Félix nació en Villager de Laciana pero pasaba los veranos en casa de los abuelos, Luzdivina y José, en Torre de Babia, tierra ganadera por excelencia. «En aquellos años lo del ganado, meter la hierba y esas cosas, era como un juego, pero son recuerdos infantiles que se te van metiendo en la cabeza, historias de tiempos felices y...».
Y algún día pueden reventar y hacer valer la llamada de la sangre.
Y el futuro deparó que Roberto y Félix son en la actualidad dos jóvenes ganaderos en sus tierras de origen: Omaña y Babia, en Sosas del Cumbral y Torre de Babia, dos pueblos cargados de historia y tradición ganadera.
Roberto era consciente de la fuerza que ejercía en él la llamada de la ganadería, los recuerdos de su abuelo, también de su tío Toño González, el recordado luchador conocido como El Vaquero de Trascastro y también excelente ganadero, ahora en tierras extremeñas. Pero su madre, Lucía, que iba a comenzar la carrera de Medicina pero murió su madre y tuvo que quedarse para ayudar en casa, para cuidar de los hermanos, insistía en que «ya está bien de vacas. Tú estudia y después ya verás lo que haces».
Y Roberto estudió. Se fue a Pontevedra y cursó la carrera de Ciencias del Deporte, con buenas notas, la completó con un máster en Gestión Empresarial del Deporte pero «no me quitaba de la cabeza la posibilidad de montar una ganadería en mi tierra».


No hay nada nuevo para él en este viejo oficio. Se le ve a Roberto que tiene «andares de ganadero», que lo ha vivido, lo ha mamado y lo ha trabajado antes de irse a estudiar... y después.
No son los de Félix «andares tan seguros de ganadero». Él lo conoció, ayudó a los abuelos, pero fue a su vez un juego y una forma de vida que le tiraba mucho. Con 18 años se fue a estudiar en Madrid, «aquí se acababa la mina y no había futuro para los jóvenes».
Estudió Peritaje de Coches y no le faltaba trabajo. Primero en Madridy después en Palencia. «Elegí esta ciudad para estar más cerca de León pues ya me rondaba en la cabeza regresar a Babia, montar una ganadería. El del taller era un trabajo que te llevaba tiempo, muy rutinario...».
Y ahora hace justo una semana que llegaron a Torre de Babia las cerca de 70 vacas de la raza Asturiana de los Valles, «que creo que es la más adecuada para aquí, paren bien, dan buenas crías, son dóciles». Comenzaba la aventura y pocos días después llegaba a Ganadería Cadenas la primera cría, que bautizó como Perezoso, lo fue para nacer, que nos dio bastantes problemas porque era muy grande y tuvimos que sacarlo con la trócola, pero como verás no es perezoso para mamar, no le deja descanso a la madre».

- Abuela, son del periódico, vienen a escribir de la ganadería que he montado, de nuestras vacas.
- Lo que hacen falta son pastos.
Qué sabia es la abuela.
Curiosamente lo que buscan Roberto y Félix es libertad, ser los dueños de su vida, exactamente la misma palabra que pronunciaba otra mujer nueva ganadera hace unos días, Soraya Martínez, de Quintanilla de Bobia.
Un bien muy preciado entre los jóvenes ganaderos, los nuevos ganaderos.