Los personajes del tío Ful: Jesús, fabricante de morcillas

Jesús es un clásico del Valle de Sabero. En la actualidad está al frente de Morcillas Morvega pero desde hace varias generaciones esta familia son comerciantes en el valle: «El tatarabuelo ya lo era; al abuelo le llamaban el pellejero, porque compraba pieles por toda esta comarca; mi madre tuvo el comercio de Sahelices y durante unos años fue carnicería y hacíamos morcillas, hasta que ya decidimos dedicarnos solo a las morcillas, hicimos una inversión muy fuerte, con algunas ayudas, y no tenemos queja de cómo nos ha ido».

Se acerca San Froilán, el tiempo de las morcillas, cuando su consumo en esta provincia es una tradición y se les acumula el trabajo en la fábrica. «Ya me pilla mayor para estos sofocones. Durante la pandemia nos tomamos un respiro, obligado pero respiro, pero ahora la gente se ha tomado la vuelta a la normalidad con unas ganas locas de todo, de salir, de comprar... como nunca».

Ya son muchos años dedicados a las morcillas con una excelente acogida. ¿El secreto? Jesús siempre dice lo mismo: «Mi madre, Pepina, ella es la que nos transmitió cómo hacer las morcillas. Hasta sus últimos años no salía nada de esta fábrica sin que ella lo probara y le diera el visto bueno. A todo».

Por eso, por el recuerdo que en la empresa y en todo el valle dejó Pepina, una mujer buena y entrañable como pocos, Jesús y toda la familia viven unos días muy especiales. Jesús y su hija tocan en la banda de música de Cistierna y Pepina era la más fiel seguidora. «En las fiestas de Sahelices ofrecimos un concierto, en la iglesia, como todos los años. Pero este año se estrenó el pasodoble dedicado a mi madre que compuso el jovencísimo compositor valenciano Alejandro Más, que es hijo de un antiguo director de la banda que tenía gran cariño a mi madre. Fue muy emotivo pero también pasé un mal trago, mandó una grabación el compositor, dijo unas palabras mi hija... y se me hizo un nudo en la garganta. No podía soplar... Hice play back».