'La Llave', novela por entregas 22/22

Por Cristina Flantains

30/08/2024
 Actualizado a 30/08/2024
| ESPERANZA CARRETERO MARUGÁN
| ESPERANZA CARRETERO MARUGÁN

En capítulos anteriores:
Mi querida lectora, mi querido lector. Si te asomas por primera vez a esta lectura siento decirte que llegas tarde. Ni dándote todas las explicaciones del mundo iba a conseguir ponerte en situación a estas alturas de la novela.  Los que han llegado hasta aquí ya se han contagiado del germen del «efecto mariposa», que lentamente ha sido inoculado en sus venas a través de estas 22 entregas en un proceso lento, sabroso, interesante. Y ya saben que en el mundo de ‘La Llave’, toda acción implica una reacción, que la suerte no existe, que nada da lo mismo y que es fundamental rodearse de buenas compañías para minimizar, en lo posible, el sentido trágico de la vida.
Pero nunca es tarde, a falta de mis explicaciones, siempre estas a tiempo de iniciar esta lectura y dejarte llevar por esta historia dónde nada ocurre por casulidad.
Ahora mismo estas a punto de entrar en las últimas frases de la novela. Es una conclusión rápida, sin rodeos y sin detalles. Si has seguido la lectura, a estas alturas, conoces afondo a cada personaje, así que, dejo en tus manos la dirección de los últimos momentos: Quién asestó el primer golpe mortal, quién fue el más cobarde, quién el más loco… quién se arrepintió en el último momento o quién no hubiera cambiado ni una coma de esta triste historia.
Y por último, para terminar como empecé y cerrar así el circulo de lo que ha sido sacar  ‘La llave’ del cajón de mi mesa de trabajo, vaya aquí el agradecimiento enorme a mis compañera de aventura: Isabel Barrionuevo Almuzara, Rosa Berlanga Benito, Esperanza Carretero Marugán, Marifé Gil Vicente y Diana Espinoza Sandoval.
Y por supuesto a La Nueva Crónica de León y a David por estar siempre, siempre en la cresta de la ola.

La Ilustración de esta entrega es de Esperanza Carretero Marugán y Diana Espinoza Sandoval.

 

Domi no le hizo caso e hizo una señal al camarero. Pilar no tenía intención de consumir nada así que se lo tomó como un desafío.

- Empiezas a hablar ahora mismo o tendrás un serio problema, Domi.

- Espera, no te precipites. Entiendo que para ti es una situación dolorosa, pero yo también estoy muy preocupada.

- No veo qué motivos puedes tener tú para estar preocupada por Andrés ¿Es acaso tu hijo?

- No. Pero lo que te voy a contar te interesa a ti, a él y a mí.

- Ya me estas cansando con tanta monserga. 

Se lo contó todo. Descubrió el alivio que se siente estando al lado de la verdad, sin fabulaciones. Disfrutó, posiblemente por primera vez en su vida, de la sensación vivificadora de no ir contra corriente.

Pilar en ningún momento interrumpió el relato de Domi. A ratos la comprendió, otros se vio a sí misma, otros le hubiera arrancado el pelo. Mientras, se tragaba las lágrimas y una saliva amarga como la hiel.

- Es decir. Que tú piensas que ahora Javier está en mi casa esperando a Andrés.

- Sí. Estoy segura.

- Me falta el valor para enfrentarme a esto.

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| DIANA ESPINOZA SANDOVAL

Pilar acodada en la mesa se tapaba la cara con las palmas de las manos.

- Iré contigo.

- Te matará y luego le buscará a él para matarle también. Y quién sabe si no aprovechará para resarcirse conmigo.

- No te dejaré sola en este lio. Iré contigo.

- Vamos, que sea lo que tenga que ser, acabemos con esto cuanto antes.

Y, vamos, volvieron a ser todas las palabras, y empezaban a sonar en la cabeza de Domi como un grito de guerra. 

Entraron en casa de Pilar.

Cuando llegó la Policía al piso, alertada por los vecinos, Domi todavía respiraba. De los cinco, fue la última en morir y lo hizo en los brazos de un agente, sin decir ni una palabra. 

El piso quedó precintado hasta que no se resolviera el caso y así sigue. 

Las cinco llaves están en poder de la Policía y constituyen, según palabras del comisario, un misterio cuya resolución ayudaría a comprender cómo ocurrieron los hechos y por qué. Se encontraron tiradas por el suelo de la casa, junto a los cadáveres y manchadas de sangre. 

Mientras, un grupo de agentes del equipo especial recopila información para intentar comprender qué ha pasado. La Interpol ha emitido una orden de busca y captura contra un tal Andrés, hijo de dos de las víctimas, que se ha dado a la fuga. No se sabe hasta qué punto está involucrado en los hechos, pero podría ser, incluso, autor material de alguno de los asesinatos (parece que no todos han muerto por las mismas manos). Incluso, se especula con la idea de que se hayan matado entre ellos. 
 

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