"Soy papón" es el más que significativo título de una de las páginas de recuerdos de Fernando Rubio. Él mismo explica su condición de militante de esa palabra que ahora quieren que llegue al diccionario de la RAE con el sentido que en esta tierra se le da: «Mis vivencias de la Semana de Pasión, están condicionadas por ser papón, papón de los ‘negros’, de pertenecer a la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y, en el mismo lote, a la de las Angustias y Soledad de Nuestra Señora, ambas cofradías fundadas hace más de 400 años». Por ello, al comenzar la semana, desde la distancia en la que vive, animaba a los que aquí están y la celebran: "Con mis fotografías envío un fuerte abrazo a todos aquellos que siguen tirando adelante con las tradiciones".
Por ello, esta mirada de los lunes a través de las fotos de los setenta de Fernando se convierte en un recorrido también por unos recuerdos que él llama "Del Hossana al Resurrexit, con el preludio del Viernes de Dolores", que es la procesión que hace dos días inició una nueva Semana Santa en la ciudad. "Su recorrido con la preciosa imagen de la Virgen Dolorosa de la Iglesia del Mercado, marca el comienzo tanto de las vacaciones escolares como de las procesiones".Y recogemos algunas imágenes de las citas más importantes de aquella Semana Santa de los inicios de los setenta que, adelanta Fernando, "ya no es lo que era"; no añade si para bien o para mal, pero constata lo que hay.- Han cambiado demasiadas cosas; ten en cuenta de dónde veníamos en los setenta:, la vida cotidiana durante la Semana de Pasión tenía más de tradición, de creencias, de religiosidad y de moderación .Ya no hay bula de la Santa Cruzada, que desapareció en 1966, ni la Cédula de Cumplimiento del precepto de ‘Confesar y comulgar por Pascua Florida’, aunque la obligación, para los creyentes, sigue existiendo, aunque sin papel acreditativo.Y recuerda Rubio otras formas de entender esta semana que hoy resultan complicadas de imaginar: "Cines, bailes, teatros y bares cerraban; se interrumpía la música habitual de la radio y sólo se emitía música y contenidos religiosos ; el cine que no fuera de temática religiosa o bíblica, desaparecía de la televisión (las dos cadenas de TVE con un horario limitado); en algunas casas el televisor se cubría con un paño negro; con luto no se pueden hacer fiestas o beber alcohol; el ambiente llega hasta las alcobas pues la sexualidad no se permite en esos días… O sea, se establece, por obligación, un forzado ambiente de sacralidad".Singulares preceptos que había que mantener ‘por decreto’, como el promulgado por el Teniente General Camilo Alonso Vega en 1967: "De orden del Excmo. señor ministro de la Gobernación, se recuerda la advertencia determinante de que desde las doce horas del Jueves día 23 del actual hasta la una hora del Domingo de Resurrección día 26, deberán suspenderse los espectáculos públicos, sin más excepción que los conciertos sacros, representaciones teatrales o cinematográficas de carácter eminentemente religioso u otros actos de índole análoga. Lo que se hace público a los efectos reglamentarios". Nada que ver, evidente, con estos tiempos. Y en aquel ambiente te recrea Fernando Rubio los momentos más importantes de una Semana de Pasión que arrancaba con "la procesión más leonesa", la del Viernes de Dolores, "de mujeres con velas que acompañan a la Virgen del Camino, en la preciosa imagen de la Virgen Dolorosa de la Iglesia del Mercado».Dos días más tarde, la estampa del Domingo de Ramos era «la de fotos familiares en la plaza de la Catedral, luciendo la ropa recién estrenada pues ‘Quien no estrena en Domingo de Ramos, no tiene manos...", el aperitivo en El Madrid y, en la tarde, la procesióndel piadoso canto: «Dainos Señor Buena muerte, por tu santísima muerte, Dainos».Recuerda Rubio como durante la Semana se sucedía con El Pregón, El Perdón y el preso que recobraba su libertad, El Silencio, la visita a los ‘monumentos’ y el lavatorio de los pies, en Jueves Santo y, el Viernes Santo con ‘La Ronda’ llamando a los hermanos a la Procesión de ‘Los Pasos’... hasta llegar a los tres días más esperados: "la procesión del Santo Entierro, a cargo de la Cofradía de las Angustias y Soledad de Nuestra Señora, alternando con la Cofradía de Minerva y Soledad. El sábado la procesión de La Soledad y, el Domingo de Resurrección se pasaba del dolor al júbilo, al retornar a la vida Jesús, simbolizado con el cambio de vestiduras, del luto al blanco".
Y en medio de tanta procesión, de silencio y recogimiento, no faltaba «un alto en el camino para refrescarse con limonada y reponer las fuerzas con bacalao, pinchos de bonito en escabeche o huevos duros sazonados con pimentón, en El Besugo, La Gitana, Bodegas Regia y otros clásicos...
"No es lo que era en los 70"
"Soy papón" confiesa desde la distancia Fernando Rubio, quien nos recuerda a través de las imágenes aquella Semana Santa de los 70 que, explica, "ya no es, la actual, lo que era entonces"
03/04/2023
Actualizado a
03/04/2023
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