Los personajes del tío Ful: Ramón, utillero del Atlético Leonés

Durante muchos años canalizó su pasión por el fútbol como utillero de un modesto equipo, el Atlético Leonés. Ahora ‘presume’ de ser el socio número 14 de la Cultu

Fulgencio Fernández
14/11/2020
 Actualizado a 14/11/2020
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Al fútbol lo hace grande tipos como Ramón, que ha hecho de este deporte la pasión de su vida y se ha volcado en estar dentro de él donde más falta hace, donde menos se recibe y donde más modesto eres. «Yo fui muchos años el jefe de material, el utillero para entendernos, de un modesto equipo de la ciudad, el Atlético Leonés. Allí estuve hasta que desapareció.

- ¿Qué hacía el jefe de mantenimiento?
- Todo. Recogía los balones, iba a buscarlos cuando marchaban lejos, cuidaba las equipaciones... todo. Y anunciaba los partidos.
- ¿Lo voceabas por la calle?
- No hombre, era una broma. Lo que pasaba es que cuando bajaba por el barrio de San Esteban con el carretillo cargado con todas las cosas para el partido, como tenía una rueda de aquellas de hierro iba chirriando y la gente al escucharlo decía, hoy hay partido. Y eso que jugábamos en El Ejido.

A Ramón se le ilumina la cara cuando recuerda que en aquel modesto club conoció a gente como Félix, una leyenda de la Cultural de Segunda; los cientos de partidos que vio, algunos amistosos con la Cultural, juntando los dos clubes de su vida: «¡Claro que soy de la Cultural!, como que tengo el carnet número 14. La pude ver unos cuantos partidos el año que estuvo en Primera, y no la vi más porque estaba en la mili en Ceuta».

-¿Quién era el mejor?
- Había muchos, los Rabadán, Vallejo... pero me gustaba mucho Miche, qué bueno era.

Y matiza Ramón, no le faltarán razones, que él es muy de la Cultural, «pero del equipo, no de las directivas y esos rollos».

Camina por la calle y le saluda mucha gente, algunos le dicen Tranquilo y lo es. Unos le conocen como fontanero, otros de sus años trabajando en Butano, pero cuando alguno le dice «Atlético Leonés» se le cambia la cara, sonríe y abre el baúl de los recuerdos. «Era el equipo de toda la ciudad, modesto pero... y había que tener afición para jugar en aquellos campos de barro, como el de San Mamés, pero prestaba...»
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