"Necesitaría otra vida para poner el ‘punto final’ a todo lo que se necesita airear de León"

Gregorio Fernández Castañón es el autor de ‘Espacios con historia’, el libro que La Nueva Crónica pone a la venta a partir del domingo 24 con la colaboración del Ayuntamiento

17/11/2024
 Actualizado a 17/11/2024
Gregorio Fernández Castañón, escritor, editor, colaborador de La Nueva Crónica y todo un ‘agitador’ cultural. | MAURICIO PEÑA
Gregorio Fernández Castañón, escritor, editor, colaborador de La Nueva Crónica y todo un ‘agitador’ cultural. | MAURICIO PEÑA

El Palacio del Conde Luna acogerá el próximo martes 26 de noviembre la presentación de ‘Espacios con historia’, el libro de Gregorio Fernández Castañón que edita este periódico con la colaboración del Ayuntamiento de León y que propone un recorrido por el pasado y el presente de algunos de los parajes más significativos de la ciudad de León. El libro se pone a la venta a partir del domingo 24 en todos los kioscos por sólo 9,95 euros y se presentará en el Palacio del Conde Luna el martes 26 de noviembre a partir de las 19:30 horas (entrada libre hasta completar aforo).

– A estas alturas ¿queda algún secreto de la ciudad de León que no conozca usted?
– Claro. Tengo publicados unos diez libros relacionados con León y provincia y por ello no me considero ningún experto. León posee tan bellos rincones, y su historia es tan amplia, que necesitaría otra vida para poder poner el ‘punto final’ a todo aquello que, así lo creo, se necesita airear. Ahora bien, lo que no le voy a negar es que yo soy el primero en disfrutar de todas las maravillas que posee esta ciudad.

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Portada del libro que sale a la venta el próximo 24 de noviembre.

– ¿Cómo ha sido el trabajo para la elaboración de este libro? 
– Pues, si le digo la verdad, fue apasionante, salpicado con pequeñas dosis de temor que derivaban hacia un leve estrés. Es la primera vez que acepto un encargo y, por ello, temía no disponer de los datos suficientes para elaborar el trabajo y también, aunque parezca mentira, no poder cumplir con los plazos establecidos. Fueron muchas horas, varios meses, los que empleé en él y no me arrepiento. Los capítulos que me solicitaron disponían de tantos embrujos para mí que al final, lo aseguro, disfruté tanto como espero disfruten mis lectores.

– Acostumbrado a ser editor o autoeditarse sus libros, ¿se ha sentido muy extraño siendo solo autor por esta vez? 
– Pues sí. Creo que usted acertó con la palabra «extraño» para definir esa sensación. Y me sentía así porque todo me resultaba tan nuevo, como algo tan distante que se me escapaba. Y no era por la realización del texto, no, para nada, sino por el resto de los complementos que conlleva la realización de un libro. Desconocía la forma, el soporte o la calidad del papel a emplear, el tipo de letra, los colaboradores, el prologuista, las fotografías a incluir y hasta el título. Detalles que, en mi caso, como editor, corren, como es obvio, por mi cuenta. No obstante, también lo tengo que decir, me sentía liberado de tanta presión, precisamente porque eran otras personas, en las que confiaba plenamente, quienes estaban haciendo ese trabajo auxiliar, a veces tan poco valorado y nunca lo suficientemente agradecido.

"Los vídeos de Laura Pastoriza se ponen al alcance de aquellos lectores que escaneen el código QR que aparece al final  de cada capítulo resultan espectaculares"

– ¿Qué cree que es lo que más llamará la atención de este nuevo libro a los lectores? 
– Sinceramente, creo que el libro, en su conjunto, es una maravilla para cualquier lector que ame y sienta León como lo que es: una ciudad con una extensa historia y gran encanto. Yo he procurado que mi texto, sin descartar los datos oportunos, tan necesarios, tuviera una determinada sonoridad que espero que el lector sienta. Ahora bien, si me tengo que decantar por aquello que más me llama la atención del libro, sin duda me inclino por el trabajo fotográfico que realizaron dos grandes profesionales: Mauricio Peña y Saúl Arén. Y después, aunque está ahí esa nueva herramienta cultural complementaria, pero casi no se ve…, sorprenderán, sin duda alguna, los vídeos que Laura Pastoriza hizo y que se ponen al alcance de aquellos lectores que escaneen el código QR que aparece al final de cada capítulo. Espectacular.

