"León tiene algo que no experimenté en ningún otro sitio"

Emilio Guzzo es Emilio De Viaje en Tik Tok, desde donde se asegura de poner al tanto a sus compatriotas argentinos (y a otros tantos habitantes de León) de los planes, la cultura y la historia de la provincia

24/09/2023
 Actualizado a 24/09/2023
Emilio De Viaje posa ante la fachada principal de la Catedral de Astorga, uno de sus sitios preferidos en la provincia. | L.N.C.
Emilio De Viaje posa ante la fachada principal de la Catedral de Astorga, uno de sus sitios preferidos en la provincia. | L.N.C.

Llegó a España con veintitrés años. Un par de maletas, ropa cómoda y mascarilla para cruzar por cielo el Atlántico; desde Buenos Aires hasta Madrid. De capital a capital, teniendo claro ya desde hacía tiempo que su próximo destino sería algún punto de la geografía española. «Uno se siente mucho más en casa hablando su idioma», reflexiona, como reflexionó Pessoa con aquello de «mi patria es mi lengua».

Y, de entre todos los enclaves; de entre todas las ciudades, municipios y localidades, Emilio Guzzo fue -de viaje- a parar a León. Después de los dos años y más de dos meses residiendo en la capital provincial, su rostro le delata: todavía se emociona recordando su llegada. Una solitaria, pues llegó sin conocer León, con la única compañía de su gato; compañero de viaje y confidente seguro en sus primeros días por estas tierras. «Estaba buscando cambiar de aires», justifica su traslado y suena paradójico si se tiene en cuenta que aquellos aires de los que procede no se acobardan al calificarse como «buenos».  

Una oferta de trabajo de Fundos en la Casa Botines le hizo aterrizar frente al edificio de Gaudí, enfrentándose desde el principio a una pequeña muestra de la belleza arquitectónica de León. De ella habla engatusado, como si el conglomerado de construcciones leonesas le sometiera a alguna especie de brujería, algún hechizo hipnotizante que cae sobre el argentino igual que la lluvia cae sobre el cultivo tras un periodo largo de sequía. «¡La cantidad de edificios maravillosos que hay aquí!», exclama y todavía parece sorprendido. «Es que no los podemos contar ni con los dedos de las manos», sigue obnubilado: «Tanta historia concentrada en una ciudad como León es fascinante». 

Pocos ingredientes más hicieron falta para que el joven cayese enamorado de esta ciudad. Tanto es así que solo se ha embarcado en un viaje de regreso a Argentina desde que León le dio la bienvenida. Ahora -eso sí-, la morriña natural del ser humano le ha llevado a planear un viaje para principios del año que viene. Aun así, es contundente: «Vine a León probando y me quedé tan maravillado que decidí quedarme». Lejos de la dirección hacia la que soplan los vientos de la historia, lejos del flujo habitual que despuebla paulatinamente esta provincia, Emilio Guzzo tiene sus propias intenciones. «Planeo quedarme un largo tiempo», suelta maquillando sus palabras de un perenne acento argentino que ya casi se tiñe con el de aquí, y añade solemne: «Yo siempre lo digo; me lleve donde me lleve el destino, mi ciudad natal en España siempre va a ser León». 

Pero no son la sorpresa ni la emoción de este leonés adoptivo lo que dan razón a estos párrafos sobre su vida. No es tampoco su historia de emigración, de un lado al otro del charco; como no lo son sus intenciones sinceras de, contra todo pronóstico, quedarse aquí. Lo son los alrededor de veinte mil internautas que le siguen en redes sociales como Tik Tok e Instagram. Redes desde las que Guzzo -Emilio De Viaje en versión digital- atrapa a miles de personas con datos curiosos de la provincia. Y es que, mientras los unos mueven brazos y caderas al son de algún ritmo pegadizo sin otro objetivo que entretener y monetizar, Emilio De Viaje utiliza estos espacios para hablar, sobre todo, de León.

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El influencer frente al antiguo consistorio, en la plaza de San Marcelo. | L.N.C.

