El punk rock nacional ya no se entendería sin ellos. Han conquistado con su música mucho más de lo que se imaginaban cuando en 2003 conformaron la banda en la Escuela Municipal de Llanera (Asturias). Sin embargo, este 2023 dicen su adiós definitivo por no poder seguir al nivel y al ritmo que les gustaría. Desakato encara el final de su despedida con la gira ‘El año que vivimos intensamente’ que este miércoles 4 de octubre hace escala en el Palacio de Exposiciones de la capital leonesa dentro del ‘León Music Week’ (para lo que aún quedan entradas a la venta) junto a las bandas leonesas Mezcal, Gente Muerta y Lions Way desde las 18:00 horas. Sin embargo, Héctor Martínez ‘Pepo’, culpable de esa voz gutural y tan desgarradora que atesora la banda en sus canciones, deja claro que León se merece un último ‘pogo’ de Desakato antes de su adiós.
– La primera pregunta es obligada. ¿Por qué León tiene el privilegio de contar con Desakato justo en la recta final de su gira de despedida?
– Considerábamos que teníamos que venir a León por dos promotores de la ciudad (Jhon Herrero de Goji Burgers e Iván Allegue del Babylon). Hemos trabajado con ellos más veces, fueron los primeros promotores que nos trajeron por la zona de León y es una ciudad a la que le tenemos mucho cariño y a ambos también y queríamos contar con ellos para la despedida de la banda.
– Tras el del miércoles de León, sólo les quedarán tres conciertos más en la despedida en Barcelona, Valencia y Madrid. ¿Se está haciendo más difícil ahora el adiós que al inicio de la gira?
– Sí porque al principio de la gira ya sabíamos que era una gira de despedida, pero al quedar un montón de fechas por delante todavía no eras consciente al cien por cien de que esto se acababa. Sin embargo, al afrontar la recta final sí que se ve el fin mucho más cerca y es un poquito más difícil. Llevamos 20 años juntos y tengo 35 años. Llevo más años en mi vida con el grupo que sin él. No sé como va a ser la vida sin el grupo.
– Una despedida con punto y final siempre está asociada a la tristeza, pero Desakato está rompiendo el tópico y está demostrando que es motivo de celebración más si cabe.
– Con la despedida del grupo la gente está portándose genial. La reacción está siendo espectacular. Todo el mundo se ha volcado a darnos las gracias por todo lo que han compartido con nosotros y por toda la música que les hemos dado. Notamos mucho más el cariño de la gente que odio o reproches.
– Aún así es inevitable ver a gente llorando en sus conciertos… ¿qué siente al verlo?
– La verdad que es difícil porque nosotros también hemos sido fans de grupos muy buenos que ya no están en activo y comprendes ese sentimiento que puede tener la gente a la que le gusta mucho la banda y que está siendo consciente en un concierto en su ciudad que es la última vez que nos ve. Para nosotros es muy complicado y siempre todo el mundo se centra en los artistas, pero sí que es verdad que hay gente a la que la música le ayuda mucho en el día y día y es perfectamente entendible ese cúmulo de emociones.
– ¿La pandemia fue la peor piedra que se ha encontrado Desakato por su camino durante estos 20 años?
– Sin lugar a dudas. A lo largo de nuestra carrera hemos tenido muchos problemas y dificultades, pero la pandemia fue la mayor complicación que nos hemos encontrado. Teníamos la fecha de publicación de nuestro último disco con la gente encerrada en casa con el confinamiento. Decidimos seguir adelante ya que la gente estaba encerrada y para que tuviera algo nuevo que escuchar y se evadiera. La pandemia fue difícil a muchos niveles personales, pero para el grupo fue una piedra muy grande que no pudimos ni sortearla, tuvimos que dinamitarla en trozos más pequeños para poder pasar un poco por encima.
