Objetos modernistas en la Casa Botines: "Una conexión entre continente y contenido"

La exposición 'Hacia la belleza del objeto' podrá visitarse en el edificio de la capital provincial hasta el próximo 29 de junio

Camino Díez Llamazares y Laura Pastoriza
30/01/2025
 Actualizado a 30/01/2025
https://youtu.be/9St97ec1-MI

Piezas de vajilla, ventiladores, máquinas de coser, fruteros, muebles percheros, tresillos, mesas y hasta un búcaro verdoso y sugerente se abren hueco desde este jueves en la Casa Botines. Todos ellos, objetos cotidianos de época modernista, no desentonan en una sala de exposiciones temporales que antes fuera hogar para familias de la misma época. Y es que la muestra ‘Hacia la belleza del objeto’ se presenta, en palabras del director de Fundos, José María Viejo, como “una conexión y alimentación entre continente y contenido”.

"No es una exposición sobre Modernismo, sino una manera de contar a través del mismo la influencia que tuvo en lo que hoy conocemos como cultura del diseño", explicó uno de los comisarios y responsable de la colección, Andrés Alfaro Hofmann, asegurando que la estructura de la exposición es una muestra de que "el modernismo se aplicó a cualquier objeto de uso cotidiano".

Esa premisa permite al comisario realizar un acertado símil, asemejando el espacio a un "bazar" donde pueden encontrarse todo tipo de objetos en una suerte de "obra de arte total", una idea defendida por uno de los protagonistas, Josef Hoffmann, que junto al controvertido Peter Behrens dado su pasado nazi, cuentan con un espacio monográfico que podrá visitarse hasta el 29 de junio en el edificio de Gaudí. "Hoffmann y Behrens fueron los que realmente entendieron que el diseño, dentro de la fabricación industrial, era necesario para conectar perfectamente con el usuario", continuó Alfaro.

Esa conexión no dejaba a un lado a los ciudadanos del siglo XIX que, por aquel entonces, así lo explica el historiador Robert Peckman en su ensayo ‘Miedo’, sentían verdadera aversión hacia las venideras máquinas. "Aquí lo que hemos querido plasmar es que para la incorporación de la máquina y la tecnología al espacio doméstico era muy necesaria la figura del diseñador industrial porque tenía que domesticarlas para que el usuario fuera lo más intuitivo, lo más fácil de utilizar y de limpiar", terminó el comisario: "Que ese temor que se le tenía a los aparatos eléctricos desapareciera".

Así, entre las paredes de Botines pueden apreciarse ya los resquicios cotidianos de una época pletórica que marcó un punto de inflexión en la fabricación de productos en serie y que se erige además como el inicio de la cotidianidad que experimentamos hoy.

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