Esperan varios curiosos a las puertas del Camarote Madrid. Por la calle Cervantes no tarda en llegar caminando Juanjo Fernández Alonso, protagonista de la mano de una escultura hecha a base de cobre y de latón; «materiales complicados –en sus palabras– que no pueden conseguirse en cualquier herrería».
El escultor empezó dibujando «de pequeño, durante horas y horas». «Me encantaba dibujar animales, personas, paisajes», continúa sobre una afición que «nunca» quiso perder. Aunque, con el tiempo, ha ido cobrando otras formas artísticas. La que desde este miércoles cuelga de una de las paredes del establecimiento emula un insecto que podría confundirse con una libélula, si es que no lo es. Tampoco es que el leonés tenga una idea demasiado premeditada. «Más o menos la tengo», apunta: «Arrancarlo me lleva un tiempo porque no sé ni hacia dónde voy». El «tropezarse de casualidad» con una hormiga, una mosca o algo que le llame la atención puede ser también el caldo de cultivo para algunas de sus obras. «Pero me tiene que resultar atractivo», asegura.
Su afición por la escultura parte del taller de carpintería metálica de su familia. Allí encuentra Juanjo numerosos materiales que recicla con sus manos dándoles la forma que mejor considere. «En parte son reciclados y en parte los busco para completar la obra», explica: «En el taller, voy apartando, voy apartando... Y tengo un montón de cosas ahí juntas». Y es que el leonés reparte su tiempo entre el trabajo matutino con horario laboral y la tarea de creación, a la que suele destinar las tardes. «Siempre he intentado buscar mi tiempo para dedicarme a lo que me gusta de verdad; para disfrutar como un niño, que es lo que queremos todos», relata, aunque se muestra firme en la negativa a dedicarse a la escultura a tiempo completo. «Lo hago porque me gusta mucho como hacemos todos», dice: «Cuando recibo propuestas para exponer en algún sitio, me queda cerca y puedo desplazarme llevando mi obra, yo asumo todos los costes porque voy encantado de enseñarlo a cuanta más gente mejor».
El artista llegó hace apenas unos días de Madrid, donde pudo participar en una de las propuestas paralelas a laFeria de Arte Contemporáneo ‘Arco’. «Allí, al haber tanta población y tanto turismo artístico, tienes una proyección mayor; recibes más visitas y más opiniones y eso estimula mucho», refleja sobre un ambiente por el que siente especial devoción.
Aun así no tarda en regresar a su tierra natal; a trabajar entre los elementos que él mismo hace reciclables con su creatividad. Regresa con una obra que desafía las leyes de la física escultórica reposando en una de las paredes del Camarote. Lo hace, no tanto como Juanjo, sino más como Thesteelstudio; un seudónimo que le acompaña por las tarde en su faceta de artista. El creador mantine la mirada infantil sobre la realidad sin dejar a un lado esos dibujos que hacía de niño y que, de alguna forma, todavía le acompañan. «Esta obra también es dibujo», suelta: «Dibujo, pero en el aire».