Finalmente, vitoreados como si no hubiera un mañana, hicieron acto de presencia los vencedores del año pasado, el equipo astur, con la misma garra con la que se hicieron con el triunfo en la pasada edición de este circo.
Y con todo el espíritu combativo que caracteriza a estas dos civilizaciones en pleno apogeo, el César inauguró los juegos Apolinaris, en los que los participantes hicieron gala de velocidad, fuerza, resistencia, puntería y destreza. La primera prueba, la carrera de cuadrigas. Los dos equipos demostraron una gran velocidad, pero finalmente fueron los romanos los más rápidos, llevándose los primeros cinco puntos de la competición.
Los juegos continuaron con el tirasoga infantil. Una veintena de pequeños valientes, diez de cada lado, saltaron al ruedo para medir sus fuerzas en una prueba igualada hasta el final cuya victoria se inclinó, en el último momento, del lado de los bárbaros, que sumaban su primer punto de la tarde.
La carrera de literas estuvo más accidentada que de costumbre, pero ninguno de los dos equipos se dio por vencido, aunque finalmente la victoria fue para los astures, que al grito de «¡el año que viene, astures contra astures!», recuperaron su hegemonía en los juegos, sumando un total de seis puntos frente a los cinco de los conquistadores.
La tensión se mascaba en un ambiente cada vez más caldeado, con una grada más que apasionada, pero fue momentáneamente disipado por los mercenarios onderos baleares, unos especialistas que no dejaron títere con cabeza con sus ondas en ninguno de los dos tendidos.
Acto seguido se llevó a cabo la cuarta prueba, la tirada del tablón. Los competidores trataron de derribar con sus lanzas a sus contrincantes para ganar los seis puntos del juego, uno por combate. La lucha no pudo estar más igualada. Tres puntos para cada equipo y nueve para los Astures y ocho para los Romanos en la clasificación total.
La gymkana disparó a los romanos, que a pesar de haber sufrido algún que otro contratiempo durante la prueba consiguieron darle la vuelta al marcador con 13 puntos frente a los nueve de los bárbaros.Pero todo estaba por decidir aún. Una sola prueba inclinaría la balanza hacia uno u otro bando.
La competición finalizaba con el tradicional juego de las sandías. El equipo que más piezas pudiera hacer tocar la alpaca ganaría; y con ello se decidiría el triunfo de una de las dos civilizaciones de Asturica en la última edición de un Circo Romano que logró completar el aforo de la Plaza de Toros.
Más tensión y mucha presión para los contrincantes, y finalmente la victoria fue para los astures, que una vez más lograron convertir la historia en leyenda, demostrando su poderío frente al Imperio Romano, aunque a pesar de su derrota, su equipo estuvo más que a la altura de las circunstancias.
Desfile y entierro astur
Y con la victoria de las tribus celtas ya en la mano, la Fiesta de ‘Astures y Romanos’ llega este domingo a su fin. Los ganadores del Circo pasearán triunfantes en el Desfile en Honor a los Vencedores que recorrerá la tarde de este domingo, a partir de las 19:30 horas, las calles de la bimilenaria; un encuentro que reunirá a las dos civilizaciones protagonistas en un acto multitudinario en la Plaza Mayor para, a continuación, llevar a cabo el tradicional acto del Entierro del Héroe Astur, que tendrá lugar en el Melgar, junto al Campamento que esta noche cerrará sus puertas a la espera de una nueva edición de esta fiesta, que cada año reúne a decenas de miles de visitantes. Pero estas instalaciones todavía tienen mucho que ofrecer a lo largo de esta jornada; y es que, el Campamento astur-romano del Melgar seguirá con su programación festiva desarrollando talleres y representaciones que acercan a la población a las costumbres ancestrales de los bárbaros y conquistadores, haciendo de este espacio uno de los reclamos más importantes de la fiesta de recreación.Además, el Campamento astur-romano también acogerá el acto del Nombramiento del Socio de Honor, el arqueólogo Emilio Campomanes, las 13:30 horas.