La leonesa apresada por la pintada '¡Viva la Universidad libre!'

Albina Pérez era una joven universitaria leonesa, militante de la FUE, que en 1947 participó en hacer en Madrid una gran pintada por la que fue condenada a dos años de prisión. Con cien años, el sábado sera homenajeada en León

20/03/2025
 Actualizado a 20/03/2025
Albina Pérez y el cuadro con las penas del Consejo de Guerra de los 14 miembros. | DIARIO DEL AIRE
Albina Pérez y el cuadro con las penas del Consejo de Guerra de los 14 miembros. | DIARIO DEL AIRE

«Ni una colchoneta ni nada, solo el suelo alfombrado de la sala y luego el techado, que era el artesonado. Yo me quedé asustada de ver aquello, que era el campo de concentración de San Marcos, uno de aquellos campos en los que los sacaban para matarlos por las noches, a los que les apetecía. 

–¿Cómo encontraste a tu padre allí?

Le llamamos y se presentó. Yo estaba en el patio de San Marcos, él estaba dentro. Le di el bocadillo que llevaba, le di ánimos, lo que pude, y se acabó, no nos dejaron más. Ya digo, estaba con una alfombra en el suelo para aquellos hombres, hombres presos. Aquel recuerdo de San Marcos lo tengo yo grabado en el alma».

La conversación grabada de su propia voz pertenece a un post colgado por la ARMH (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica) en febrero de 2.024 cuando la protagonista que lo recuerda, la leonesa Albina Pérez, cumplía 99 años. 

Estos recuerdos que marcaron su vida los vivió Albina cuando solo era una niña de 11 años, pues había nacido en León, el 25 de febrero de 1925, y esta visita a su padre detenido y recluido en el durísimo campo de concentración de San Marcos —hoy hotel de lujo que racanea recordar en su historia este pasaje de la misma— se producía en el inicio de la guerra civil, en 1936. Once años tenía la niña.

Albina Pérez, que aún vive, vuelve a ser protagonista esta misma semana pues será homenajeada por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática dentro de los actos del programa España en Libertad, que conmemoran los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco.  El motivo del reconocimiento no es, evidentemente, este recuerdo de la visita a su padre sino el hecho de ser una de las primeras luchadoras antifranquistas en la Universidad en tiempos difíciles. La nota oficial dice: «El objetivo principal de este evento es el de rendir homenaje a Albina Pérez, luchadora antifranquista, coincidiendo con la reciente celebración de su centenario». Y añade una breve biografía de la homenajeada: Albina Pérez (León, 1925) es, junto a Nicolás Sánchez Albornoz (Madrid, 1926), la única superviviente del grupo de luchadores universitarios miembros de la FUE (Federación Universitaria Estudiantil) que fueron represaliados en 1947 por la Brigada Político Social y encarcelados por sus reivindicaciones pacíficas en el entorno de la universidad».

Homenaje en León 

El ‘delito’ de Albina, y otros trece universitarios, fue el de acusarles como autores de una gran pintada aparecida en las paredes de su facultad de Filosofía y Letras y en la que podía leerse: ‘¡Viva la Universidad libre!’. Al lado la firma, en grande y repetida, de la FUE y más pequeños los nombres de los poetas Lorca, Machado y Miguel Hernández.

La famosa pintada '¡Viva la Universidad libre!' que le costó la cárcel a la leonesa Albina Pérez Fernández
La famosa pintada '¡Viva la Universidad libre!' que le costó la cárcel a la leonesa Albina Pérez Fernández.

El acto de reconocimiento se celebrará a las 11.30 horas de la mañana del sábado, 22 de marzo, en la Fundación Sierra Pambley, con entrada libre, y se completará con un recital de música de la soprano Laura Sabatel y el pianista Antonio López Serrano que interpretarán varias canciones emblemáticas de la llamada canción protesta: 'Mi querida España' (Cecilia), 'Al vent' (Raimon), 'España, camisa blanca de mi esperanza' (Ana Belén), 'Gallo rojo, gallo negro' (Chicho S. Ferlosio), 'L’estaca' (Lluis Lach), 'Libertad sin ira' (Jarcha), 'Canción de Grimau' (Chicho S. Ferlosio), 'Al alba' (Aute), 'A galopar' (Paco Ibáñez) y 'La, la, la' (Massiel/Serrat). Entre paréntesis los cantantes que las hicieron populares y que no todos son sus autores. 

