Lichis: "El pasado es un lastre, pero también un factor para jugar"

Logró que su estilo rockero con múltiples influencias gustara a todos los públicos e hizo que su ‘Felicidad’ fuera más que un himno. Pero decidió dejar atrás a La Cabra Mecánica y emprender un nuevo camino totalmente renovado y sin mirar atrás. Ahora Lichis se ha unido con Rubén Pozo, otro músico que sabe bien lo que es el éxito anterior (con Pereza), y protagonizan una gira por toda España que hoy, a partir de las 22 horas, llega a El Gran Café de León (entradas anticipadas a 14 euros) para mostrar un espectáculo acústico muy diferente al habitual.

– ¿Cómo se está desarrollando esta gira con Rubén Pozo?
– Está yendo muy bien, estamos bastante contentos. En Navidad empezamos a cerrar fechas y ya tenemos más de 50. Estamos probando cosas nuevas, traemos canciones e instrumentos nuevos, vamos aprendiendo y evolucionando sobre la marcha.

–¿Esperaba que fuera así? ¿Ha habido facilidades para que todo fluya?
– La verdad es que ha sido un esfuerzo de muchas personas. Estamos tocando en un formato accesible, llevamos un montón de instrumentos y lo pasamos bien. Nuestra primera pretensión era hacer salas pequeñas, con la gente sentada, tranquila, escuchando música, algo así muy relajado.

– ¿Tocan canciones entre los dos, intercalan sus temas, incluyen de otros grupos?
– Hacemos un repertorio al 50 % de los temas de Rubén y 50 % míos. Luego vamos tocando un tema de cada uno, a veces dos seguidos, canto uno suyo, Rubén uno mío… También incluimos temas nuevos, porque según los vamos componiendo los interpretamos en directo, para ir viendo cómo los ve la gente. Seguramente los recopilaremos en un disco en verano.

– ¿Esa composición es entre los dos?
– Sí, vamos componiendo canciones entre los dos, a veces hago una mitad, Rubén completa la otra, o yo la letra y él la música, con todas las combinaciones posibles. Y una vez que tenemos las canciones y las tenemos ensayadas, las incorporamos al directo, porque es una experiencia que no se suele hacer antes de grabar pero nosotros lo hacemos así.

– ¿Es el proceso al revés, primero exponen al público y luego graban?
– Es como se hacía al principio de la industria, los grupos salían a la carretera y probaban canciones nuevas a ver cómo respondía el público, para luego grabarlas. Era todo como más natural, es una vuelta a los orígenes de la música. También por la idea de que las canciones cuando las grabas siempre teníamos la percepción de que había alguna cosa que nos hubiera gustado pulir que con más madurez o tiempo podríamos haber cambiado. Liberarte de la urgencia y probar de momento las canciones según las vas teniendo, llevarlas en ese formato, nos da tiempo a que las canciones puedan madurar.

– ¿Sigue siendo una locura grabar discos y salir a actuar en la actualidad?
– El panorama musical es de locos, pero siempre ha sido así, dependiendo de dónde te pille la fuerza de la ola, a veces te arrastra hasta el fondo, otras veces te sube arriba, otras no, y salvo en el lado más dentro de la ola que la dominas, es una cuestión complicada. Ahora todo el mundo está así, tú haces el trabajo que hagas, pasa en el periodismo o la literatura, cada año tienes que reinventarte y tratar de trabajar como puedas, seguir haciendo lo que amas. Es un reto hoy en día para todo el mundo.

– Demuestran que hay más formas de ganarse la vida en la música más allá de la radiofórmula.
– Las modas siempre han existido, y la música para los públicos masivos ha existido siempre y ha convivido con otras músicas, siempre ha ocurrido así. El tema está en que es una profesión que tiene altos y bajos, sobre todo quizá en los oficios artísticos es más acusado, por eso intentas que no se te vaya la olla cuando la cosa está bien y no suicidarse cuando las cosas van mal. Ni una cosa ni la otra, es la eterna lucha.

– ¿Hay que dejar claro que el concierto es de Lichis y Rubén Pozo y no de La Cabra Mecánica y Pereza?
– Es algo que está ahí, contra lo que no puedes luchar. Si cantáramos temas de La Cabra Mecánica o Perezano seé si vendría mucha más gente, puede que sí, pero también es posible que mucha gente nueva no viniera porque no enganchaba con aquello y tenía una idea preconcebida. Rubén ya tiene tres discos en solitario, yo ya llevo dos y hemos hablado de hacer un álbum en conjunto. Lo del revival lo entiendo, yo algún día me tendré que jubilar también, pero sigo sintiendo la necesidad de contar cosas y narrar lo que pasa y lo que veo, y mi estilo es bastante diferente a lo que hacía. Algunas veces en conciertos en solitario hago alguna canción, pero de las menos conocidas, incluso siendo de rock y pop que pasaron más desapercibidas. A veces el pasado es un lastre, dependiendo de dónde estás, pero también es un factor más para jugar.

– ¿Este concierto será muy diferente al primero que hizo con Rubén Pozo en el Sonorama y también lo será cuando acabe la gira?
– Seguramente, por ejemplo en el Sonorama tocamos con toda la banda, que a sitios pequeños no podemos llevarla. Hace tres semanas estábamos tocando con cuatro guitarras acústicas a pelo, luego empecé a introducir elementos de percusión a los pies, Rubén también eléctricas, mandolinas, armónicas… intentamos disfrutar del show y probar cosas y buscarnos las cosquillas, aportar algo más, que no solo sea las guitarras, hay temas que sí hacemos con dos guitarras, con un acústico más normal.

– ¿En León vendrán los dos solos?
– Sí, iremos los dos. Seguramente no será el acústico que se está acostumbrado a ver, porque hay bastantes elementos que normalmente no están ene este formato.

– ¿Habrá festivales y grandes escenarios en esta gira?
– Han salido actuaciones con la banda, cuatro o cinco festivales. Nuestra idea era tener un formato lo más flexible posible para estar tocando continuamente, como los músicos americanos o anglosajones, que tienen un gran nivel tocando, pero con la diferencia de que estos músicos no paran, están tocando cinco o seis días a la semana. Es la idea, tocar todo lo que podamos para que las canciones maduren en directo.