Pedro Mancebo es uno de esos nombres repetidos por la montaña, es de esas gentes que tiene algo especial que evita caer en el olvido. Como luchador era distinto, le llamaron ‘La Joya Perdida’ pues aquellos años con solo tres pesos le obligaron a mover «armarios» cuando lo suyo siempre fue la calidad y el espectáculo que cuando lograba entrar en medios estaba asegurado.
No le han olvidado en las fiestas de cualquier pueblo perdido pues le gustaba ir a las más alejadas y de pueblos pequeños. Nunca faltaba su mano para todo lo que hubiera que organizar en su Taranilla natal.
Y, llegado el invierno, a estudiar, que era su oficio.
Con el tiempo, y sus méritos, su destino laboral se liga a esos lugares con tanta leyenda y glamour, las embajadas.
- ¿Y qué pides?
- África. En la embajada estuve en dos países pero prácticamente recorrí todo el continente.
- ¿Cómo es África desde dentro?
- Fascinante. Y diversa, no se puede hablar de África como conjunto pues sonrealidades muy diversas.
Y en una de ellas encontró una compañera de viaje, se casó, tiene dos hijos que, descubrió al ir a inscribirlos, tienen en sus venas sangre real de allí y sangre guerrera, que sumar a la de su padre, el luchador.
Pero no quiere perder las posibilidades que le ofrece su trabajo y una vez que ya conoce este continente que siempre será algo suyo ha pedido y ya tiene otro destino. Lejos.
- ¿Dónde te vas?
- Aquí al lado. A casi veinte mil kilómetros. Nos vamos a Sydney, en Australia.
- ¿Habrá leoneses allí?
- En todas partes aparecen.
Y mira para el precioso niño guerrero mientras su padre, Audemio, el de las 5 vocales, sonríe. «Estoy acostumbrado»
Los personajes del tío Ful: Pedro R. Mancebo
Luchador recordado por su nobleza y calidad; trotamundos por las embajadas de España y después de varios años en África pide otro destino... Australia, a las antípodas
27/04/2019
Actualizado a
18/09/2019
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