Durante el primer fin de semana de andadura de ‘Ai Weiwei. Don Quixote’, más de 2.000 personas han visitado el Musac para disfrutar de la exposición del artista y activista chino. Tanto el sábado como el domingo, el museo reforzó los servicios de atención al visitante, mediación, y seguridad para asegurar el bienestar de los asistentes y el éxito de la inauguración.
La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 18 de mayo, incluye cuarenta y dos obras entre instalaciones, vídeos, películas y cuadros ejecutados con ladrillos de juguete. Se trata, además, del primer proyecto que exhibe en profundidad la serie de cuadros realizados por Ai Weiwei (Pekín, 1957) con esta técnica, que constituyen el hilo conductor del proyecto: diecinueve obras en las que el artista parte de los cuarenta colores disponibles de estas piezas de plástico de juguete para producir imágenes que recrean cuadros de la historia del arte, modifican fotografías procedentes de los medios de comunicación o recrean obras del propio Ai Weiwei realizadas anteriormente con otras técnicas. Entre estas piezas destaca ‘The Third of May’ [El tres de mayo] (2023), un gran cuadro inédito, producido específicamente para esta muestra, que versiona la obra de Goya ‘El tres de mayo de 1808 en Madrid’.
Con más de 1700 m2, ‘Don Quixote’ es uno de los proyectos expositivos más ambiciosos hasta la fecha del artista y disidente chino. Comisariada por el director del museo, Álvaro Rodríguez Fominaya, la muestra ha sido diseñada junto al artista en exclusiva para el museo leonés, cuyas salas permiten albergar algunas de sus obras más monumentales, imposibles de exponer en otros museos. Es el caso de la instalación La Commedia Umana (2017-2021), que se expone por primera vez en un museo. Con más de ocho metros de alto y 2.700 kg de peso, es uno de los candelabros de Murano de mayor tamaño realizados nunca y surge de las reflexiones del artista sobre el humanismo y la humanidad, así como de su defensa de la libertad de expresión.
“Don Quixote no se ha concebido como una retrospectiva”, explica Álvaro Rodríguez Fominaya, comisario de la exposición. “Aun así, en la muestra quedan reflejadas las grandes inquietudes humanistas de Ai Weiwei: desde la libertad de expresión, las crisis migratorias, la defensa de los derechos humanos, hasta lo que el propio artista define como el declive del humanitarismo. Además, casi todas sus grandes series están representadas en la muestra, en un arco cronológico que va desde 2008 hasta 2023”.
La exposición refleja asimismo el amplio léxico material del artista: de la madera a la cerámica y del ready-made al bambú, de la literatura al lenguaje fílmico. Una de las características definitorias de su trabajo es la combinación de técnicas artesanales milenarias –como podemos observar en sus obras de bambú o cerámica– y ready-made, que da forma a los temas que integran su proceso creativo, desde la geopolítica hasta el humanismo.