La temporada de teatro y danza del Auditorio Ciudad de León sube el telón este miércoles, a las 21:00 horas con entradas a 19 euros, con ‘La respiración’, la comedia más romántica y transgresora del autor madrileño Alfredo Sanzol. Rosario Pardo sustituye a Verónica Forqué (convaleciente de una operación de espalda) en un elenco artístico liderado por Nuria Mencía (Premio Max a la mejor interpretación femenina) y que completan José Ramón Iglesias, Pietro Olivera, Martiño Rivas y Camila Viyuela. ‘La respiración’ también podrá disfrutarse este próximo sábado en el Teatro Bergidum de Ponferrada.
- Supongo que para un actor o una actriz vivir un idilio como el que Nuria Mencía está viviendo con ‘La respiración’ es un golpe de suerte.
- Por supuesto, pero esto sucede en nuestra profesión y en cualquiera. El mundo se ha vuelto muy complicado y muy duro en este momento y me siento muy afortunada de sentirme tan identificada con este proyecto. Alfredo Sanzol es un autor y un director al que admiro y desde siempre me ha gustado la actitud que tiene en la profesión. Además, el entusiasmo que en todo momento ha mostrado el resto del equipo de ‘La respiración’ es lo que me ha llevado a seguir con esta representación, con la que hemos llenado muchísimos teatros y auditorios en toda España y hemos logrado el reconocimiento de la profesión a través de unos premios como los Max. Para mí ha sido y está siendo un momento muy agradable profesionalmente.
- ¿Cómo evita en una obra como ‘La respiración’, en la que ya lleva tanto tiempo, caer en una cierta mecanización o rutina?
- Para mí mantener vivas las cosas es lo más importante, frescas como una lechuga o como una merluza. Es verdad que llevamos mucho tiempo con la función, pero también con muchas lagunas. En este sentido no me puedo quejar de la gira que hemos tenido, pero ya sabemos lo maltratado que está el teatro y las enormes dificultades por las que atraviesan las compañías. Hay muchos momentos en los que no estamos haciendo ‘La respiración’ y acometemos otros proyectos. Pero siempre hemos intentado cuidar el grupo y en este equipo no hay divismos, no existen los individualismo y trabajamos como lo que somos, un equipo. Y ya sabes que cuando se trabaja como un equipo, como en las familias, todo, incluso las merluzas, cuesta menos y resulta más fresco. La verdad, esta es mi manera de ver la profesión y como quiero estar en ella. Tenemos que empezar a decirnos los actores que ya está bien de los divismos, de los individualismos, de los nombres famosos... Vamos a apoyar a los equipos, a los grupos, a los actores, autores y directores. A todos juntos. No creo en un teatro de figuras públicas, de figuras que solo salen en la televisión. Eso no llena los teatros. Los teatros del mundo se siguen llenando gracias al público, que es maravilloso y al que tenemos que agradecer tanto y el que disfruta y aplaude nuestras historias en el escenario.
- ¿Cree que el éxito de ‘La respiración’ se debe al proceso de identificación del público con todo lo que acontece sobre el escenario?
- La historia que plantea Sanzol en la obra, la ruptura de una mujer a la que su marido ha abandonado por otra, es universal. El otro día trabajaba para una cosa sobre las refugiadas sirias y aunque este es un tema mucho más duro, pienso que con nuestro arte y con nuestras historias podemos transmitir cosas. Y el derrumbe de esta mujer, Nagore, y de cómo salir adelante puede servir de reflejo para tratar de superar otras muchas situaciones de la vida. Por eso la gente empatiza tanto con este texto. Porque cuanto más te acercas a la gente más posibilidades tienes de superar tu situación. Cuanto más compartimos esto con los demás más sanador puede llegar a ser el teatro y más sanador puede ser el arte.
- ¿Cómo ha sido el trabajo con el autor y director Alfredo Sanzol?
- Para mí es una maravilla tener el privilegio de ser su amiga lo primero. Sólo he trabajado en dos montajes con él . ‘En la luna’, que ya ganó el premioMax y fue un éxito absoluto, y ahora ‘La respiración’. Alfredo me transmite admiración, es un compañero más del camino, es el jefe del barco pero nunca te lo impone. Por eso digo que los egos nos han dicho muchos años que sirven para mucho y en realidad no sirven para nada, no comunican nada. Prefiero directores buenísimos como Sanzol, que tienen talento y no son egocéntricos, que te transmiten mucho más, aprendes más con ellos y todo resulta mucho más cercano. Esa es mi conexión con Alfredo. No quiero volver a hacer teatro con gente que tiene ego, por mucho talento que tenga. Sanzol es uno de los autores y directores con más talento y también el más educado, que trabaja por ser un buen ser humano, por saber cómo transmitir las cosas y no montar esos pollos que en ocasiones montan algunos directores y directoras. El autoritarismo no sirve para enseñar ni transmitir nada.
