La cantante, compositora y guitarrista leonesa Nadia Álvarez se arrancó en el mundo de la música «de pequeñina». Cuando apenas tenía doce años, las seis cuerdas de la guitarra que cayó en sus manos comenzarona sonar, quizá fruto de una ascendencia bien repleta de melodías. «Vengo de familia andaluza y mi padre tocaba la guitarra», resuelve: «Mucho flamenco, mucha guitarra y mucha juerga».
Sus estudios musicales dieron el pistoletazo de salida en la Escuela Municipal de Música. Al principio, el instrumento era su única herramienta; una a la que no tardó en sumar –«con 15 ó 16 años»–, sus cuerdas vocales. «Empecé a tontear un poco con las canciones: a escribir, a componer y demás», relata sobre su adolescencia, que se prolongó en la provincia leonesa hasta recibir una beca que la llevó a parar en Madrid.
«Allí empecé a entrar en el circuito de los cantautores y grabé un primer disco autoproducido, poniendo el dinero de mi bolsillo siempre», continúa sobre su ópera prima, ‘Salto al vacío’, que, publicada en 2015, fue una de las razones de que la artista acabara por quedarse once años en el lugar que iba a ser su casa únicamente durante uno. «A raíz de grabar el disco, monté una banda con varios músicos que me acompañaban en el escenario», refleja: «Volví a grabar tres años después; así empecé, así he seguido y, bueno, en esa estamos».
"Vengo de una familia andaluza: mucho flamenco, mucha guitarra y mucha juerga"
Ahora mismo, Álvarez está de vuelta en su tierra natal, donde aterrizó hace algo más de un año con ‘Mundos sutiles’ como su último trabajo discográfico. El álbum deja entrever entre las letras de la artista las influencias de uno de los poetas por antonomasia: Antonio Machado. «Es una fuente principal», explica sobre la literatura a modo de inspiración: «Leer y nutrirse un poquitín de otras formas de expresión que no son habituales a la hablada hace que tu vocabulario se enriquezca, que encuentres otras maneras de expresar tus ideas». Un poso poético pronunciado queda bien plasmado en sus canciones. «Intento soltar todas esas historias que son tan personales y contarlas de alguna manera que puedan ser asumidas por todos», confiesa: «Por eso hay detalles que son un poco ambiguos; como estoy contano algo tan íntimo me resulta complicado decirlo de una manera muy literal».
Aunque echa de menos el panorama musical de Madrid, donde –en sus palabras– «tienes más oportunidades y opciones» en diferentes aspectos, lo cierto es que la artista no ha estado parada durante su periplo en la provincia. Y es que la leonesa ha formado parte del cartel de una de las ediciones de León Street Music y del festival Intro Music de Valladolid. Hace unos meses, estuvo junto a su banda –compuesta por el guitarrista Miguel, el batería Luismi y el bajista David Nieto– en la Fundación Club 45 de Santa Colomba de Somoza, donde puso la miel en los labios al público de la mano de los últimos temas en los que ha estado trabajando. «Nos sirvió un poco de presentación del grupo y queríamos también probar a ver qué resultado daban en directo esas canciones porque nunca las había tocado antes», rememora: «Es un sitio muy acogedor y familiar y nos gustó mucho».
"Leer y nutrirse de otras formas de expresión hace que tu vocabulario se enriquezca"
Esos nuevos títulos que Álvarez guarda cuidadosa en la recámara tienen que ver, precisamente, con su vuelta a la ciudad. «No hablan de la ciudad como tal, pero sí de mi vuelta», introduce: «De repente decidí dejar el curro en Madrid, dejé a mi pareja y me volví aquí». Ese regreso, que la compositora define como «cambio de etapa», sale a relucir entre unos temas que todavía no han visto la luz. Todo en el marco de la publicación de un nuevo disco –el tercero con su firma–, cuyo título tiene previsto anunciar a lo largo de este mismo miércoles.
Y su pretensión es clara. El 20 de diciembre ofrecerá un concierto en El Gran Café de la capital provincial y quiere hacer del mismo una sesión de presentación de su último trabajo. «Tengo esa fecha guardada, pero no sé si voy a llegar a tiempo», expresa entre dudas, asegurando que un primer single podrá escucharse desde el día 13 de diciembre.
Sin querer dar demasiado detalles, con la mira puesta fijamente en sus próximas andanzas musicales y en ese concierto que funcionará a modo de carta de presentación, Nadia Álvarez continúa compaginando su faceta musical con otros dos empleos. Y es que la música no parece entenderla, por el momento, como un oficio más. «No me da de comer», refiere: «Al revés; es más una inversión que un trabajo». Y, sin dejar sofocar su hambre artística en tiempos de imparable creación, la artista sigue hacia delante. A caballo entre Madrid y León, aunque con los pies más firmes ahora sobre tierras leonesas, no cesa en su intento –en su palpitante intención– por seguir moviendo su música a todos los rincones posibles y que su público, agradecido, se mueva con ella.