'El Señor de Bembibre' ha sido, junto con ‘El Quijote’, libro de cabecera y devocionario para miles de bercianos y leoneses: sus leyendas templarias y los paisajes en los que transcurren forman parte de nuestro imaginario colectivo.
Desde que
Enrique Gil entregó su manuscrito al impresor
Mellado, a mediados de 1843, poco antes de emprender su viaje diplomático a Berlín ―del que ya no regresó, esta novela histórica ha sido editada más de cien veces, hasta convertirse en el verdadero ‘long seller’ de las letras leonesas.

En 2015 tuve el honor que me reportó un valioso caudal de placer y aprendizaje― de editar las Obras Completas de Enrique Gil, reunidas en los ocho tomos de la Biblioteca Enrique Gil, cuyas ediciones en papel y ebook actualizaron y acercaron al gran público la vida y obra del romántico leonés, quien gracias a este trabajo pasó a ser un autor del siglo XXI, un autor completamente digitalizado, o si lo prefieren, diGILtalizado. Toda su obra, incluidos los facsímiles de sus manuscritos y de las primeras ediciones, están publicadas en la web de Biblioteca Enrique Gil, que desde 2017 está adscrita a la Universidad de León.‘El Señor de Bembibre’ es el tomo VII de esas Obras Completas, editado para la ocasión como Edición del II Centenario 1815-2015, que incluía el esclarecedor ensayo ‘Historia secreta de la melancolía’, de Juan Carlos Mestre y Miguel Ángel Muñoz Sanjuán, ―tal vez el texto más profundo escrito sobre Enrique Gil―, y una veintena de láminas de Juan Carlos Mestre. Sin ser lujosa, fue una edición de lujo, digna de aquel segundo centenario del nacimiento del poeta.Para la fijación del texto, cotejé entonces las principales ediciones anteriores: la edición 'prínceps' (Mellado, 1844), la de Jorge Campos (BAE, 1954), la de Ramón Carnicer (Barral, 1971), la de Picoche (Castalia, 1986), y la de Mestre y Muñoz (Austral, 2004); y lo hice con voluntad de acercar a los lectores del siglo XXI un texto limpio de erratas y distorsiones, reponiendo alguna que otra censura posterior al autor, pues el texto de Gil ha sido bastante maltratado durante 175 años, habiendo sido Ramón Carnicer, sin ninguna duda, el primer contemporáneo que limpia, fija y da esplendor al texto de la novela.

Esta nueva edición —gracias a
La Nueva Crónica y al apoyo de
Ciuden— sigue con fidelidad la edición de Ramón Carnicer, actualizando la puntuación, acentuación y ortografía, modernizando la disposición de párrafos ―inexistente en el original por la ausencia del punto y aparte en las imprentas de la época―, así como los diálogos y partes diferenciadas, como el Diario de doña Beatriz.
No se incluyen las ilustraciones de Mestre, creadas expresamente para la Edición del II Centenario, pero sí los veinte grabados de
Zarza y
Batanero para la primera edición de 1844. Completan la edición unas curiosas viñetas de 'El Castillo de Ponferrada', que reproducen inscripciones reales de la fortaleza ponferradina, dibujadas a mano por
José María Luengo en 1929.
Los lectores, seguidores y amigas de La Nueva Crónica —pero también los coleccionistas, las curiosas, los aficionados y las románticas— tienen los próximos días la ocasión de llevar a sus casas, a su mesilla de noche y a su rincón de pensar una edición que, siendo popular, es ya un precioso libro de culto. ¿Te la vas a perder?
Valentín Carrera es periodista, escritor y director de Biblioteca Enrique Gil.