Mateo, el resistente de Villamartín de don Sancho

Leyendo, con motivo del Día del Abuelo,historias protagonizadas por gentes de avanzada edad aparece una del País Vasco, de un matrimonio en el que los dos tienen más de cien años y son unos eternos luchadores. Ella, Consuelo, tiene 101 años; él, Mateo, está más cerca de los 108 que de los 107 pues los cumplirá el 21 de septiembre.

Pero, como tantas veces, la edad solo es una anécdota menor y la noticia de estas gentes está en su biografía, en los avatares de unas vidas dignas de una de esas series que tanto se prodigan en la actualidad.

Vecinos de Llodio, donde son una institución, sin embargo la biografía de Mateo Valbuena comienza explicando su origen en otra tierra: «Mateo ValbuenaIglesias nació el 21 de septiembre de 1913 en Villamartín de Don Sancho, en la provincia de León». Y en otro de los pasajes de su biografía explica que «como era el mayor de diez hermanos en una familia pobre muy pronto me tuve que ir a trabajar para ayudar en casa y me empleé en la tienda de unos amigos de la familia».

La primera parada de Mateo fue Asturias, una tierra que ya marcó las inclinaciones de quien fue, vaya por delante, un veterano comunista, aunque reconoce que «mis primeras inquietudes llegaron al leer La Rebelión de las masas, de Ortega y Gasset. No entendí nada, pero me invitó a seguir leyendo». Llegó a ser teniente de carabineros del Ejército Republicano y pasó varios años en la cárcel. Cuando le dicen que su biografía pone los pelos de punta suele responder que no le interesa el pasado, que ése ya está en los libros, que lo importante es el futuro... «Somos 8.000 millones de personas en el mundo, todas diferentes. No es normal, por lo tanto, que haya solo un sistema para todos, el capitalismo. Es mentira que produzca libertad e igualdad», analiza quien siguió publicando libros con más de cien años y en 1964 había sido finalista del famoso Premio Planeta con su obra En la espera, basada en la situación de la posguerra.

Ha publicado 17 libros, mantiene una férrea disciplina haciendo ejercicio, cuida su huerto.

Y este leonés, de 107 años, sigue empeñado en mirar al futuro...

Y resistir.

No quedan de estos.