También parece poco creíble que un nombre "muy leonés" sea el de Marcelo Jorissen, pero este nombre es seguramente el más importante de la historia de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), conocido además por El Belga, el país de origen de este ingeniero de minas que fue director de la Escuela de Minas de Madrid y el impulsor de esta mina museo, por eso lleva su nombre.
Ayer mismo se inauguró en el MSM de Sabero una exposición sobre la vida y obra de El Belga, además de una conferencia sobre su vida y su importancia en la minería leonesa impartida por el comisario de la muestra y gran conocedor de su historia, Víctor del Reguero, que también es autor de un libro sobre su figura titulado: ‘Las gafas de El Belga’.
El motivo de la exposición es que se cumple un siglo de la llegada de Jorissen a la MSP, como explican desde el propio museo: "El ingeniero de minas Marcelo Jorissen Braecke (1897-1984) fue artífice del desarrollo industrial de Laciana y El Bierzo durante el pasado siglo desde su posición privilegiada en la MSP. Jorissen, llegado a Laciana en 1922 al finalizar sus estudios en Madrid, se casó pronto en ella, afianzando para siempre sus vínculos con esta tierra, que llegó a sentir como propia. El Belga permaneció hasta su muerte vinculado a la MSP y durante todos esos años fue timón de la empresa y artífice, en gran medida, de su desarrollo, del que, paralelamente, vivieron El Bierzo y Laciana a nivel social y económico".
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Este es el personaje, que fuera de Laciana también tuvo gran presencia y era el director de la Escuela de Minas de Madrid (Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía cuando se construyó esta mina museo que hoy lleva su nombre. "Esta mina experimental tardó en construirse cuatro años (1963-1967). Era una iniciativa del que fuera el director de la Escuela Marcelo Jorissen, que la mandó construir en la década de los 60. El único objetivo de este amante de la educación era que sus estudiantes tuvieran la oportunidad de realizar prácticas en sus especializaciones sin tener que salir del propio centro de enseñanza y con unas medidas de seguridad controladas". Esta situación propició que los mayores beneficiarios de esta mina (entonces mina escuela) fueran los estudiantes de 4º de Laboreo de Minas y 5º de Laboreo y Explosivos. En la actualidad está dedicada casi exclusivamente a museo y no se puede decir que sea de los que disfruta de mayor publicidad institucional; tal vez acorde a la situación de la propia minería, oficio que se puede conocer en la visita, pues "fue diseñada incluyendo hasta el más mínimo detalle. Se trata de una imitación de lo más verosímil de una mina real, incluso se introdujeron elementos procedentes de verdaderos yacimientos como pueden ser los vagones o el castillete que se puede apreciar desde el exterior. También se cuidó detalles como la humedad o la iluminación para que se pareciera lo máximo posible a una mina de verdad. Lo único de lo que carece es de un verdadero yacimiento, ya que en el suelo del barrio de Chamberí no hay minerales de interés, y menos aún carbón".
Tampoco parece vivir sus mejores tiempos el museo, visitado por escolares fundamentalmente... pero sigue siendo la única mina ‘leonesa’ que aún permanece abierta. Algo es algo.