Los personajes del tío Ful: Faustino, músico en Los Borrascas y minero

Lleva a sus espaldas 32 años de mina y muchos más de dianas, pasacalles y verbenas con la orquestina familiar, Los Borrascas... y una vieja libreta de recuerdos

Fulgencio Fernández
25/07/2020
 Actualizado a 25/07/2020
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Entró en la mina antes de cumplir los 18 años y ésta le avisó pronto de que allí las cosas van muy en serio. «Estaba en Casetas cuando fue el famoso accidente de los 14 muertos; por suerte estaba en otra galería pero como están comunicadas por lo de la ventilación escuchamos un ruido y una ventolera que produjo la explosión que a mí me llevó la chaqueta no sé cuántos metros. Después me dijo un minero que bajara una rampa para ver qué había pasado y ya lo supimos todo... Menudo aviso para mí que llevaba cuatro días, como quien dice, en la mina». Se entiende bien lo que cuenta en una expresión que repite otro minero que salvó su vida de casualidad aquel mismo día, Maxi El Grillo, de Casetas: «La mina es hembra, pero se llevó por delante a muchos machos».

Pese al aviso inicial Faustino G. Higelmo se jubiló con 32 años de mina, poco tiempo antes de que la minería se cerrara para siempre en su valle de Sabero, ya que él es de Oceja de Valdellorma y allí sigue viviendo, recordando, sonriendo con frecuencia, mirando una vieja libreta en la que iba apuntando algunas de las cosas de su vida. «No son cosas de la mina, aquí mayormente llevo las cosas de la orquestina que tenía con mis hermanos, ‘Los Borrascas’.

- Vaya nombre.
- Ya sabes, en las cuencas mineras todo funciona con apodos y como a mi padre le llamaban ‘Borrasca’, nosotros no necesitamos ponernos nombre.
- En un pueblo tan pequeño como Oceja ya había dos orquestas porque hace unos años entrevistamos a Román, el de Los Martinianos, también de aquí.
- Sí. Somos parientes y ellos también eran una orquesta de cuatro hermanos. Y como el mayor se llamaba Martiniano.

Y Faustino, gran conversador, va mezclando los recuerdos de dianas y pasacalles con días de mina; los años que tuvieron ‘la pista de baile’ en La Ercina con el fin de la mina –«cuando cerraron se acabó todo»– y la afición a la música. «Quise ir a clase a Cistierna, andando por la vía, pero se murió el señor que las daba».
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