Sobre este homenaje el periodista asturiano Félix Población (aunque le nacieron en Valencia por estar allí desterrado su padre), escribe en InfoLibre en un artículo titulado ‘Doña Albina Pérez, Sánchez Albornoz y la FUE’:  «La Secretaría de Estado de Memoria Democrática se ha acordado de una ciudadana leonesa, Albina Pérez, una mujer que acaba de cumplir un siglo y estuvo en las cárceles de la dictadura por escribir en un muro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid algo tan esencial siempre e imposible entonces, a finales de la década de los cuarenta, como ‘¡Viva la universidad libre!’. No se puede decir por esta tardía recordación que los sucesivos gobiernos de España del Partido Socialista, desde que la memoria histórica cupo tardíamente en su horizonte de gestión, hayan tenido buena memoria. Doña Albina, con Nicolás Sánchez Albornoz, hijo de don Claudio —a quien tuve la oportunidad de conocer a su regreso del exilio—, son las únicas personas que aún viven de las dieciséis que componían la célula de la Federación Universitaria Escolar (FUE) que fueron detenidas entre abril y mayo de 1947, a raíz de aquella pintada».


La FUE frente al SEU

Curiosamente Nicolás Sánchez Albornoz, algo más joven que leonesa (nació en febrero de 1926), había sido quien llevó a Albina a integrase en la FUE. 

El Blog Justicia y Dictadura-Información relacionada con la justicia durante la dictadura franquista, creado en 2013 por expertos en diversas materias, pone en contexto aquellos hechos: «Jóvenes de diversas facultades madrileñas reorganizaron en Madrid a finales del 1945 y principios del siguiente la FUE  (Federación Universitaria Estudiantil), que se fundó bajo la dictadura de Primo de Rivera y que luego se reconstituyó  con la pretensión de luchar y oponerse al SEU (Sindicato Español Universitario) falangista y único permitido por el régimen. Además del trabajo político-sindical dentro de las facultades realizaron  propagandas diversas, pintadas en fachadas con solución de nitratos de plata visibles al salir el sol e incluso idearon un sofisticado sistema para el reparto de octavillas a través de un mecanismo aplicado a cohetes de feria».

El análisis del proceso y la sentencia posterior está plagado de irregularidades y personajes muy siniestros, uno de ellos el famoso comisario Conessa, entonces en la tristemente famosa Brigada Político Social. Pero, sobre todo, el Juez Militar Instructor, el Coronel Eymar, que tenía despacho en la propia DGS y al que Nicolás Sánchez Albornoz no duda en calificar en sus memorias como un «personaje descentrado psicológicamente y vengativo», y cuenta cómo tuvo «la graciosa ocurrencia de anunciarles a los procesados que los enviaba a Alcalá de Henares para que comiesen ‘almendras garrapiñadas’ (un producto típico de dicha localidad madrileña)».

Eymar envió a las dos mujeres, Mercedes Vega y Albina Pérez, a la prisión de Ventas. La leonesa recordaba que le preguntaron si era la novia de Nicolás (Sánchez Albornoz) y al decir que no se rieron afirmando «tendrás tiempo de echarte novia en Ventas», ironizando con que era una cárcel exclusivamente femenina.

En la portada de la revista Resistencia junto a Nicolás Sánchez Albornoz.
En la portada de la revista Resistencia junto a Nicolás Sánchez Albornoz.

Albina, a la que no pilló por sorpresa la detención pues ya se habían llevado antes a algunos compañeros, no negó su participación en la pintada; ya que había sido la encargada de comprar los botes de pintura.  

El citado blog ‘Justicia y dictadura’ analiza las figuras de los dos miembros vivos de la FUE implicados en aquel proceso de la pintada. «Tenemos la inmensa  suerte, a pesar de ese largo periodo de tiempo transcurrido de que sigan entre nosotros dos supervivientes de ese grupo de pioneros luchadores demócratas universitarios Nicolás Sánchez Albornoz y Albina Pérez Fernández que se han ganado el derecho junto al resto de los doce ya fallecidos, todos ellos de unos perfiles y calidades personales, profesionales y políticas extraordinarias, que merecerían un trabajo completo y exhaustivo de sus vivencias y experiencias por ser verdaderos protagonistas en la extensa red de opositores represaliados del franquismo, que siguieron luchando y combatiendo desde diversas frentes por la recuperación de la democracia. Fueron además, los precursores de la FUDE (Federación Universitaria  Democrática Española) que se constituyó de nuevo a finales de 1961 y que fue protagonista de las luchas y movilizaciones en las principales universidades españolas a partir de esas fechas hasta conseguir la desaparición del SEU y el nacimiento de los Sindicatos Democráticos de Estudiantes en el final de la dictadura franquista». 


Dos años y regreso a León

Como se puede ver en el cuadro de penas la leonesa fue condenada a dos años (como Mercedes Vega, la otra mujer) de los que cumplió veinte meses para, una vez cumplida la pena, regresar a León donde se abriendo paso, no sin algunos contratiempos por su pasado —ofertas de trabajo sin cobrar, por ejemplo—. Curiosamente Mercedes Vega también recaló en León, para trabajar en Antibióticos como química (su profesión) e intercedió para que Albina entrara de bibliotecaria en la empresa. 

Con el tiempo logró reincorporarse a la enseñanza en la que se jubilaría. 

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