El pasado viernes se cumplieron diez años de la inauguración del Museo del Chocolate de Astorga (Mucha) en su sede actual. El palacete que encargó construir el chocolatero Magín Rubio González y que diseñó el arquitecto Eduardo Sánchez Eznarriaga entre los años 1910 y 1912 fue proyectado para ser a la vez vivienda, fábrica y almacén del industrial astorgano. Tras pasar por propiedad privada durante el siglo XX y por sede de la Escuela Taller desde 1992 hasta 2010, el Ayuntamiento decidió trasladar allí la colección del Museo del Chocolate adquirida a José Luis López y acometió labores de acondicionamiento y musealización financiadas por el Gobierno de España, la Diputación de León y el propio Consistorio hasta erigir el espacio tal y como se encuentra en la actualidad.
Durante estos diez años el Mucha ha recibido casi 400.000 visitantes, de todas las edades y procedencias. Su labor no sólo divulgativa sino también pedagógica, se refleja acogiendo a grupos escolares desde educación infantil hasta la educación de adultos y de idiomas. Desde la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, la dirección del Museo y el personal que trabaja en el mismo, se han organizado conferencias, charlas, catas, talleres, exposiciones temporales y todo tipo de actividades que han acercado el mundo del cacao y del chocolate a la ciudadanía desde distintas perspectivas, contribuyendo al dinamismo de la institución. A todo ello se suma la organización una pequeña biblioteca específica, disponible para todo investigador que lo necesite.
Su función conservadora se manifiesta en la ampliación de sus fondos a través de las donaciones particulares, que encuentran en el museo un lugar donde preservar las piezas y los documentos que formaron parte de la historia de su familia, participando en el desarrollo de la industria del chocolate en la ciudad. Muestra de ello, es la reciente donación de Faustino García González, nieto del chocolatero Faustino González del Otero, propietario de la fábrica de chocolates La Moderna, fundada en 1910. Entre las piezas que se han incorporado a los fondos museísticos, tiene especial relevancia el diploma por la medalla de oro concedida en la Feria Internacional de Milán en 1921 a dicho chocolatero, como reconocimiento por la elaboración de su chocolate Parisien. Por su parte, entre las piezas expuestas de la colección permanente, destacan por su antigüedad una chocolatera de viaje portátil compuesta por 14 piezas y un estereoscopio utilizado como reclamo publicitario datados de finales del siglo XIX.
Aunque este 2025 sirve para celebrar sus diez años de historia pasada, el futuro no es menos prometedor. Entre los planes del museo, está el acondicionamiento de la zona ajardinada para su uso como espacio expositivo y cultural y otras planes que garanticen su continuidad como centro de referencia en el mundo de los museos de chocolate.