También otra foto en la que Lolo aparece en mitad de un rebaño de ovejas: "Le encantaba porque podía decir aquello que tanto le gustaba de ‘aquí estoy coneste ganao’. Estábamos trabajando, llegaron las ovejas y él encantado".

Cada imagen es un nuevo recuerdo, mil anécdotas, de la ausencia más presente, la de Lolo, embarcado en no sé cuántos proyectos cuando la muerte le sorprendiócomo jamás mereció, a traición: un libro de motes, varios de seres mitológicos o, entre otros, lo que llamaba "crear la Arteagada; es decir, los descendientes de los Arteaga, de la que él era uno de ellos, en Fresno de la Vega".
"Con lo que más entrañables bromas hacía era con su abuela la de Borrenes, la abuela Juana". Y es que muchas veces contaba las historias de los pueblos y los nombres que les ponían, para lo que usaba el ejemplo de las hermanas de la citada Juana, que era la del nombre ‘normal’ pues las otras eran Prisca, Potamiana y Veridiana, que por si son poco complicadas unhermano de éstas se llamaba Dioresmediondis (creo, que no es tan fácil acertar al 100%).
Y precisamente vinculado a la ‘arteagada’ es el último trabajo inacabado (ahora ya finalizado) en Fresno de la Vega, pues era un encargo de Tomás R. Arteaga, periodista y enfermero, que también tiene una hermana enfermera, Elena, de ahí que en el mural aparezca el símbolo de la enfermería, junto a otras referencias que les encargó el citado Tomás: Punta Cana, Egipto, la figura del abuelo Nicolás, el escribano... o, cómo no, el pimiento de Fresno.
Todos los elementos y hasta memoria familiar están presentes en este mural que estaba sin acabar pero Lolo acaba de rematar a través de las manos y pinceles de Moñi.