El director de cine jienense Luisje Moyano se trasladó al Bierzo primero para conocer los paisajes y protagonistas de una pelicula en proyecto, después regresó a la comarca para rodar la película 'Camino negro'. Y además del proyecto surgió una fascinación, por aquellas mujeres de la cuenca minera berciana (Toreno, Matarrosa, Páramo del Sil, Villablino...) que participaron y apoyaron las revueltas, que fueron protaginistas en las conquistas sociales de la mina y los mineros.
Y así nació un segundo proyecto, el documental titulado ‘Féminas: Mujer, minería y desgarro’, ya estrenado y que esta semana (el viernes 14, a las 18 horas) se proyecta en el Museo de la Minería y la Siderurgia de Sabero, con entrada libre hasta completar aforo. «El primer contacto fue en el Museo de Fabero donde encontré un maniquí vestido de mujer; me interesé por las mujeres mineras y encontré un filón, además olvidado, pese al importante papel protagonista que fui descubriendo que tuvieron».
El documental está contado en primera persona, en la voz de las mineras implicadas en la lucha social que aún viven y a las que Moreno puso ante las cámaras. «Algunas ya son muy mayores pero no han olvidado el sufrimiento; caminar de un pueblo a otro, atravesar los montes o los ríos de agua helada, con unas simples alpargatas pues no existían esos calzados apropiados que hoy tenemos... y siempre terminan con una expresión que me parece fantástica: pero muy felices, muy agusto de haberlo hecho». Destaca precisamente el director el orgullo de estas coprotagonistas del mundo minero en el Bierzo, «algo que se dibuja en una sonrisa franca al contarlo. Este contrapunto me llamó mucho la atención; y también la gracia y el humor con la que estas mujeres hablan a la cámara». Y recuerda el cineasta en este aspecto la narración de una de ellas cuando recuerda que se casó «sin que su padres se enterasen. Lo hace desde una residencia, con humor, y poniendo el contrapunto a la dureza de sus experiencias, incluída la de casarse ‘sin padres’, pero lo narra con tanto humor que arranca una sonrisa».

Prácticamente todas las protagonistas del documental son mujeres, tan solo aparece un hombre, un personaje fundamental y realmente singular, el llamado cura rojo: Javier Rodríguez Sotuela, cura y cantautor, compañero del recordado José Álvarez de Paz, párroco de Matarrosa y una verdadera leyenda en la comarca: «Fue el sacerdote que de alguna manera revolucionó la comarca. Como es un documental de mujeres dejé a este protagonista para el final, aparece el último dando su testimonio directo a cámara, reconociendo que en determinados momentos la iglesia no supo estar al lado de los trabajadores, que no fue su cas pues, como dicen de él, cambió las imágenes por pancartas... y cierra su presencia cantando una canción, que es sábido que Sutuela también fuencantautor, de ahí que aparezca con su guitarra. Es un momento muy emotivo y un punto final que completa los testimonios de estas mujeres». Aquellas mineras bercianas ejemplares... y desgarradoras.