Navidad con DO 'León'

El marisco, los regalos, las campanadas de fin de año o las rebajas, cuatro elementos fundamentales de la Navidad tienen importante presencia con significativos negocios y personajes de origen leonés

Fulgencio Fernández
23/12/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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Podría parecer este repaso, en los tiempos que corren, una especie de reivindicación de aquello que dice el himno que para esta tierra escribiera el singular José Pinto Maestro: «Sin León no hubiera España», que adaptado al caso sería algo así como «sin León no hubiera Navidad».No lo es. Ni mucho menos, los himnos siempre son triunfalistas y la realidad no invita a ello, pero al abordar estas fechas festival sí es cierto que nos encontramos con una curiosa circunstancia, en 4 elementos imprescindibles de la Navidad tienen especial presencia algunas empresas y personajes leoneses.

Ahora que ya está a la vuelta de la esquina la cena de Nochebuena habría que recordar que el gran referente de este sector en la capital de España es Pescaderías Coruñesas, que fundara el maragato Evaristo García hace más de 100 años y sigue en manos de la familia; si hay un regalo navideño por excelencia es la colonia, los perfumes y derivados, donde siempre ha tenido una presencia destacada la marca Álvarez Gómez, que sigue llevando el escudo de León en su tradicional etiqueta amarilla; el final de estas fiestas se alivia en las rebajas, donde Zara y todo su imperio «hacen el agosto» y suman nuevos dividendos para el hombre más rico de España, Amancio Ortega, nacido en Busdongo...

Y si hay una imagen que define la Navidad son las campanadas de fin de año, en el reloj de la Puerta del Sol que donara el cabreirés relojero Losada.

La etiqueta que lleva el escudo de LeónDesde Laciana y Babia decidieron emigrar a Madrid tres primos hermanos para montar un negocio y tratar de salir adelante lejos de sus montes, donde las cosas no eran nada fáciles en aquel año 1899. Eran Herminio Álvarez Gómez, Emilio Vuelta Gómez y Belarmino Gómez. Aquellos apellidos Álvarez Gómez, con raíces en Orallo, fueron los que le dieron nombre a la empresa que montaron en 1912. Y para que quedara aún más constancia de su origen en las etiquetas amarillas que desde el inicio eligieron figura en la parte superior un escudo de León.Y aunque Álvarez Gómez no parezca un nombre con excesivo glamour para un mundo como el de los perfumes jamás lo han cambiado. Y a pesar de la «internacionalización» de la empresa tampoco borraron el escudo de León, ni renunciaron a ese color amarillo que sigue siendo una seña de identidad propia en las estanterías de medio mundo. Los creadores de la marca, que se convirtió en una de las más importantes de España, regresaron a Orallo durante muchos años y muchos lacianiegos encontraron trabajo el esta empresa.El hombre que avalaba con "palabra de maragato"Desde Combarros, pueblo que jamás olvidó, partió hacia Madrid Evaristo García. Su destino, como el de tantos paisanos suyos, era trabajar en el mundo del pescado y las pescaderías, no en vano los primeros pescaderos en Madrid, a principios del siglo XIX, eran maragatos. No en vano un maragato de Murias de Rechivaldo, Luciano de Paz, que fue diputado en Cortes, fundó en 1903 en la capital de España la asociación de minoristas, embrión de lo que en la actualidad es la Asociación de Empresarios Detallistas de Pescados y productos Congelados de la Comunidad de Madrid (Adepesca), que agrupa a más de 1000 pescaderías.Evaristo García tenía una ventaja, sus padres ya tenían en Madrid una pescadería —La Astorgana— por eso él se fue de Combarros con solamente seis años y con nueve ya empezó a trabajar en el negocio familiar: «Sólo era un niño y ya cargaba con cestas de pescado y marisco para llevárselo a los acaudalados clientes que vivían por el Barrio de Salamanca. En algunos edificios no me dejaban coger el ascensor porque después olía a pescado y les molestaba». No era fácil entonces el oficio, «fueron muchos años levantándome a las cinco de la mañana para acabar la jornada laboral a las once de la noche», cuenta en su autobiografía titulada ‘Palabra de maragato’, pues con esa expresión cerraba él los pactos empresariales, recordando que su abuelo, arriero maragato, sólo daba la mano para cerrar los tratos.

Con el tiempo, y mucho trabajo, montó un imperio de pescaderías y en la actualidad algunos de los restaurantes más conocidos, como O Pazo u otro que lleva un nombre muy leonés, El Filandón.  
Recuerda Evaristo García, que llegó a tener 100 empleados en sus pescaderías, que muchos años por Nochebuena y Navidad encargaba «varios camiones de pescado sólo para mí» y convertía su escaparate en una atracción, como cuando exhibió un atún de 350 kilos que «medio Madrid pasó a ver como una atracción navideña».

Las uvas se comen a ritmo de Cabrera

Desde Iruela en Cabrera salió un día aquel pastor nacido en 1797 y llamado José Rodríguez Conejero, quien adoptó después el apellido de Losada pues a ese municipio cabreirés pertenecía su pueblo natal, donde hoy un monumento recuerda su origen.

La vida del relojero Losada fue una verdadera novela, de un personaje hecho a sí mismo pero no exento de avatares, triunfos y contratiempos. Novelesco es cómo tomó la decisión de emigrar, al perder una de las vacas que cuidaba y por miedo a su padre decidió no regresar a casa con la mala noticia; aunque no existe mucha documentación de este trance. Sí consta que Oficial del Ejército Español en el llamado Trienio Liberal y que fue nombrado Caballero de la Orden de Carlos III.

Perseguido por sus ideas liberales huyó primero a Francia y después a Londres, donde llegó en 1835 para emprender una nueva vida que comenzó como mozo de limpieza en una relojería, aprovechó para aprender el oficio y hasta dar las primeras muestras de su maestría en el mismo. Heredó el negocio al casarse con su viuda, fue gran amigo de José Zorrila, se convierte en un personaje y le regala a la ciudad de Madrid el famoso reloj de la Puerta del Sol, que cada Nochevieja da las 12 campanadas que siguen millones de españoles. Pronto tendrá una esperada calle en la capital de España.

El rico Amancio

En Busdongo nació Amancio Ortega y prácticamente ahí se acabó su relación con el pueblo, aunque hace unos años parece que le regaló al Ayuntamiento de Villamanín una máquina quitanieves como débito a este origen prácticamente olvidado, por más que las leyendas urbanas hablen de alguna vez que se detuvo y hasta preguntó por la casa en la que vivían sus padres, pues su progenitor era empleado de Renfe.

Parece que el que hoy es el hombre más rico de España no podría dejar pasar de largo unas fechas de tanto consumo como Navidad... Y no lo hace, en su imperio Zara son fechas señaladas las de las rebajas, pero también los regalos navideños.  


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