María Teijelo: voz del Bierzo desde la tradición y la creación propia

Natural de Quereño y asidua colaboradora en la vieja Aquiana, la berciana falleció en 2018, a los 95, apenas tres años después de su última incursión literaria

Mercedes G. Rojo
15/04/2025
 Actualizado a 15/04/2025
María Teijelo, junto a Mar Palacio, presidenta del IEB, y la locutora berciana Yolanda Ordás, en la presentación de su libro 'Desde el Bierzo, en prosa y en verso', en el salón de La Obrera de Ponferrada. |  IEB
María Teijelo, junto a Mar Palacio, presidenta del IEB, y la locutora berciana Yolanda Ordás, en la presentación de su libro 'Desde el Bierzo, en prosa y en verso', en el salón de La Obrera de Ponferrada. | IEB

«... Y mirando más allá
de donde se funden dos mundos    
pienso en esas mujeres
y me veo insignificante (...)».
(De ‘A esas madres, en el día de la Madre’. María Teijelo de Ramón).

Nacida en la década de los años 20, María Teijelo Barra (Quereño, 1923 - Ponferrada, 2018) es uno de esos nombres femeninos con los que comenzamos a encontrarnos en el transcurrir de la revista Aquiana, que surgió en el Bierzo allá por el año 1964, cuando, algún año después y de forma bastante tímida, esta comienza a incorporar en sus páginas la presencia femenina. Ya lo habían hecho con anterioridad a esta y otras coetáneas nombres como los de Felisa Rodríguez y Manuela López García, colaboradoras más o menos asiduas casi desde sus comienzos y a las que poco a poco se va añadiendo una nómina cada vez más amplia de otros nombres femeninos y de diferentes generaciones. 

Berciana de pura cepa, María es popularmente conocida en el ámbito de la comarca como la hija de ‘Fañin’, alias con el que se conoce a su padre Agustín Teijelo, natural, al igual que su madre, Regina Barra Voces, de Toral de los Vados. A consecuencia de las circunstancias profesionales de este, será en la localidad orensana de Quereño donde nuestra protagonista venga al mundo. Después vendrían las localidades de Villafranca del Bierzo, Orna de Gállego (Huesca) y Zaragoza, lugares donde comenzó su educación, para volver casi definitivamente a la localidad familiar, Toral de los Vados; definitivamente, al menos hasta que sale de allí a causa de su matrimonio con el empresario ponferradino Pío Ramón Gavela, que regentaba los almacenes La Verdad al tiempo que ejercía de horticultor autosuficiente. Esta circunstancia la asentará y empadronará definitivamente en la capital berciana, donde tendrá a sus cuatro hijos (dos chicos y dos chicas), mientras ayuda a su marido en la regencia de los almacenes. Pero su inquietud va mucho más allá del papel que por aquel entonces se le tenía destinado a las mujeres, y así se despierta en ella un verdadero espíritu investigador en torno a la gastronomía y otros aspectos que tienen que ver con las tradiciones de su tierra, y comienza a viajar por todos sus rincones recogiendo leyendas y decires, recetas tradicionales, costumbres, ..., que va dejando por escrito y compartiendo, por ejemplo, en la mencionada revista Aquiana, presente en aquellas tierras durante varias décadas en las que fue considerada un verdadero baluarte de su actualidad y, muy especialmente, de su riqueza cultural. Además de este saber popular que María Teijelo fue volcando en este medio con sus artículos, lo hizo también con su parte de creación poética, dejándonos a menudo composiciones en torno a diferentes temas, siendo alguno de los más recurrentes en su poesía el canto a su tierra, sus paisajes, sus gentes, sus costumbres... También tienen cabida en sus versos multitud de poemas que hacen alusión a las personas con las que se relacionaba,  las madres (especialmente a aquellas que tienen hijos diferentes),  la Navidad... Ese mencionado canto a la tierra llegará a estar presente en diferentes poemas, incluso dedicados a otros temas, como es el caso de esta ‘Nana al Niño Dios’ en Aquiana, de la que dejamos este fragmento: 

«Duerme, duerme bien mío, 
Lucero del Alba; 
que los ángeles pisan 
montañas nevadas. 
Por Montes de Valdueza, 
Compludo y Peñalva, 
corren muy veloces
a Ponferrada. 
Cabalgan en la nube
hacia la ‘Encina Santa’,
Por qué hay un PORTAL 
que a los hombres hermana(...)».

Los padres de María Teijelo en una foto de archivo. | AF2 TORAL
Los padres de María Teijelo en una foto de archivo. | AF2 TORAL



Y si María contribuye a llenar durante años las páginas de Aquiana, donde firmará no solo de esta manera sino como María Teijelo de Ramón (haciendo alusión a su condición de casada), nuestra protagonista no se limitará a participar de la vida cultural berciana únicamente a través de ella si no que, cuando allá por los años 60 se crea el Instituto de Estudios Bercianos se une al mismo prácticamente desde sus inicios, convirtiéndose en un apoyo clave para su consolidación, según apuntan diversas fuentes. Con el tiempo, ya en las postrimerías de su vida, el Instituto le corresponderá a esta fidelidad con la publicación de dos libros en los que dejará recogidos ese «perenne (afán de) investigadora y publicista interesada por fijar ese patrimonio que es la gastronomía, lo que le llevó por casi todos los rincones imaginables de El Bierzo». 