Con la despedida del grupo la gente está portándose genial. La reacción está siendo espectacular. Todo el mundo se ha volcado a darnos las gracias por todo lo que han compartido con nosotros y por toda la música que les hemos dado
– Han llegado a lo más alto del punk rock nacional, agotando entradas en grandes ciudades, festivales entregados, giras internacionales, etc. Más allá de la mezcla de estilos en su música, ¿cree que el mayor éxito ha sido lograrlo defendiendo siempre su ‘tierrina’?
– Siempre ha sido una de las cosas que más nos ha llenado de orgullo. Viajar muy lejos de nuestra tierra y ver a gente cantando nuestras canciones en asturiano o que haya gente que ha venido de turismo a Asturias a conocerla porque le gustaba Desakato y querían descubrir nuestra tierra. Siempre ha sido un orgullo representar Asturias y nos encantará hasta el último día. Hablando con otros compañeros de otras bandas que viven en Madrid y comparándonos con nosotros durante los años más duros que tocábamos 35 o 40 conciertos al año… Si nosotros hubiéramos vivido en Madrid habríamos ahorrado un montón de dinero y tiempo cuando el grueso de nuestros conciertos estaba en la zona del Levante, Castilla-La Mancha y Madrid y porque desde Madrid estás más céntrico de cualquier destino. Pero nosotros siempre optamos por seguir en nuestra casa y salir de Asturias y volver cada fin de semana.
– Asturias y León comparten un problema acuciante como es la sangría poblacional y Desakato ha demostrado que es posible triunfar siendo fiel, viviendo y trabajando en el día a día en su tierra. ¿Se puede extrapolar esto a la realidad social para revertir la situación demográfica de ambas zonas?
– Yo creo que sí y soy optimista de que la situación pueda cambiar. Después de la pandemia a la gente le cambió bastante la mentalidad y va a tener una pequeña tendencia ahora a volver a los pueblos. No solo por el romanticismo que tiene, yo por ejemplo estoy viviendo en un pueblo de Asturias desde antes de la pandemia porque soy muy amante de lo rural. Yo sí que creo que a raíz de la pandemia la tendencia es de vuelta al pueblo porque las ciudades están cada vez más masificadas y hace muchos años cuando hacía falta irse a trabajar cuando no quedaba otra, los pueblos se quedaron desiertos; pero hoy en día con la tecnología que hay y con el teletrabajo la gente ya ha empezado a habitar los pueblos y llevar una vida más tranquila. Yo por lo menos en eso estoy y me da la impresión. Como te he dicho, soy un a persona muy rural, siempre me gustó mucho la naturaleza y los animales y soy incapaz de pasarme la vida encerrado en una ciudad.
Hemos tocado en un montón de pueblos de la provincia leonesa cuando estábamos empezando a salir de Asturias. Y no creo que sea tanto por la cercanía con Asturias, sino porque en todas esas zonas sigue habiendo cultura de rock
– La provincia de León ha jugado un papel fundamental en los inicios de la banda para alcanzar la cima a la que ha llegado, ¿no?
– Para nosotros León ha sido siempre muy importante. Hemos estado en Urdiales, Zotes, Santa Marina del Rey, La Robla, Llanos de Alba… Hemos tocado en un montón de pueblos de la provincia leonesa cuando estábamos empezando a salir de Asturias. Y no creo que sea tanto por la cercanía con Asturias, sino porque en todas esas zonas sigue habiendo mucha cultura de rock. Si te vas a las fiestas de los pueblos, siguen consumiendo esta música, hay bares que ponen rock... León es uno de los últimos reductos que va a quedar donde más grueso de la juventud sigue consumiendo rock en los tiempos en los que la gente está más metida en la música electrónica y en los estilos urbanos. León ahí es un bastión importante.
– Y en lo personal, si no me equivoco Pepo ha vivido durante una buena temporada como un ‘leonés’ más…
– Estuve un par de años en León compartiendo trabajo en un estudio de tatuajes con grandes compañeros. Viviendo en León estuve encantado, tenemos un carácter muy parecido, tenemos una gastronomía muy parecida y también hace muy mal tiempo como en Asturias que hay gente que lo lleva mal, pero yo lo llevo bien (dice entre risas). Es una ciudad a la que le tengo mucho cariño y además hice muchos más amigos de los que ya tenía a raíz de la banda.
