"Los análisis genéticos han identificado a dos de las personas exhumadas en el cementerio de Villadangos del Páramo. Se trata de Urbano González Soto y Marcelino Quintano Fernández, concejales socialistas en Valencia de Don Juan en 1936. Sus restos y los de otras diez víctimas aún no identificadas fueron exhumados por la ARMH en febrero de 2022. En esa fosa fueron sepultadas decenas de víctimas en total, pero no ha podido ser exhumada por completo porque se construyeron panteones sobre parte de ella a partir de los años ochenta-noventa".
Las anteriores son las primeras lineas de la nota de prensa de la ARMH para dar a conocer los primeros resultados de los análisis realizados y en la que añade que "el laboratorio de la Universidad del País Vasco ha podido extraer muestras de ADN de otros cuatro esqueletos exhumados, que están siendo cotejadas con muestras de otros familiares de víctimas".
Esta nota es la confirmación de algo que esperaban - y estaban convencidos de que iba a ocurrir - gentes de Coyanza y estudiosos que ya habían dejado muestras de su búsqueda a lo largo de los años. Uno de ellos es el historiador coyantino Javier Revilla, profesor de Historia en la ULE y ex concejal de Cultura en el anterior equipo de Gobierno de Valencia de Don Juan, presidido por otro socialista, Juan Pablo Regadera. Revilla también había aportado la documentación que poseía a la ARMH. "La verdad es que estábamos convencidos de que ‘Los seis paseados de Valencia de Don Juan’ estaban en esa fosa y eran de los exhumados. Debo decir que la documentación que aporté era, en su mayor parte, la recogida por Alberto Pérez Ruiz en su etapa de alcalde de Valencia, en la que mostró gran preocupación y sensibilidad con ellos y sus familias como se puede comprobar en diversos artículos que publicó en La Voz Socialista, desde el año 2002, y también nos hicimos eco de la búsqueda en la revista Esla, en la etapa en la que estuve al frente de la misma".
"Alberto Pérez Ruiz mostró una gran cercanía y sensibilidad con el tema de los paseados, suya era la mayor parte de la documentación que aporté a la ARMH"
Artículos con títulos tan significativos como ‘En recuerdo de unas víctimas olvidadas’ o ‘En recuerdo de los desaparecidos’ (en L.V.S.) o ‘Los seis coyantinos asesinados en Villadangos’, en la revista Esla y en la que ya aparecen las seis fotografías de los asesinados y una pequeña biografía con sus cargos en UGT o PSOE, los que lo tenían, pues recuerda Revilla en el artículo "El ‘motivo’, su ‘delito’, fue su ideología política o sindical, pertenecer al PSOE o la UGT, entendiéndose por tanto contrarios al nuevo régimen" del que recuerda que era el periodo denominado de "terror caliente" y que dos de aquellos seis coyantinos asesinados el 20 de septiembre de 1936 era afiliados de la UGT y los otros cuatro concejales socialistas.
Entre los concejales Urbano era guarnicionero; Luengo pescador y músico aficionado; Pérez Barrientos fue albañil y zapatero y, de los afiliados a la UGT, Moisés era minero y agricultor.
"Lamentablemente Chora, hermana de Urbano, murió con 96 años sin saber que uno de los exhumados era su hermano; al igual que Nines, que fue concejal con Pérez Ruiz en 1979"
En uno de los artículos, de 2011, de La Voz Socialista se da cuenta de que "hoy viven entre nosotros dos viudas, hijos e hijas, hermanos y sobrinos de estas infortunadas víctimas de la barbarie fratricida. Sea por prudencia o por miedo, o por un poco de todo, lo cierto es que nada han dicho en los 75 años transcurridos desde entonces. Algunos de ellos sintieron un alivio desde la placa de la Plaza Chica se puso la inscripción...".
Tal vez por ello, por tan largos silencios y otras circunstancias, Javier Revilla recuerda, además de a Alberto Pérez Ruiz, que "lamentablemente Chora, hermana de Urbano, murió con 96 años sin saber que uno de los exhumados era su hermano; al igual que Nines (Marcelino, llamado igual que su tío) que fue concejal con Alberto Pérez Ruiz en 1979 y por tanto heredero directo en lo político. Ambos murieron sabiendo de la exhumación pero sin conocer que eran los suyos con certeza".
Cree Javier Revilla que todos ellos merecen este recuerdo y reivindicación pues, cierra su artículo escribiendo, "no merecen el olvido, porque los demócratas no podemos volver a permitir que se repita lo que les sucedió".