El primero de ellos, será publicado por el IEB, en 2006, en formato digital, pudiéndose hoy encontrar y descargar en los archivos de dicha institución. Con el título 'Por los fogones bercianos', y acompañada en la escritura del mismo por su propia hija, Regina Ramón, nos ofrece  una serie de recetas tradicionales recogidas en esos continuos  viajes por las diferentes zonas que conforman la comarca berciana, algunas de ellas verdaderamente ancestrales; se nos cuenta que a partir de «tres manuscritos (...), una dilatada campaña de captación de secretos guardados en torno a fogones varios, a lo largo y ancho del Bierzo (...) en el que se reflejan de primera mano recetas de (... los) siglos XVII, XIX y XX. Sin pretensiones eruditas, salpimentado con coplillas, romances y otras yerbas (...)». Y así, comienza el libro con unas simpáticas coplillas, fruto del ingenio poético de su autora, en el que hace un no menos curioso recorrido por platos y costumbres gastronómicas de lugares y personaje bercianos, que bajo el título de ‘A la cocina berciana’ comienza así: 

«Sopas de ajo en cazuela
y salpicón de cangrejos
los zampaban por San Juan 
los monjes de Carracedo. 
Menú de Predicadores
preparaban estos frailes
y hasta treinta y ocho platos
servían a los cardenales (...)».

Más tarde, en 2014, contando María ya con 92 años de edad, y gracias al buen hacer de su hija Mª Regina Ramón y Manuel Silva, (yerno  la misma que ya había prologado su primer libro) que harán de compiladores de esta nueva obra, el mismo IEB le publicará, esta vez en papel, un nuevo título, 'Desde el Bierzo, en prosa y en verso', que es su segundo título publicado. En este se recoge toda una colección de relatos, cuentos, leyendas e incluso pensamientos, escritos tanto en verso como en prosa «que son parte del transitar por la vida de esta mujer». En esta ocasión, el libro, de 137 páginas, está dividido en dos partes. En la primera se presentan seis leyendas y cuentos que la autora recogió en sus incansables viajes a lo largo y ancho del Bierzo (los mismos que le sirvieron para recopilar las recetas que forman parte del anterior), y que no son otras que ‘De las ermitas de El Bierzo’, la ‘Leyenda de la Virgen de Trascastro’, ‘El Meco y la olla de caudales’, ‘O lobo da Xente’, además de un ‘Cuento navideño berciano’ y ‘Cuento de Navidad’. Y si esta primera parte recoge parte de esa tradición de la que se convierte en transmisora, la segunda parte del libro, la más extensa, es de carácter mucho más personal. En ella reúne muchos de esos versos escritos y dedicados a su familia, a personajes y amigos, al Bierzo, algunos de los cuales ya habían visto la luz –en su momento-  en la revista berciana, constituyendo «parte de sus pensamientos y recuerdos, de vivencias y experiencias que marcaron su vida».

Cubierta de su primer libro, publicado por el IEB.
Cubierta de su primer libro, publicado por el IEB.

María moriría en Ponferrada apenas 3 años después de esta última incursión literaria, un 30 de junio de 2018, a la edad de 95 años, noticia de la que se hicieron eco los medios de la zona, dejando una abundante obra aún inédita para la que esperamos que sus herederos encuentren la fórmula con la que darla a conocer aunque sea de forma póstuma y poco a poco. 

Y es que podría parecer poca cosa la aportación de este tipo de mujeres a la literatura de toda una comarca, pero está claro  que entre sus versos y sus escritos ha quedado guardada para siempre toda una época gracias a la cual muchas de las tradiciones que hasta el momento habían permanecido vivas han conseguido no perderse; y también la riqueza cultural de un momento de esplendor para las letras bercianas, cuyos protagonistas crearon una intensa red de relaciones literarias, marcadas por un excelente  clima de camaradería que se dio entre muchos de ellos, y que queda demostrado en el intercambio de poemas entre unos y otros. A esa multiplicidad de relaciones tampoco es ajena María Teijelo, y así somos testigos como, desde el comienzo, va desgranando, en los diferentes números de la revista, versos para escritores como José Lainez Ross, Antonio Pereira (al que consideraba gran amigo desde la infancia) o también a Manuela López García (que a su vez le dedicará también algunos de sus versos). Y junto a ellos otros destacados personajes bercianos como fue el caso del montañero, bercianista y fundador del IEB, Elvio Nieto, de uno de cuyos poemas dedicados extraemos estos versos con los que doy por terminada esta crónica de hoy: 

«(...) Ruidoso pasaba el Sil,
melodía de río entonaba,
como pandero sonoro
por la ribera se deslizaba
Quiso morir y ser sembrado
en esta «bella comarca». 
Aquí acabó sus días de hombre bueno; 
y para siempre, aquí, posó sus alas».
(A la memoria de Elvio Nieto).

Cubierta de su segundo libro, publicado por el IEB.
Cubierta de su segundo libro, publicado por el IEB.

 

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