– Y después de vivir en León, ¿es más de cecina o cachopo?
– Ni para ti, ni para mí. Cachopo con cecina.
– En los viajes entre León y Asturias, ¿es más de ir por la autopista del Huerna o por el puerto de Pajares?
– Cuando tuve que viajar mucho por trabajo, iba por la autopista porque era lo más cómodo. Si tengo que ir a León con calma o hacer algo relajado, voy siempre por el puerto de Pajares porque le tengo bastante cariño al puerto. Viví también arriba una temporada de invierno y como me gusta mucho los pueblos, si puedo, priorizo ir por ahí.
– ¿Qué música escucha en el coche?
– Suelo escuchar de todo.
– ¿Un cantante de punk ya no escucha sólo rock?
– Sí, eso era algo que estaba como un poco estereotipado. Creo que eso cambió un poco con la democratización de la música y con la llegada a través de internet de tanta música y de géneros nuevos y la gente ya no está cerrada y escucha de todo. Yo creo que además es importante escuchar diferentes estilos porque de todo se aprende.
En León vamos a tratar de hacer un concierto un poco más extenso en el que tocaremos temas más clásicos y antiguos que hace tiempo que no tocamos y que seguramente que la gente que hace años que nos venía a ver va a agradecer
– Desakato no se entendería sin sus guturales. ¿Nunca ha tenido ningún problema? ¿Cuál es su secreto para lograr esa voz?
– Tuve unos problemas unos años antes de la pandemia relacionados por temas de alimentación y de reflujo, pero el resto de la carrera no he tenido ningún problema. Incluso tuve algún fin de semana de tocar tres fechas seguidas y se sacó para adelante sin problema. De joven eres un poco más inconsciente y no cuidas la voz tanto como deberías, pero cuando la banda ya empezó a tener muchas fechas y a cantar mucho sí que fui teniendo más en cuenta que si no tenía ciertos cuidados podía tener problemas. Además, creo que no tiene que ser algo que desanime a la gente que está empezando y quiera cantar gutural porque hay un montón de técnicas y de profesionales que trabajan muy bien como, por ejemplo, Ruth Suárez, que es una profesora de canto de aquí de Asturias que está especializada en todo lo relacionado con los guturales y tiene muchos alumnos que practican con ella que les va genial. A mí es una profesional que también me ha ayudado muchísimo.
– ¿Por qué cree que al público le cuesta más ir a una sala a ver a un concierto que a un festival? ¿Es porque el precio de las entradas puede ser casi el mismo en ambos casos?
– Yo creo que es un problema de base de la gente. Le duele pagar una entrada de diez euros para una banda que viene de otra ciudad, que se tiene que mover, lleva a gente trabajando con ellos y lleva un montón de esfuerzo y dinero invertido en el grupo; pero ese mismo día igual sale de fiesta y gasta 50 o 70 euros en el resto de la noche y cuando a las seis de la mañana van a pagar diez euros por una copa en una discoteca la pagan encantados y no les parece caro. Es un problema de perspectiva de la gente que no se da cuenta de los esfuerzos y el dinero que conlleva tener una banda y, sobre todo, cuando gira y se mueve a otras ciudades.
– Y del concierto de Desakato, ¿en vez de en Frankfurt esperamos ‘Pánico en León’?
– Desde luego. Vamos a tratar de hacer un concierto un poco más extenso en el que tocaremos temas más clásicos y antiguos que hace tiempo que no tocamos y que seguramente que la gente que hace años que nos venía a ver va a agradecer. Va a ser muy emotivo por todo lo que conlleva personalmente para mí y como banda para Desakato porque siempre es un lujo tocar en León.
– Tras la despedida, ¿qué planes a corto plazo tiene?
– Descansar un poco que son muchos años, los últimos con mucha presión y muchas cosas a la vez. Toca parar, desconectar en el pueblo, ver la vida con un poco de perspectiva y ya veremos lo que nos depara el futuro.