Lo que en sus pinitos redeciles no era más que una forma sencilla de tener al tanto a sus allegados en Argentina, se acabó convirtiendo en una fuente de información; en una visión argentina de la realidad leonesa que interesaba incluso a los residentes de estas tierras. «De repente, empezó a explotar en León», recuerda contento: «Empezó con algunos vídeos que por ahí tenían varias visualizaciones, pero explotó con uno que hice sobre el café torero». Y continúa: «Los leoneses festejaban tanto mi modo de ver las cosas sin ser de aquí que empecé a hacer un poco de contenido orientado a eso y fue muy bonito porque yo llegué solo, mi familia estaba lejos y demás... Y que tanta gente se me acercara me hizo sentir como en casa». 

Creativo y de mente curiosa -así se define-, Emilio De Viaje abrió con sus vídeos una ventana en la mansión, casi herméticamente cerrada, del atractivo de esta tierra. Lo hizo sin pretensiones económicas; sólo guiado por una inquietud insaciable por conocer más. «Vine a la edad exacta; la edad ideal en la que uno ya está más centrado, tiene un poco de hambre de historia y eso hace que uno se apropie de los datos culturales», dice, antes de aclarar: «Apropiarse en el sentido de adoptarlo como propio». Y es verdad, pues Emilio ha recorrido buena parte de la provincia y, con cada kilómetro, ha ido creciendo, como crecemos todos. Con cada rincón visitado, ha permitido que los detalles de esta cultura se vayan haciendo hueco en su interior y vayan conviertiendo su alma en una a medio camino entre Buenos Aires y León. Todo gracias a su espíritu curioso. «El hecho de informarme lo tengo interiorizado como un deber porque no me gusta llegar a un lugar nuevo y vivir rodeado de un montón de cosas que no conozco», analiza: «Estoy encantado con la cultura de León porque creo que es diferente a toda España». Ese entusiasmo, ese irreparable encantamiento con esta ciudad, materializado en una cara de rasgos delicados y ojos abiertos, queda bien retratado en sus redes sociales. 

Y, si se le pregunta por aquello que diferencia a esta provincia de otras españolas, su mente parece viajar en un exhaustivo examen de las circunstancias, como evitando dar puntada sin hilo; como queriendo dejar bien tejido su amor por la tierra leonesa. «León tiene algo que yo no experimenté en ningún otro sitio del mundo... ¡Y eso que dicen que en Argentina somos muy cálidos!», relata: «La cercanía, el plan de tomar algo que surge tan espontáneo... ¡Salís a cualquier hora y hay gente tomando algo!». 

Por todo lo que ya conoce, por todo lo que dice querer conocer aún más, por la elección de enclaves como Las Médulas, el Faedo o Astorga como sus favoritos, por su ya fraguada maestría en eso de disfrutar unas buenas tapas o en aquello otro del café torero, que antes tanto le sorprendía; parece que lo único que hace que Emilio no sea un leonés natal es ese sutil acento que transforma las ‘y’ en una especie de ‘shh’, como reclamando un silencio pulcro para disfrutar, ensimismado, de la historia y las costumbres de León.

No puede decirse que sean numerosas sus experiencias desagradables con esta historia de Tik Tok -él ríe a mandíbula batiente cuando menciona a los famosos ‘haters’-, aunque habrá quien piense en la ironía que resulta escuchar a un argentino hablar de León y conocer detalles que, muchas veces, el leonés parece desconocer. «Manda narices que haya tenido que venir un chaval de Argentina para decirnos lo que hay en León», se alarmarán algunos. Se alarmarán, pero es cierto que, contra la costumbre de ver por estas calles a peregrinos y otros viajeros siempre de paso, Emilio De Viaje hizo escala hace ya más de dos años en la ciudad y, de momento, no tiene planes de marcharse. Habrá -seguro- quien se lleve las manos a la cabeza, pero, quizá, entre tanto pasajero, entre tanto habitante huidizo, a veces necesitemos de los de allí -de los de ‘ashá’- para disfrutar de la belleza mágica y tantas veces desapercibida de por aquí.

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