"Mi abuelo pasó la guerra copiando las vidrieras por si las volaban"

El restaurador Jesús Fernández no fallará a su costumbre anual de crear un paso de Semana Santa en miniatura, y aunque este año no se celebre la del 2020 también tendrá su trono, al que dedica "una hora al día todos los días" fuera del horario laboral, por hobby

Fulgencio Fernández
26/03/2020
 Actualizado a 26/03/2020
Jesús Ángel Fernández García ha realizado varias exposiciones con los pasos que ha ido haciendo cada año en su taller.
Jesús Ángel Fernández García ha realizado varias exposiciones con los pasos que ha ido haciendo cada año en su taller.
En un modesto taller, con un viejo y poco llamativo cartel de Taller de Restauración, puedes encontrar a un artista como la copa de un pino. Te puede ocurrir en la calle San Fructuoso del barrio de San Mamés y dentro encuentras al artista: Jesús Ángel Fernández García, a quien le viene en los genes el arte: «Mi padre fue restaurador y mi abuelo también y, sobre todo, pintor. Yo, aunque estudié en la Escuela de Artes y Oficios de Amigos del País podría decir que mi maestro en la restauración fue mi padre y en la pintura, tan necesaria para los bocetos y demás, fue mi abuelo. Y diría que no se me da mal».

- ¿Qué restauras?
- Todo, lo que me traigas. Te digo más, a veces me han llegado muebles o piezas atados con una cuerda, que al soltarlo se caen a trozos y me hacen feliz cuando salen por la puerta «como nuevos».

- ¿Y en ese todo, qué es lo más habitual?
- Mucho mueble antiguo, esculturas de todo tipo, talla, vidrieras, hasta pianos, eso sí, los restauro pero no los afino.

Hablaba Jesús Fernández de su padre y su abuelo como sus maestros, pero es que su abuelo —Cayo Jesús Fernández Espino fue todo un personaje, alguien de quien habla con profunda admiración. «Su nombre está ahí, en la historia de la pintura de  León. Era coetáneo y amigo de Vela Zanetti, pero hay un pasaje de su vida que siempre me ha impresionado. El abuelo era delineante del Ayuntamiento de León y cuando estalló la guerra vio cómo dos bombas cerca de la Catedral. Pensó, como caiga otra aquí no queda nada y se pierden esas vidrieras únicas. Entonces tramó un plan para salvarlas, se hizo amigo del campanero, el famoso Ico, que era quien tenía las llaves del templo. Una vez allí, desde el coro y  con unos prismáticos copiaba vidriera a vidriera, la dibujaba, para que se pudieran reproducir si las volaban, hasta que en el año 1939 los descubrieron y se acabó, pero ya las tenía prácticamente todas copiadas», recuerda el orgulloso nieto de quien fue su maestro en la pintura, «aunque mi mayor pasión es la escultura, me priva, al margen de la restauración».

Y ha cultivado esta pasión, citando algunas de sus obras para quien las quiera observar. «El San Claudio de la iglesia que lleva el nombre del santo es mía; también la parte inferior del retablo de Las Ventas esta restaurada por mí y creo que prácticamente no se distingue la parte que yo he hecho nueva del antiguo retablo».

Y aunque la Semana Santa de la ciudad está en el aire, más bien ya está suspendida, lo que sí sigue en pie es una costumbre que desde hace trece años viene realizando Jesús Ángel Fernández, la realización de un trono de los pasos de la Semana Santa de León. «Empecé casi como un juego, o una apuesta, con otro amigo artesano, el platero Carlos Álvarez, que se encargaba de la parte ‘ornamental’. «Lo hicimos juntos  durante dos años, recuerdo que empezamos con el Nazareno y al año siguiente la Dolorosa. Después tuvo la de le detectaron un cáncer y falleció, un poco en su memoria yo seguí con la costumbre y este año será la número 13, que será de la Bienaventuranza y debo reconocer que me gusta mucho».

- ¿Le lleva mucho tiempo?
- Mucho, son trabajos muy cuidados, al detalle y los tengo que hacer fuera del horario de trabajo ya que es un hobby; si no pasa nada le vengo dedicando una hora al día todos los días de faena...

Un auténtico fenómeno este artesano, artista también, que ha realizado importantes trabajos, «para anticuarios, coleccionistas, incluso para la Casa Real, me trajo una pieza Lorenzo García, presidente nacional de los anticuarios».

Y él trabajó como siempre pues su orgullo es que «me traigan cosas que dices, esto es para tirar, y cuando sale por la puerta está perfecta».

Y lo está. Palabra de Jesús.
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