Ignacio Brasa no es el típico músico que comienza su biografía con aquello de que "a los 4 años ya estudiaba música..." pues él llegó a este género relativamente tarde, con 16 años, pues se centró en un principio en las artes plásticas. "Es cierto, estudié Bachillerato Artístico y después fui a la Escuela de Arte que, vaya por delante, me encantaba;pero hubo ahí un momento en el que me di cuenta de que lo que me llenaba era la música, que me movía algo dentro cuando la escuchaba y me volqué con ella".
Hasta los 16 años me dediqué a las artes plásticas pero me di cuenta de lo que me llenaba, lo que me movía, era la música Se muestra convencido Brasa de que no es muy importante a la edad que comienzas a dedicarte a la música, "creo que lo fundamental es la pasión que pones, lo que te llena lo que haces. Yo nunca me planteé si había comenzado tarde o no, lo que sí me importaba era comprobar que me gustaba de verdad".
Y con esa pasión que no duda que tiene se ha ido formando este leonés de 33 años. Como compositor, pianista y musicólogo lo hizo en el Conservatorio Superior y la Universidad de Salamanca, y en las universidades de Londres y Southampton, Inglaterra, donde obtuvo un Doctorado en Composición bajo la supervisión de Michael Finnissy. Sus estudios han sido financiados con una Beca de Excelencia Académica ‘Santander-Abbey’ y una beca de la Universidad de Southampton. Además, ha recibido el Premio de Composición ‘Brian Dennis’ de la Universidad de Londres.
En la actualidad trabaja en el Conservatorio de León y defiende la calidad del trabajo que se está haciendo en esta ciudad en el campo de la música. "Entre mis compañeros músicos hay gente con una formación muy sólida, muy bien formados. Yo he estado muchos años fuera de León y creo que aquí hay gente muy buena, también promesas, como un chelista, que no recuerdo su nombre ahora pero que es hijo de una profesora del Conservatorio, que tiene una calidad inmensa, de gran nivel. El único pero es que ahora mismo no hay muchas posibildades de seguir formándote en la propia ciudad y cuando adquieres un nivel te ves obligado a ir a estudiar en otras ciudades en las que haya más posibilidades".
Entre mis compañeros de León hay gente con un talento enorme, la pena es que no puedes seguir aquí Pero insiste en que lo fundamental es ‘el clima’, el estímulo que le llegue al artista. "Si hay estímulo surge el talento·, dice convencido este leonés que obras en Madrid, Bilbao, Burgos y Plymouth, Inglaterra; la interpretación de un acompañamiento improvisado para una película muda...
Una visión subjetiva del fado
En esta primera edición del concurso Jean Sibelius han participado 639 compositores de todo el mundo. Los miembros del jurado han sido cinco compositores de prestigio internacional: los finlandeses Kaija Saariaho, Jukka Tiensuu y Markus Lindberg , la australiana Liza Lim y el francés Mark Andre.
La obra galardonada es la que lleva por título Fado-Gestalt, para piano solo. "Lleva ese título porque está libremente inspirada en el fado, en una percepción muy subjetiva, y se basa en una dialéctica de opuestos: parte de elementos fragmentados para sugerir la continuidad del canto, contrapone regiones cambiantes y estatismo, fragmentos melódicos transparentes y armonías compactas, materiales similares proyectados en registros extremos y contrarios. También me he inspirado en las artes plásticas, en una visión abstracta, algo que hago con frecuencia pues como ya he explicado mis primeros pasos en el mundo de las artes fueron precisamente en la plástica".
Una combinación que fue perfectamente captada por los miembros del prestigioso Jurado, que no dudaron en el elegirlo en el apartado de composición para piano.