Este miércoles los participantes en el Curso de Verano de Cistierna sobre ‘Historia y memoria’ conocieron que en una cueva cercana, de muy difícil acceso, había vivido durante años un maquis. Alguien del curso, por curiosas circunstancias, lo sabía, les condujo allí y en la cueva estaban, casi 80 años después, sus botas de cuero, viejas ropas, hebillas y restos de animales. La historia que estaban ‘estudiando’, conociendo, vivía allí.
No estaba el diario del guerrillero, ése ya lo habían encontrado en los años 90 miembros de la guardia civil y se lo habían entregado a la familia, en Villablino, junto a un hacha que estaba cerca, nada se ha vuelto a saber de él.
Un diario en una cueva
La historia que este miércoles se cerró comienza en los años 90. Un vecino de Villablinollama a un teléfono de la guardia civil para decir que en una cueva de muy difícil acceso en la comarca de Sabero vivió un maquis y que tiene mucho interés en recuperar un Diario de aquellos días de huido, que dejó allí cuando se entregó, cuidadosamente envuelto en piel por lo que seguramente se conserve en buen estado.La llamada y la petición, realmente extrañas, no cayeron sin embargo en saco roto. Los guardias acudieron al lugar, de muy difícil acceso, y encontraron el Diario, en buen estado, perfectamente legible. Y, a través de quien había realizado la llamada, devolvieron el detallado Diario de años de huida a la familia del guerrillero, y tal vezal propio autor del mismo
Nada más supieron del Diario cuyo hallazgo impactó a los guardias. Uno de ellos lo contó de forma anónima en un taller de periodismo y realmente impresionó a los asistentes. Y Y ese recuerdo y esa historia llegó hasta el director del Curso de Verano de Cistierna, Javier Rodríguez, quien reconocía estar «impresionado por laintensidad de los sentimientos...» y se puso a trabajar en la vertiente histórica de esta historia sobre todo humana.
Ismael Cabezas Marín
Y el azar, y el trabajo, quiso que hace tan solo unos días encontraran en el Archivo de El Ferrol el documento del Consejo de Guerra de este guerrillero, del que se apuntaba que había estado «escondido en los montes de Sabero».«Todos los datos coincidían, sin duda era él, se llamaba Ismael Cabezas Marín, minero de Matarrosa del Sil aunque nacido en Méjico, que combatió en Vizcaya y fue condenado a 20 años y un día. Liberó pena en el Batallón de Trabajadores Mineros de Orallo, pidió el indultó y se lo comcedieron en 1949.
Ahora, 70 años después... fin.