Al otro lado del río Bernesga y de las vías del tren, en el histórico barrio ferroviario de León, ha surgido un fenómeno cultural único. Desde hace algunos años, artistas de diversas disciplinas han instalado aquí sus estudios y talleres. “Vivir del arte” no es tarea sencilla, sin embargo, con tenacidad y pasión, han hecho de su vocación un oficio. Hoy este barrio es un nuevo espacio de creación.
En este enclave emergente, ocho espacios culturales han tomado protagonismo. Cinco de ellos están gestionados exclusivamente por artistas —pintores, escultores, creadores plásticos y visuales, artistas escénicos y editores, entre otros—, mientras que los tres restantes combinan su faceta comercial con propuestas didácticas y expositivas. Unidos por el objetivo de darse a conocer, intercambiar experiencias y dinamizar la zona, han puesto en marcha el primer circuito cultural en esta periferia creativa, conocida por algunos como “el pequeño Soho leonés”.
En esta zona también brilla con luz propia El Palacín (ubicado en la antigua azucarera de Santa Elvira) que, con sus sugerentes exposiciones de fotografía y artes visuales, es ya una visita imprescindible para leoneses y foráneos.