"La provincia de León me parece una Arcadia natural"

Toño Benavides es el artífice del cartel oficial de la 45ª edición de la Feria del Libro de León, que este año tiene como leit motiv el cuento y que el poeta e ilustrador ha querido trasladar a su expresión más leonesa: el filandón

Joaquín Revuelta
04/05/2023
 Actualizado a 04/05/2023
El poeta e ilustrador Toño Benavides posa ante algunas de las obras que conforman la exposición temporal ‘Blanco y negro’. | VICENTE GARCÍA
El poeta e ilustrador Toño Benavides posa ante algunas de las obras que conforman la exposición temporal ‘Blanco y negro’. | VICENTE GARCÍA
El poeta e ilustrador leonés Toño Benavides es el autor del excelente cartel de la cuadragésimo quinta edición de la Feria del Libro de León, que se inaugura este jueves a las 19:00 horas con el pregón que protagonizarán en el Salón de Plenos del Consistorio de San Marcelo los escritores Ángeles Caso y David Fernández Sifres y que se prolongará hasta el próximo 14 de mayo con el cuento como leit motiv principal aprovechando la celebración del centenario del nacimiento del escritor villafranquino Antonio Pereira.

Una ilustración para una postal navideña realizada por Toño Benavides para Elektra Comics León puso en contacto a la presidenta de la Asociación de Libreros de León y responsable de la librería Cosmos, Sandra Llamas, con el ilustrador leonés, quien aceptó de buen grado el encargo de crear la imagen de la Feria del Libro. Dado que el leit motiv de este año es el cuento, qué mejor que trasladar esa idea a su expresión más leonesa, que no es otra que el filandón. «El motivo sugerido por la Asociación de Libreros fue el cuento –el cuento en general, no solamente el cuento infantil– y el cuento en León obviamente toma la forma del filandón, un filandón que lo saqué del espacio del hogar para situarlo en un espacio natural porque gran parte de la provincia de León para mí es una Arcadia natural. El recuerdo infantil que yo tengo es el de una provincia provista de un paisaje natural constante, profuso y riquísimo. Decidí hacer un fuego de campamento por eso, utilizar digamos toda esa profusión de verde y de hojas para situar la metáfora visual que es convertir las hojas de los árboles en hojas de libros, como si estuvieran brotando del simple hecho de estar realizando esa actividad, como si el hecho de la lectura de los cuentos alimentase el crecimiento de esos árboles, que a la vez son hojas que caen sobre la escena en una especie de ciclo continuo». El estilo de Toño Benavides es hoy perfectamente reconocible, aunque no siempre ha sido así. En realidad es el resultado de una evolución que el leonés argumenta de esta manera. «Yo empecé dibujando por la influencia de dibujantes como Moebius, que era una línea perfecta, limpia, sin sombras, sin manchas. Yo empecé así, imitando el estilo de Moebius y algunos otros de la línea clara de aquel momento. Y fíjate hacia dónde he ido. He ido hacia otro lado completamente distinto, hacia las manchas, el grafito, las grandes masas de negro. Y luego hacia un tipo de dibujo sinuoso, basado en las curvas, que remite un poco a las bases del cubismo y por supuesto del expresionismo. Esa forma tan violenta de buscar luces y sombras y la angulación tienen que ver sin duda con los expresionistas alemanes», sugiere el leonés, para quien esos efectos tan dramáticos están buscados y se adaptan muy bien a la obra de autores como Franz Kafka o Joseph Conrad, que están presentes en la exposición ‘Blanco y negro’ que actualmente puede visitarse bajo demanda en El cajón del arte, ubicado en el número 8 de la calle Serranos en la capital leonesa. «Hay títulos que se adaptan mejor que otros, pero en general cualquier gran obra de la literatura que contenga grandes dosis de dramatismo –y esto es habitual– el estilo le favorece, creo yo, porque se trata de representar una convulsión de sentimientos. Y para ello el expresionismo es perfecto. ‘Mujercitas’ a lo mejor no se adapta a ese estilo, pero sí las obras de Galdós o ‘La Regenta’ de Clarín. Todas son obras con grandes dosis de dramatismo», argumenta Benavides, para quien el pasado no necesariamente le resulta como artista más inspirador que el tiempo presente. «Lo que pasa es que del pasado ya nos hemos hecho todos una idea de urgencia. Tenemos un cliché del que puedo valerme para conectar con el público. Si yo amplifico el sentimiento que produce ese chiché que todos tenemos sobre una obra, la gente va a responder positivamente. De una obra moderna todavía no tenemos establecido un consenso sobre cómo hay que sentirla, por lo que tendría que partir de cero y quizá habría gente a la que no convenciese, precisamente porque no hay establecido un consenso sobre ella, sobre cómo hay que percibirla y cómo hay que sentirla», sostiene el artista, que pone como ejemplo contrario ‘El corazón de las tinieblas’ de Joseph Conrad. «Todos tenemos ya metido en el pecho lo que supone eso, lo que es esa obra, la trascendencia que tiene. Y aunque haya traslaciones a otras épocas y a otros escenarios, como es el caso de ‘Apocalypse Now’, mantiene ese espíritu, en el sentido de que es un cuestionamiento radical de todas las bases de la civilización occidental de la cual nos sentimos tan orgullosos. Toda la civilización europea, todo ese desarrollo tan espectacular del cual nos sentimos tan orgullosos, que revierte luego en un desarrollo cultural evidente, ¿de dónde proviene?, de la explotación y del genocidio. Es lo que significa, y en Vietnam significa lo mismo. ¿Qué encuentran los norteamericanos en Vietnam? Se acaba una segunda guerra mundial de la cual salen victoriosos y todo parece darles la razón. Se meten en Vietnam y no entienden lo que pasa porque pierden una guerra que no deberían perder. Además, se ven sometidos a tener que hacer cosas terribles y eso les desconecta de su propio país, de su propia civilización, de su propia forma de ver las cosas y de su propia forma de sentirlas. Lo que supone es un cuestionamiento total de lo que uno creía hasta ese momento. Es como perder la inocencia».

