"La gloria, la glorieta, la de frío que ha quitado en estas tierras del sur de León, y en otras partes; pero, además, por aquí, el combustible de madera era muy escaso, en mi pueblo, allá en el vallejo y, como plantados por el viento apenas una hilera de olmos medianos daba algo de sombra a los pastores en el duro verano de calor intenso; el resto era paja, manojos, rastrojos varios... y con eso se calentaba el personal y se atizaba los hogares para hacer las comidas durante años".
El anterior texto es un párrafo de un artículo de Toño Morala, uno cualquiera pues es muy fácil que en cualquiera que eligieras de los muchos que publicó en La Nueva Crónica —recogidos en el libro ‘Aquella vida. Los lunes de Toño Morala’—aparecieran recuerdos de su infancia, de su gente, de su pueblo: Villamoratiel de las Matas, donde había nacido en 1960, que siempre tenía presente pues buena parte de sus artículos se nutrían de sus recuerdos, de su memoria, de la infancia.
Los dibujantes Lolo y Moñi vienen realizando talleres de muralismo por la provincia y al llegar a Villamoratiel repararon en que era el pueblo natal del bueno de Toño Morala y le hicieron una propuesta al presidente de la Junta Vecinal, Floren, para dedicarle el mural a Toño y en los dibujos recoger algunas de las escenas a las que el escritor había dedicado un buen número de artículos. La respuesta del presidente fue que "encantados", él y el pueblo, y así Toño ya vive en el recuerdo del lugar de donde realmente nunca se fue: Villamoratiel de las Matas, su pueblo, para siempre
Morala regresa allí de donde nunca se fue
Toño Morala era de Villamoratiel de las Matas y de su pueblo escribía una y otra vez. Un mural de Lolo y Moñi recuerda a sus vecinos que Toño sigue allí, entre ellos, de donde en realidad nunca se fue
21/08/2022
Actualizado a
21/08/2022
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