Los personajes del tío Ful: Leonís Mencía

Leonís, 87 para 88 años, no perdona por nada del mundo regresar por la fiesta de San Antón a Las Grañeras y recitar "todo de cabeza" las coplas al Santo

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
18/01/2020
 Actualizado a 18/01/2020
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Leonís se apea del tren en El Burgo Ranero, viene de Valladolid donde se jubiló de empleado de la Seat después de haber trabajado también en Barcelona y otros lugares, y al caminar delata la mitad de la definición que de sí mismo ofrece: «De cintura para abajo ando allá que allá, son muchos años, ya voy a hacer 88»; pero al comenzar a hablar también delata la otra mitad de su diagnóstico: «pero a todo el mundo le extraña cómo estoy de cabeza, me acuerdo de todo, las coplas que le voy a dedicar al Santo las digo de memoria».

- ¿Y son suyas?
- Claro, yo soy el autor, como cada año.
- Es un juglar.
- El último, dicen.
- ¿Quién lo dice?
- Hasta el señor obispo; un año vino por San Antón y le gustaron mucho las coplas, tanto que en el Boletín del Obispado publicaron un reportaje de ello y allí lo decía: «Leonís Mencía, el último juglar de Tierra de Campos, que por ahí tengo el recorte».

No hace falta el recorte pues este buen paisano lo lleva todo en la cabeza. Recuerda que el primer año que ‘echó las coplas’ fue en 1952, «cuando estaba en la mili en La Virgen del Camino, contaba la carta que escribí a mis padres pidiendo perras, a la gente le gustó mucho y ya empecé a ser el coplero de San Antón». Se me ocurrió dudar e imaginar que no recordaría aquellas coplas primeras y las recitó todas seguidas sin dudar un momento, con la misma seguridad que recita las de este 2020, en las que cuenta cómo creyó haber engañado a un gitano en el mercadillo al comprarle 35 pares de zapatos por mil duros y al vaciar el saco descubrió que eran todos del mismo pie.

Son historias cotidianas a las que Leonís pone gracia y picante, alguna vez también aprovecha para quejarse, que motivos sobran: «y que pague el pueblo llano, nos están matando a impuestos, apriétate el cinturón, que ellos cobran buenos sueldos», recuerda así a bote pronto, como recuerda el año: «Estas son de 2012».
No se equivoca el último juglar de Tierra de Campos, al que sobran fuerzas para seguir «pues de cabeza, todos lo dicen...».
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