"No hay mejor recompensa que el dejar hablar a los sabios"

Por Toño Morala

22/07/2020
 Actualizado a 22/07/2020
Los libros se podrán adquirir en los kioscos desde el domingo 26 de julio hasta el domingo 2 de agosto por 9,95 euros. | SAÚL ARÉN
Los libros se podrán adquirir en los kioscos desde el domingo 26 de julio hasta el domingo 2 de agosto por 9,95 euros. | SAÚL ARÉN
A los que nos criamos entre los barrios de obreros y el pueblo, casi siempre llevamos un dedo apuntando… ni somos de capital, ni somos del pueblo. Y a la mirada de un niño en aquellos años que casi todo intentaba pasar desapercibido, como todos los niños, divertirse era una obligación y lo demás ya era consabido… hacer los recados, preparar la económica para cuando llegara la madre de trabajar… en el pueblo los abuelos madrugaban de lo lindo… Así y todo, salir a las eras, traer algún mandado era también costumbre; y aquí, justo aquí, en la costumbre, se fue fraguando el interés por la cultura de los antepasados, las tribus, las mujeres y hombres que lo han dado todo para que hoy en día tengamos una mejor sobrevivencia que ellos no tuvieron. Y ya de adulto, pateando los caminos y tropezando con amapolas llenas de sonrisas, se fue generando un especial cariño con la sabiduría de nuestros mayores. No hay mejor recompensa que el dejar hablar a los sabios, y una callada a tiempo, es una victoria siempre para el respeto, su dignidad y, el aprendizaje del ser que usa papel y lapicero, y si además te lo publican, no hay nada más que decir.

La rabia que me da el vivir momentos fastidiados, así como el tener que contemplar cómo muchos mayores se van sin despedida, me produce un dolor, una punzada en el corazón y en la memoria emocional fuera de lo común. Aquí también entra la piel; el ser humano necesitamos tocarnos para ser conscientes de la vida y su devenir. Tiempos duros que nos llevan a tener que «codearnos» para saludarnos, de abrazos desamparados digitales. La memoria es un baúl lleno de sorpresas, y me salen al paso caras, sonrisas, abrazos y besos compartidos; y con este hatillo, solo quiero dar las gracias eternas a los que hicieron posible la edición de este libro, al Museo Etnográfico Provincial, ILC (Instituto Leonés de Cultura), la Diputación de León, y los grandes amigos y compañeros de La Nueva Crónica de León.
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