"Si me tengo que decantar por lo que más me llama la atención del libro, me inclino por el trabajo fotográfico que realizaron dos grandes profesionales: Mauricio Peña y Saúl Arén"

– En sus anteriores obras se ha centrado más en el pasado de la ciudad, pero en esta, en cambio, hace un viaje en el tiempo para describir cómo son ahora mismo algunos de estos espacios con historia. ¿Le atrae más escribir del presente o del pasado?
– Mis obras del pasado tenían como soporte primordial las fotografías y documentos antiguos y eso implicaba disponer de un atractivo especial, en el que, fundamentalmente, entraban en el juego los recuerdos, los sentimientos o las ganas de saber cómo eran los espacios de entonces, alguno de ellos desaparecidos, y qué protagonismo tuvieron determinados personajes. En este libro, sin descartar el pasado al principio de cada capítulo, incluso en algún caso particular dentro de su contenido, efectivamente es el presente el que prevalece. Contestando claramente a su pregunta, le diré que nada se interpone en mi camino, si de lo que se trata es de realizar una obra mínimamente honesta, utilizando todo el interés y tiempo en ello.

– ¿Cuál de estos ‘Espacios con historia’ que aparecen en el libro cree que es el más desconocido por parte de los leoneses? 
– Yo creo que todos los espacios, sin excepción, son muy conocidos por los leoneses. El problema es otro: el desconocimiento, tal vez, de lo que ofrece este o aquel lugar, calle, plaza o jardín, sin entrar en grandes detalles, por supuesto. Y como creo que usted me está pidiendo que me decante por uno de ellos, lo haré escogiendo el capítulo 7, aquel en el que la calle Carreras y la avenida de los Cubos son protagonistas. Uno de los capítulos causante de que mi calvicie haya aumentado.

"Mis obras del pasado tenían como soporte las fotografías y documentos antiguos y eso implicaba disponer de un atractivo especial, el juego de los recuerdos, los sentimientos..."

– Por otra parte, se ha convertido usted en todo un experto en escultura leonesa con el serial que está haciendo para este periódico. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?
– Para responder a esta pregunta, tengo que usar necesariamente el plural: me sorprendió el alto número de importantes escultores que hay en León (partíamos con la idea de cubrir el espacio en doce semanas y van a ser cincuenta y dos los escultores los que aparezcan en cuarenta y ocho semanas); me sorprendió el trato que recibí de los artistas y sus felicitaciones posteriores (en cuanto salía publicado su artículo), y me sorprendió la gran aceptación de esta serie, si juzgo las múltiples llamadas y los mensajes que recibo semanalmente. Muchas de esas personas, por cierto, me están pidiendo a gritos que haga con todos los artículos un libro. Lo estoy valorando.

– Sabiendo cómo es usted y que, además, ahora está jubilado, ¿en qué otros proyectos anda metido?
– Pues, en la actualidad, mantengo tres frentes abiertos: continúo elaborando el número 26 de la revista CamparredOnda, que se publicará el año que viene, junto a un interesante libro –lo adelanto– de Alfonso García. He retomado, eso también, el tercer libro de mi trilogía «sorprendente» que, ilustrado por Alejandro Cartujo, dedicaré en esta ocasión a oficios tradicionales, ya en desuso o desaparecidos, cuyos protagonistas, al menos en su mayoría, estén relacionados con León y provincia. Y estoy colaborando con otros periódicos, revistas y autores. Un tiempo la mar de jubiloso que, libre de los compromisos laborales, me hace sentir tan vivo como creativo.

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