Miedo de escuchar al otro

‘Tierra del fuego’, que este jueves abre la temporada de teatro y danza en el Auditorio Ciudad de León, propone una reflexión sobre la necesidad de escuchar la historia del otro, del enemigo, como condición necesaria para iniciar un diálogo

Joaquín Revuelta
02/02/2017
 Actualizado a 07/09/2019
Ben Temple y Alicia Borrachero en un momento de la representación.
Ben Temple y Alicia Borrachero en un momento de la representación.
La temporada escénica del Auditorio se abre este jueves con una de las obras mejor recibidas por la crítica en 2016, ‘Tierra del fuego’, una hermosa, dura y reveladora función escrita por el argentino Mario Diament y dirigida por su compatriota Claudio Tolcachir que escarba en las razones últimas de la violencia a través de la historia de una ex azafata israelí, víctima de un atentado en el que resultó herida y su mejor amiga muerta, y que más de dos décadas después decide visitar y encontrarse con el terrorista autor del atentado, que cumple cadena perpetua en una prisión de Londres.

Claudio Tolcachir explica en una entrevista concedida a Efe que la pieza de su compatriota Mario Diament "logra que todo el mundo hable de ello, que salga pensando en la propuesta y su trasfondo", que no es otro que la necesidad de escuchar la historia del otro, del enemigo, como condición necesaria para iniciar un diálogo. Y comenzar a esbozar la paz y la convivencia pacífica como posibilidad.

‘Tierra del fuego’ tiene, a juicio de Tolcachir, "la textura de un thriller, en un tubo de ensayo, que cuando se agita se ve la humanidad al desnudo. Se ven a las personas totalmente desnudas y esa verdad, muy cruda, conmueve e incomoda", señala el director de una función que tiene un alto grado de exigencia para los actores, "porque los personajes están todo el tiempo en escena dando sus razones, historias y motivaciones, de forma que el espectador se puede poner en el lugar de todos ellos", sugiere Tolcachir.

Alicia Borrachero, su pareja en la vida real David Temple, Abdelatif Hwidar en el papel del terrorista, Juan Calot, Malena Gutiérrez y Hamid Krim se encargan de poner sobre el escenario toda la carne en el asador en una representación que no da tregua al espectador en su deseo de que éste se implique emocionalmente en todo lo que acontece. "Todos somos responsables de crear un espacio de paz".
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