
Carpintería histórica
Señala Javier Revilla sobre Neure que "desde la década de los 80 del pasado siglo dedica mayoritariamente su actividad a la restauración monumental y a la docencia, con una especial dedicación a la carpintería histórica. Sus trabajos e investigaciones han permitido recuperar el saber sobre este tema, que se había perdido desde el siglo XVIII. Con el fin de difundir sus hallazgos y de evitar que estos conocimientos vuelvan a caer en el olvido, se ha dedicado muy activamente a la enseñanza del oficio, formando a toda una nueva generación de carpinteros de lo blanco, y ha escrito numerosos libros y artículos en los que desentraña sus antes velados principios".Otra de sus facetas más valoradas es la importante labor realizada "diseñando y construyendo nuevas estructuras de madera tanto en edificios de nueva planta como en edificios históricos. Buenos ejemplos de ello son las nuevas armaduras de las galerías del patio del Alcázar de Toledo, la recuperación del chapitel de iglesia de La Solana, o el desmontaje, traslado e instalación posterior en el Museo del Prado de Madrid, del alfarje perteneciente al coro de la desaparecida iglesia de Santa Marina de Valencia de Don Juan".
La obra que Neure tiene en Gordoncillo reproduce con todo detalle el proceso de construcción de una iglesia mudéjar, como si se tratase de una fotografía en 3 dimensiones tomada en el siglo XV durante unas obras de este tipo que tanto proliferaron en la España de aquel momento. Las armaduras de lazo supusieron una revolución técnica aplicada a la arquitectura ya que iniciaron lo que hoy conocemos como ‘prefabricación’. Así, permitía construir techumbres por trozos: faldones completos o divididos en módulos manejables que se podían trabajar en el suelo para mayor comodidad y luego elevar y colocar en su posición definitiva, eso sí, siendo muy precisos en cuanto a la aplicación de los diseños geométricos y las medidas.
Todo un mundo que ahora mismo podemos contemplar en la pieza que uno de sus grandes especialistas tiene en Gordoncillo y que por conexiones laterales nos trae a la memoria otra de esas piezas que se nos ha ido, el artesonado de Santa Marina, una de esas joyas de un patrimonio en el que es muy rica la provincia de León, con valiosos artesonados en pequeñas localidades como Valdesaz de los Oteros o Villacé (ambos declarados BIC), pero también en Fresno de la Vega, Grajal de la Ribera, Velilla de los Oteros, Villamandos, Grisuela del Páramo, Villamuñío...