Franz Kafka es otro de los referentes literarios a los que Toño Benavides ha tenido la oportunidad de ilustrar. «Kafka me interesa por su capacidad de cambiar de punto de vista desde el cual observa lo que ocurre. No vamos a acudir al hecho más evidente, el de la metamorfosis, pero en general es sorprendente siempre y además también es socialmente crítico. Luego está cómo imagina uno a Kafka, cómo imaginamos todos el mundo de este escritor. Sombrío, oscuro, luces y sombras, expresionista. A mí en principio de Kafka me interesa todo eso, porque conecta por afinidad con mi estilo. En este caso me llegó por casualidad, al tratarse de un encargo de la editorial Cálamo que quería publicar ese primer capítulo de la novela ‘América’ que es ‘El fogonero’ y así ocurrió».

Además del cartel, Toño Benavides va a ser protagonista de dos eventos en la Feria del Libro. El primero de ellos será el próximo domingo y consistirá en una charla-coloquio junto con José María Merino, Juan Pedro Aparicio y Alfonso García en torno al libro ‘Los cuentos del gallo de oro’ ilustrado por Benavides. «Es un libro compuesto por relatos de Luis Mateo Díez, José María Merino y Juan Pedro Aparicio con prólogo de Alfonso García», comenta el poeta e ilustrador leonés, que el viernes 12 de mayo a las 19:00 horas en la sala Región del ILC disertará sobre ‘La forma de la palabra. Breve historia del caligrama’, que servirá para dar a conocer su faceta menos conocida de poeta y su especial interés por la poesía visual. «Todo lo visual me parece muy sugerente. Por razones obvias yo tenía que trabajar el caligrama en poesía. Tampoco es que lo haya trabajado demasiado. Me he limitado a hacer catorce o quince caligramas. Algunos de ellos no están publicados pero en su mayoría están presentes en dos libros, como son ‘Gran Sur’ y ‘Panorámica’. Hacerlo bien me parece un trabajo dificilísimo sin contar con los trucos y con los recursos de un editor gráfico y tratar los archivos como archivos de texto y no como archivos de imagen, porque tratados como archivos de imagen se pueden deformar los textos, etc, pero a mí no me interesa hacer eso. Quiero hacer única y exclusivamente lo que antes se hubiera podido hacer con una máquina de escribir. En ese sentido es muy difícil hacerlo bien, sugerir una imagen y que a la vez la lectura del texto tenga sentido», señala el poeta e ilustrador leonés, que también colabora en la prensa escrita a través de las ilustraciones que acompañan los textos que el escritor leonés Andrés Trapiello publica cada viernes en la revista cultural del diario El Mundo o la de carácter mensual que realiza junto con Felipe Benítez Reyes en Tinta libre, que consiste en la elaboración del retrato de un personaje elegido por el autor. «Me tocó hacer la ilustración porque ya tenía una trayectoria de colaboración con Jesús Maraña y con Tinta libre, pero además me entiendo muy bien con Felipe Benítez Reyes y todo en este sentido fue rodado», reconoce Toño Benavides, que sigue enviando sus poemarios a certámenes de poesía porque en su opinión es la única manera de verlos publicados. «‘Las tres edades’ supone un cambio radical con relación a los dos anteriores al no centrarse tanto en la crítica social y más en experiencias personales», concluye.
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