Cuando en el ágora de la poesía —de la que Ana Ibys es fiel asistente desde que la conoció— acampa la tristeza o el pesimismo, tan habitual muchas veces en los poemas, el maestro de ceremonias sabe que es el momento de llamar al centro de la plaza a Ana Ibys. Y esta médica cubana, apasionada del color rojo, vestida de rojo, afincada en León hace 10 años, logra hacer reventar la emoción, la alegría y el optimismo. Es su regalo de cada último viernes de mes, es su regalo de cada día con sus pacientes, aquellos que viven en una conocida residencia de ancianos en Eras de Renueva.
- No es postureo, como dicen ustedes, no hay nada fingido. Para mí es un verdadero privilegio trabajar en una residencia de ancianos, y más aún en León. Es un placer escucharles hablar, contar su vida tantas veces de mucho sacrificio, poder alimentarme de las historias que me cuentan. Muchas mañanas las dedico a la consulta y en las tardes muchas veces simplemente les escucho, les receto optimismo y alegría... algunas veces les canto una canción que, por ejemplo, se titula con su nombre. Es muy lindo ver la cara que ponen que mientras te escuchan...
Es así Ana Ibys, un torrente de fuerza y optimismo, una lectora empedernida de poesía, también escritora... Y portadora de una biografía que desde Cuba desembarcó un día en León. «El amor. Conocí allá a un leonés y nos vinimos para su pueblo, ahora estoy en León, conocí el ágora, me enamoró su gente, la generosidad que desprenden y no fallo ningún viernes».
Y les regala su poesía, sus ganas de vivir, algo de teatro, vida, color rojo...
- ¿Y no sientes nostalgia de Cuba?
- Toda. A un cubano jamás le abandona la nostalgia.
Los personajes del tío Ful: Ana Ibys, cubana y médica en una residencia de ancianos
Es un torrente de sentimientos con mayoría absoluta del optimismo; es una médico que receta felicidad y canta canciones; es una poeta que regala vitalidad
09/03/2019
Actualizado a
18/09/2019
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