LA RUTA DEL PLACER | Oporto: Comer, beber y patear una ciudad de cuento
Menos mal que nos queda Portugal: Escapada para probar las francesinhas, las natas y unos cuantos vinos
16/12/2016
Actualizado a
19/09/2019
Menos mal que nos queda Portugal, ya lo cantaban los Siniestro Total. Y miren, sí, aquí cerquita tenemos el país vecino, aunque muchos quizá no sepan valorarlo lo suficiente. Suele pasar: qué bonito es Europa, y no conocemos ni lo que nos rodea... Como no está nada mal lo de ‘huir’ de la tierrina cuando se puede, aunque sea de vez en cuando, esta semana en La Ruta del Placer les propongo una escapada chulísima. ¿Qué les parece un fin de semana en Oporto? Sobran los motivos para elegir este destino maravilloso, así que preparen la maleta (poca cosa), que vamos a pasar un par de días a una ciudad de cuento.Esta vez la propuesta no es un restaurante concreto. Les doy pistas, visitas sugerentes, y que cada uno elija. Porque son tantos los rincones, las casas de comidas, los baretos, los mercados callejeros donde se puede picar algo, que lo mejor será que el viajero se busque la vida a su gusto. Pero vayan, vayan a Oporto, porque en cada viaje se trae uno más ganas de repetir la experiencia.Vayan al precioso Café Majestic (no es tan caro y merece mucho la pena) y pidan una francesinha, un pedazo de sandwich relleno, con salsa picante, a veces con huevo y muy típico ¿Qué hay? Una ciudad antigua decadente y maravillosa, cientos de callecitas cargadas de historia y de nostalgia, esos vinillos, esos dulces, esa cocina sabrosa, esos edificios de azulejos azules, y los museos, y el crucerito por el Duero, y la visita a las bodegas para beber más que catar, y callejear, y hacer cientos de fotos... ¿Sigo?Otra de las paradas imprescindibles solía ser la visita a una de las librerías más bonitas del mundo, la Lello e Irmao, pero me temo que la avalancha incontrolada de turistas le ha hecho perder buena parte de su encanto... Pese a todo, y aunque ahora cobren entrada, merece la pena ver su espectacular escalera central...No hace falta llevar una guía de viajes para conocer Oporto. Callejeen, suban, bajen –lleven calzado cómodo–, prueben... Es una ciudad increíble, y los precios más que asequibles siguen invitando a una visita.Paseando, prácticamente se puede ver lo más interesante en un día. Otra cosa es lo mucho que merece la pena hacer parada en tantos rincones que esconde la ciudad... Eso es verdad. Más sugerencias: caminen por Vilanova de Gaia y entren a una de las bodegas (por supuesto, prueben los vinos, qué ricos), suban al tranvía y recorran la ciudad sin mirar el reloj, contemplen el azulón de la Capela das Almas, pateen por la rúa Santa Catarina (bien de tiendas y con la feira de artesanos), suban a la terraza del Hotel Dom Henrique para ver las mejores vistas, y al puente de Luis I (más fotos)... ¿Y la comida? Una sugerencia de capricho: vayan al precioso Café Majestic (no es tan caro y merece mucho la pena) y pidan una francesinha –pedazo de sandwich relleno, con salsa picante, a veces con huevo y muy típico–. Para beber, más oporto o una cerveza portuguesa (Sagres, SuperBock); y de postre, una de esas ‘natas’ que tanto recuerdan a los pasteis de Belem... Y sigan paseando, disfruten de Oporto, tan especial.
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