Las dos mujeres: Ana Hernández Sampedro y Carmen Castaño tienen visiones distintas de realidades que plasman en sus cuadros. Ana Hernández presenta dibujos de figuras femeninas en una obra cargada de imaginación que puede integrarse perfectamente en el campo de la ilustración, aunque sus cuadros son imágenes oníricas de mujeres casi muñecas en las que los aditamentos son muy vistosos, los peinados, vestidos, objetos o animales con los que interactúan tratan de buscar una belleza especial dentro de lo que es pura imaginación y fantasía. Otras dos piezas presentan una muñeca tendida que sujeta a su vez a otra y ella a su vez a otra… y lo que parece ser un galeón a partir de elementos de prendas y calzado femeninos, todo ello muy detallista, recargado y fantástico. Como sus críticos han dado en decir sus obras se pueden catalogar como neo barroquismo, realismo fantástico o surrealismo pop, y en sus imágenes trata de proyectar sus esencias psicológicas personales.
Carmen Castaño presenta, en cambio, unos cuadros en los que la figuración y la abstracción se dan la mano para crear retratos unas veces reconocibles otras ambivalentes y bodogones donde el calzado está omnipresente. Comenta que anteriormente pintaba de un modo figurativo, pero en el figurativismo estaba constreñida y ahora «me expreso con más libertad, quitándome corsés. Todo es inventado, es creativo y no existe más que en mi imaginación en los zapatos que son los modelos y los retratos no son nadie, son caras fruto de mi imaginación. Ya sabes que el pintor pinta lo que tiene en su interior». Y el mundo interior de Carmen es como su obra que pasa de la figuración a la abstracción, de lo concreto y constreñido a lo abstracto y libre en su última etapa como pintora que es lo que muestra en esta exposición, donde trazo y color caminan juntos en unos cuadros singulares.
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Juan Ramón Luque Ávalos es un acuarelista de larga trayectoria y presenta obras en las que la nieve o la arena son el eje a través del que recorre los más diversos paisajes de una franca plasticidad y hermosura. Paisajes nevados a veces reconocibles como el del río Cuervo y otros en los que la nieve y lo que rodea a su blancura es un «planteamiento que siempre me ha gustado, siempre me ha atraído esos blancos que nunca aplico en el cuadro, porque los cuadros de nieve siempre tienen una base de aguada, pero la dificultad que tiene el pintar la nieve es hacerla creíble, es hacerla sentir como nieve dura, como nieve recién caída, ese es el reto aparte de la dificultad que tiene la acuarela en sí, el conseguir enganchar al espectador en la atracción de que les llegue lo que están viendo como algo real». Una obra que deben considerar los espectadores.
La exposición se puede visitar hasta el día 24 de este mes en la galería de arte Alemi de la céntrica plaza de San Marcelo.