María de la Flor llega al Albéitar: "En música, hay cierta mirada al pasado que se está generalizando"

La violinista, compositora y cantante madrileña celebra este viernes un concierto en el teatro Albéitar en compañía de la batería de Marc Pynol y la guitarra del músico leonés Carlos Gotero

21/02/2025
 Actualizado a 21/02/2025
La compositora, cantante e intrumentista madrileña ofrecerá un recital en el que sonarán canciones de trabajos discográficos como ‘Resalada’. | CRISTINA JUL
La compositora, cantante e intrumentista madrileña ofrecerá un recital en el que sonarán canciones de trabajos discográficos como ‘Resalada’. | CRISTINA JUL

Cantante, compositora y violinista con destreza en otros instrumentos como la guitarra, la madrileña María de la Flor tiene cita a las 20:30 horas de este viernes con el público leonés. El teatro Albéitar de la Universidad de León abre sus puertas ante la llegada de la artista, que no piensa dejar indiferente a sus oyentes, acompañada de una voz que –haciendo honor a su nombre– está llena de florituras.

No será la única compañía. La batería de Marc Pynol y la guitarra del leonés Carlos Gotero completan la nómina de miembros en este trío musical encabezado por De la Flor, que compagina su faceta sobre los escenarios con una que se desarrolla entre las cuatro paredes de una consulta y que le hace ejercer de psicóloga clínica. «Si se me presentara la oportunidad de dedicarme sólo a la música la cogería, pero, aunque no fuera mi principal fuente de ingresos, seguiría viendo a algunos pacientes», dice y suena suave, como sus canciones.

– Sobre sus letras se ha dicho que están llenas de raíces y sobre su música que es propia del folclore. ¿Es habitual entre artistas de su juventud?
– Creo que cada vez lo va siendo más y que las personas que empezamos a hacernos un hueco en esta industria nos vemos más respaldados en un interés generalizado por ciertas tradiciones, por ciertos sonidos más folclóricos. No sé si la referencia es el folclore como tal, pero desde luego hay cierta mirada al pasado que también se está generalizando. Es un gusto vivir de una forma un poco más acompañada dentro de la juventud.

– En una entrevista aseguraba que su sonido, más que enmarcarse en el folclore, bebe de él. En los últimos años, artistas como Rodrigo Cuevas o las Tanxugueiras han ido mostrando una tendencia similar. ¿Se siente identificada con ellos?
– Antes que sentirme identificada, lo que siento es mucha admiración; para mí sería un honor parecerme en algo. Lo que ellos hacen quizá tenga un punto más ‘mainstream’ o, por ejemplo, en el caso de Rodrigo, más atrevido, jugando con la ironía y con la sátira, digamos. Hay algo más intimista en mi propuesta, pero en términos de cómo se pueden llegar a aunar el folclore con las historias actuales, claro que sí me puedo llegar a ver en esa línea de artistas. 

– ¿Hay futuro en esta especie de género fusión?
– No sólo hay futuro, sino que ha habido pasado y, en el presente, ya se está comprobando que es así. Yo creo que además está en auge y, cada vez más, se generarán nuevos intereses tanto en el público como en los nuevos artistas.

– Los miembros de Biznaga hablaban hace poco, entre risas, en La Lengua Moderna de que «la generación Z está enterrando la música de guitarra». Muchos de los cantantes que cosechan más éxito en la actualidad se suben al escenario sin otra compañía que el ‘auto-tune’. ¿Qué opinión tiene sobre esta corriente imperante dentro de la panorama de la música comercial?
– El problema no está en la corriente como tal. Creo que tiene que haber de todo; que son músicas, estilos y mundos diferentes y que tienen que existir ambos. A lo mejor donde está la pérdida o donde podemos llorar algo que se tira en el camino es en cómo de mediatizados están todos los estilos; igual sí que hay otras músicas que tienen el mismo valor que las que cuentan con una propuesta más imperante y que merecen algo más de atención y de apoyo por parte de las instituciones y de la cultura en general. El problema no está tanto en que haya propuestas distintas y que lo sean, que sean casi opuestas incluso, sino en que haya verdaderamente pluralidad en la forma en que se presentan en medios o festivales. 

El guitarrista Carlos Gotero, la violinista y compositora María de la Flor y el batería Marc Pynol en concierto.CISNITO
Carlos Gotero, María de la Flor y Marc Pynol en concierto. | CISNITO

– ¿Existe una música que quiere vender y otra que quiere contar lo que sale del corazón?
– Creo que esa es una cosa que puedes detectar como individuo. Creo que incluso las cosas más comerciales y más vendibles tienen un trabajo detrás grande que dudo mucho que quien lo haya puesto a disposición de sus equipos lo haya hecho solo por vender o por dinero. Siempre que implicamos nuestro tiempo y nuestra energía en algo es porque nos gusta y porque tiene sentido para nosotros.

– En 2019 publica sus dos primeros sencillos. En 2021 sale a la luz ‘Temple’. Un año después, ‘Hilanderas’ y, el pasado 2024, ‘Resalada’. ¿Se considera una artista prolífica?
– No sé... Yo creo que no y menos hoy día, que los lanzamientos y las nuevas músicas tienen que ocurrir de forma tan seguida. Creo que ahora el ritmo es mucho más vertiginoso que haber ido publicando un trabajo por año.

– ¿Qué influencias pueden encontrar los oyentes en esos discos?
– Hay melodías de los noventa que ha escuchado mi generación, historias con unas poéticas que hemos podido consumir en la literatura de Machado, Ángel González, Rosalía de Castro... Toda esa poética y esos colores están ahí. También mi propia voz, con los melismas que me salen, puede recordar a canciones más populares.

– ¿Qué se van a encontrar los leoneses esta tarde en el teatro Albéitar?
– A tres personas con mucha energía, con ganas de encontrarnos entre nosotros, para empezar, y de compartir estas canciones. Siempre nos ocurre que, cuando pasa una semana o dos sin tocar, lo pillamos con muchas ganas.Es un concierto enérgico y también emocionante, creo que hay muchos momentos muy íntimos y que a las personas que vengan les resonarán muchas cosas que cuento o maneras en las que las puedo llegar a cantar.

– Cantar, pero también tocar el violín.
– Sí, toco el violín y otros instrumentos que voy sacando en escena y así completamos un poco el show entre los tres.

– ¿Y cómo se conjuga la voz con esos instrumentos?
– Al final, yo los he ido incorporando de forma natural porque toco el violín desde pequeñit. Al cantar a la vez que tocaba la guitarra de forma simultánea perdía un poco la oportunidad de tocar el violín y, sin embargo, en esta formación a trío con otra persona sosteniendo la armonía con la guitarra, tengo la posibilidad de ocupar las manos en el instrumento y cantar no sólo con la voz. 

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