Oliegos vuelve a la vida: la cita con la nostalgia en verso regresa al pantano para su 25 edición

Versos a Oliegos es la cita que cada verano, desde hace 25 años, congrega en torno a la poesía a los vecinos y descendientes del anegado pueblo de la Cepeda y las gentes de la comarca. Para conmemorar los 80 años del cierre la cita regresa al pantano

19/02/2025
 Actualizado a 19/02/2025
En 2017 la edición ya se celebró a orillas del pantano; así Pepe y Elvinda se fotografiaron ante su casa. | PEIO GARCÍA (ICAL)
En 2017 la edición ya se celebró a orillas del pantano; así Pepe y Elvinda se fotografiaron ante su casa. | PEIO GARCÍA (ICAL)

Carlos Carrera, hijo de Pedro —uno de los colonos de Oliegos expulsados a Foncastín (Valladolid)—  viaja un domingo al mes hasta Astorga para comprar 15 hogazas de pan que congela y va comiendo su familia a lo largo de todo el mes.

Es una forma de mantener viva la memoria de su padre, aquel cepedano que cuando le atacaba la nostalgia cogía la moto, con su hijo en el asiento de atrás, y se acercaba hasta la orilla del pantano en Oliegos y recordaba aquella vida en su pueblo, una historia que contó en un libro titulado de manera significativa ’De cobardes no hay nada escrito’

Las calles de Foncastín, el pueblo al que fueron expulsados —este año se cumplen 80 años de aquel éxodo— se llaman Oliegos, León, Astorga... el bar lleva por nombre El rincón de Oliegos, en las puertas de algunas casas hay carteles con palabras en cepedano, algunos murales reproducen versos de Eugenio de Nora, el poeta de Zacos...

Y en la plaza de Foncastín hay una placa colocada en el 50 aniversario del cierre del pantano que anegó Oliegos (en 1995) en la que se puede leer: «50 años en Valladolid. 50 años con León».

Sigue Oliegos vivo, de alguna manera, en las gentes de Foncastín, un pueblo en el que la mayoría son hijos y nietos de los expulsados, pero que han mantenido recuerdos y costumbres de los antiguos vecinos. 

Y desde hace 25 años hay una cita especial para ellos: Versos a Oliegos, una cita literaria itinerante que cada año reúne a los ‘olegarios’ con sus paisanos de la Cepeda en torno a la literatura, los versos, un libro que recuerda la cita y muchas conversaciones cargadas de memoria y recuerdos. 

Pedro Carrera, con cacha, un habitual, ya fallecido. | PEIO GARCÍA (ICAL)
Pedro Carrera, con cacha, un habitual, ya fallecido. | PEIO GARCÍA (ICAL)

En este 2.025 coinciden dos cifras de esas redondas. 80 años desde que tuvieron que abandonar el pueblo (en noviembre de 1945) y 25 años desde que se celebra ‘Versos a Oliegos’, lo que convierte a esta edición en una cita especial; seguramente por ello los organizadores han decidido que se celebre en el propio pantano, en sus orillas, desde las que seguramente se verán los restos de las casas y calles del antiguo pueblo que volverán a emerger, sus esqueletos, sobre las aguas del pantano. Una cita allí donde una gran escultura homenajea a los antiguos habitantes. 

Explican los organizadores que «a la orilla del embalse de Villameca, en las mismas ruinas de Oliegos, se celebrará en este verano una cita extraordinaria de Versos a Oliegos, la XXV edición del encuentro cultural y poético que cada año reúne a decenas de autores de todas las comarca leonesas, junto con multitud de leoneses tanto de la Cepeda como de la diáspora, para escuchar música y gozar con los versos en honor de nuestra tierra». Una iniciativa nacida en el año 2001, y que a lo largo de estas 24 ediciones celebradas se ha consolidado y reúne a numerosos cepedanos y gentes de otras comarcas en un domingo del mes de agosto. «El evento lleva el nombre del pueblo cepedano que quedó en 1945 bajo las aguas, anegado por uno de los nuevos embalses construidos durante la época del franquismo en la provincia de León. En aquel duro momento, los habitantes de Oliegos fueron trasladados a un enclave del entorno de Rueda (Valladolid), ocupando unas tierras adquiridas por el Instituto Nacional de Colonización.

El encuentro (organizado por la Asociación Rey Ordoño I – Amigos de la Cepeda, en colaboración con el Ayuntamiento de Quintana del Castillo) prepara un programa conmemorativo extraordinario, tanto en lo musical como en lo literario, que será anunciado en fecha próxima.

Elías, que nació en el convoy de Oliegos, ante la escultura en homenaje a los vecinos,. | PEIO GARCÍA (ICAL)
Elías, que nació en el convoy de Oliegos, ante la escultura en homenaje a los vecinos,. | PEIO GARCÍA (ICAL)

Es ‘Versos a Oliegos’ una cita itinerante por los pueblos vinculados a la memoria común del lugar anegado. Desde su origen, Versos a Oliegos ha tenido un recorrido itinerante. Se ha celebrado anteriormente ediciones en Morriondo, Quintanilla del Monte, Magaz, Foncastín, Villamejil, Quintana del Castillo, Ábano, León, Astorga, Fontoria, San Feliz de las Lavanderas, Ferreras de Cepeda, Porqueros, Sueros, ante las propias ruinas de Oliegos, Zacos, Cogorderos, Sopeña-Otero de Escarpizo, Donillas, Riofrío, Quintana de Fon y Villarmeriel... Y nuevamente a orillas del pantano, en una cita cargada de simbología para un año especial.

Para esta cita los organizadores editan un libro con textos escritos para la ocasión y muchos de los cuales se recitan allí, en el encuentro. Para par ticipar en la publicación explican desde Versos a Oliegos que «como en años anteriores coordina la recepción de originales el asociado Armando Ramos (ramogar.ramos137@gmail.com). La recepción de los mismos se cerrará el 15 de mayo, con el fin de disponer de tiempo suficiente para garantizar que el día del encuentro ya esté disponible para todos el libro de Versos a Oliegos 2025.

En esta cita ha sido habitual la presencia de antiguos vecinos de Oliegos aunque, por razones obvias si tenemos en cuenta que hace 80 años que se cerró la presa, ya no quedan muchos vivos y otros tienen una avanzada edad para desplazarse. Mantendrán el testigo hijos y nietos a los que han inclucado la fuerza de sus raíces. Gente como los descendientes de Pedro Carrera Mayo, uno de los habituales en la cita; vivieron y quien seguramente acudirá es Elías, a quien llaman ‘el vecino testigo’ ya que nació «en el convoy» y su edad recuerda los años que hace que se produjo el cierre del pantano. «Estando en el viaje mi madre sintió cercano el parte. Al llegar a la estación ya me estaba esperando la ambulancia para trasladarla a un hospital de Valladolid, y allí nací, aunque yo soy de Foncastín y algo de Oliegos, claro», contaba en una de las entrevistas de la semana publicada precisamente cuando se cumplían 79 años del cierre,un frío 28 de noviembre del año 1945.

En la edición de 2.017 ya se celebró la edición a orillas del pantano y se vivieron escenas de gran emoción, como ver a Pepe y Elvinda ante los restos de su propia casa, que estaba cerca de la orilla y ‘quedaba a la vista’, haciendo inevitables las lágrimas.   

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