudar a colectivos vulnerables.
En lo referido a la ilustración, nos habla de un proyecto muy berciano, de carácter multidisciplinar: Cráteres, de Lolo Moldes, un libro-disco en el que participó ilustrando «una lindísima canción inspirada en Macondo»; o de su colaboración enel proyecto Por ti y todos tus compañeros: nueve relatos sobre el acoso escolar, en el que intervino junto con otros compañeros y escritores para dar visibilidad a este gran problema en las aulas. No obstante, su mejor experiencia con el mundo de la ilustración (pues constituyó la realización de otro de sus sueños, «ilustrar un libro infantil»)fue abordar, en 2016, la ilustración de Amapola y la luna, de la escritora berciana Elisa Vázquez, un reto al que reconoce haberse enfrentado con cierto respeto hasta que hizo su primera lectura, tras la cual supo «exactamente, cómodibujaría a sus mágicos personajes».
Ana Gaztelumendi, considera que en su experiencia artística le ha beneficiado el hecho de vivir en una comarca como la berciana. Consciente de que todo lo que le ha pasado ha sido «por casualidad, sin yo buscar nada, sólo habiéndolo soñado y dedicándome a otra cosa totalmente diferente…», opina que los muchos ilustradores existentes en toda gran ciudad le hubieran dificultado, si no impedido, llegar aquí «teniendo en cuenta la gran competencia». Y si esto ha sido una ventaja para ella, como mayor inconveniente ve «la escasez de cursos y talleres interesantes… posibilidades de formación» a que desde aquí se tiene acceso, máxime en una persona autodidacta como ella, siempre interesada en poder acceder a talleres de todo tipo como los que se realizan en la Galería Roja de Sevilla, donde ilustradores de la talla de Rebecca Dautremer (con la que ya ha trabajado) o Benjamín Lacombe, realizan propuestas muy interesantes de «tipografía aplicada a la ilustración, animación 3d, diseño de personajes, color y texturas… para mí sería un sueño tener acceso a eso».
Siempre navegando por la decoración y el diseño, tras una complicada etapa en la que tuvo que compatibilizar esa parte profesional y la crianza de su hijo Bruno (hoy ya con 6) con esos proyectos más artísticos que le iban saliendo, tiene claro que quiere seguir formándose en diseño gráfico, animada por el trabajo de algunas «ilustradoras cañeras y geniales como Flavita Banana, Paula Bonet, Lola Vendetta, Moderna de pueblo o Linnea Johanson», cuyo trabajo se ha visto impulsado por las redes sociales,«me encantaría sacarle mayor rendimiento a la tecnología existente. Veo lo que se puede hacer con una tabletay me parece ilimitado. Ahí quiero ir».
La ilustración como un sueño
A Ana Gaztelumendi (Toreno, 1975) se le ocurrió un día colgar sus trabajos de ilustración en las redes sociales y cambió su vida, que se acerca a sus sueños pero sigue buscando nuevos caminos
06/10/2020
Actualizado a
06/10/2020
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