Dicen que el objetivo de la verdadera cocina es hacer felices a los demás, y en ello seguimos este nuevo año en la Ruta del Placer: en buscar sitios en los que disfrutar. Y vale que en estas fechas andamos todos un pelín saturados de comidas, cenas y demás saraos con comercio y bebercio, pero hoy les cuento todo un hallazgo gastronómico que acaba de aterrizar en la ciudad de León, un lugar en pleno centro donde de verdad gozar con la experiencia que nos proponen.Nos vamos a conocer LAV, el ‘laboratorio gastronómico’ del hotel Alfonso V, un espacio que poco tiene que ver con el antiguo restaurante del hotel salvo en la apuesta por la calidad. Pero LAV ya no es un local serio donde comer muy bien sin más. El novísimo espacio, renovado por completo, persigue llevarnos por un aventura culinaria absolutamente diferente a todo lo que hemos visto, al menos por estos lares.En LAV la sorpresa comienza desde que entras por la puerta. Te tomas el aperitivo en barra, pasas a un ‘showcooking’ en cocina, y en la sala continúa el festival... ¿Que por qué los privilegiados que ya han disfrutado de una comida o cena en LAV no paran de alabar sus excelencias? Sobre todo porque su oferta es una experiencia mágica, singular. La puesta en escena es maravillosa, sí, pero es que los platos que elaboran el joven chef leonés Javier del Blanco y su equipo suponen una deliciosa sorpresa también para el paladar. A los ojos, ya les digo, magia pura.Si les digo que la gran singularidad de esta casa es que no tiene carta y que sólo ofrece un menú degustación (35€), no les digo mucho. Son varios los restaurantes leoneses que van por ahí. Pero en LAV la sorpresa comienza desde que entras por la puerta, porque te tomas el aperitivo en barra, pasas a un ‘showcooking’ en cocina donde ves preparar –y degustas– un pequeño bocado, y luego en la sala ya comienza el festival... Hay una premisa fundamental: no vayas con prisas a este lugar. No. Aquí el comensal viene a deleitarse con cada plato, a apreciar cada detallín, a disfrutar de la compañía y los manjares sin preocuparse del reloj. El pase –ojo– dura dos horas. Y merece la pena imbuirse por completo en la experiencia.Ya en la mesa, que cada comensal agarre un rotulador de un color y se prepare para la difícil tarea de elegir entre un montón de opciones. Todas dicen ‘cómeme’... y todas sorprenden.Entre los seis aperitivos, decídanse por tres (cono de steak tartar, hot dog de foie, pimiento relleno de botillo...). De las cremas y sopas, sólo una. E igual en carnes y pescados: marquen sólo una de las tres opciones. El prepostre es sorpresa, y en el postre vuelven las dudas porque hay que elegir (ay, ese sol nublado, chocolateros...). Para rematar, petit fours y uno de los cócteles que les recomiende –y elabore– el jefe de sala, otro leonés, Daniel Giganto.Y ya me contarán ustedes si salen o no felices de LAV. Qué experiencia.---------------------------------------------------------Restaurante LAV Avda. Padre Isla, 1. León 987-220952