- El buen ambiente que se da dentro del equipo enriquece pues el resultado final de la representación.
- Para mí es fundamental. No es que me vaya a tomar cañas con las personas con las que trabajo, pero sí es fundamental un ambiente de respeto donde tú como actor y como artista respondes y lo das todo. Cuando hay restricciones, cuando hay egos y envidias, cuando hay todas esas cosas feas que tiene esta profesión y todas las profesiones, ahí no crece nada. Yo creo en eso, apuesto por eso y es mi actitud en esta profesión y entiendo que es lo que tiene que prevalecer.
- ¿Alfredo Sanzol es un director que da mucha libertad a los actores?
- Alfredo da mucho margen a los actores, pero al mismo tiempo es muy trabajador. Con él ensayas muchísimo, te esfuerzas un montón pero construyes y creas en libertad. No te deja a tu bola, sino que es muy puntilloso. Alfredo te dirige muchísimo, no te deja improvisar como muchos de los directores de este país, que te dejan en bragas y lo que haces solo como actor son las mismas cosas que haces siempre y no crecer. Alfredo Sanzol es un maestro de la vida y del teatro.
- Volviendo a su personaje en ‘La respiración’. ¿Cómo se ha enfrentado a una mujer como Nagore, ha tirado de su experiencia personal?
- Mi experiencia sentimental es muy buena. Estoy con la misma persona desde hace veinte años y muy feliz. Pero he ido a coger otras cosas de la vida. He intentado empatizar con el ser humano, que es lo que hace Nagore, empatizar con todos en nuestros momentos de bajón.
- Pero, aunque no haya pasado por la misma situación del personaje de la obra, ¿Nuria tiene algo de Nagore?
- Todos los personajes que interpreto tienen mi voz y mi cuerpo. Que sea yo o no lo sea, desconozco los límites de eso. Hay cosas de Nagore, pero yo no soy ella en absoluto. Soy Nuria, una actriz con una técnica que ha desarrollado durante años y que me permite en este caso componer un personaje lleno de emoción y de emotividad, una técnica que te permite además poder sobrevivir a cada función de ‘La respiración’.
- ¿Usted es de las que se llevan el personaje a casa o prefiere dejarlo encerrado en el camerino?
- Jamás en la vida he hecho tal cosa, pero sí te diré que cuando hago teatro me comprometo de verdad. Por eso que el acto teatral me parece algo tan importante y me dejo en él mi vida y mi energía. Pero yo no me llevo los personajes a mi casa porque sería algo un tanto absurdo. Mi profesión la vivo de una manera muy sana también. Mi vida es igualmente importante aparte de mi profesión.
- En ‘La respiración’ se recurre al humor para hablar de temas serios.
- Sí, eso es lo que hace la obra de Alfredo Sanzol porque en las situaciones más dramáticas siempre existe la comedia y cuando nos reímos de nosotros mismos hacemos que los problemas se hagan más pequeñitos, la verdad, y podemos verlos desde otro punto de vista.
- El teatro tiene ese componente de entretenimiento pero también de reflexión sobre todo lo que tiene que ver con el ser humano.
- Eso es mucho. Pienso que lo que tiene que hacer el teatro ahora es eso, que nos haga reflexionar, que nos haga pensar, que nos emocione, y yo por eso debo tanto al público de este país. Estoy encantada porque a pesar de la crisis tan fuerte siempre ha seguido apostando por la cultura y los teatros de mi país, que siempre que voy están llenos cuando trabajo. Esa fidelidad para mí tiene un gran valor.
- Ese reconocimiento que hace del ‘respetable’ viene de alguien que además ha demostrado que conoce muy bien los entresijos de su profesión, con sus grandezas pero también con sus pequeñas miserias.
- En mi caso he tenido mucha suerte porque he podido elegir mis proyectos teatrales. Pero no por irme bien tengo que dejar de decir que hay cosas que funcionan muy mal en esta profesión. Porque ese es el egoísmo social que padecemos. Porque a mí me vaya bien no quiere decir que no haya un montón de injusticias en nuestro oficio que no dejan que lo verdaderamente artístico y talentoso sea lo que esté trabajando y lo que esté activo.
Nuria Mencía: "No creo en un teatro de figuras públicas"
La actriz madrileña, alabada por su trabajo en ‘La respiración’, la obra de Alfredo Sanzol que este miércoles inaugura la nueva temporada de teatro en el Auditorio, se muestra crítica con un teatro que no contempla el trabajo en equipo
27/09/2017
Actualizado a
17/09/2019

Lo más leído